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Fallece la pianista y profesora Karelia Escalante

Otra baja sensible ha registrado por estos días la música cubana: la pianista y profesora Karelia Escalante. Se hallaba en Madrid en visita familiar cuando la sorprendió la muerte a los 81 años de edad. Entre discípulos, colegas y aficionados dejó hondas y perdurables huellas, que forman parte de un legado que seguirá fertilizando la escuela cubana del instrumento.

Tras cursar estudios iniciales en el Conservatorio Municipal de La Habana, su ciudad natal, Karelia obtuvo una beca en el Conservatorio Chaikovski, de Moscú, en el que figuró entre los primeros cubanos egresados de tan prestigiosa institución. En la capital de la entonces Unión Soviética demostró cualidades que le valieron transitar hacia el nivel superior académico.

En Cuba, a partir de 1966, ocupó un lugar prominente en la formación de las nuevas hornadas de pianistas, primero en la Escuela Nacional de Arte y luego en el Instituto Superior de Arte, donde integró el claustro fundador y se desempeñó entre 1981 y 1984 como decana de la Facultad de Música. Más tarde, por un largo período, extendió su labor pedagógica a la República Dominicana.

En el plano artístico sobresalió por la fidelidad estilística que impregnó a cada una de sus interpretaciones y por prestar atención a la obra de los compositores contemporáneos cubanos, entre ellos Héctor Angulo y Jorge Garciaporrúa, de quienes estrenó partituras.

Particularmente memorable fue el dúo que integró con el notable guitarrista Jesús Ortega. Existe una grabación de 1988, presentada por la Egrem, en la que destaca la gracia con que ambos asumieron el Preludio para guitarra y clavecín, del mexicano Manuel Ponce.

Al evocar a la maestra, el también prominente pianista y pedagogo Cecilio Tieles se remontó a la época en que él, como jefe de cátedra en la ENA y asesor nacional de la enseñanza artística tuvo en Karelia «una amiga y compañera, que daba lo mejor de sí misma para que se cumplieran los objetivos artísticos y profesionales planteados como fundamentos en la formación de nuestros jóvenes artistas; recordaremos siempre su ejemplo de modestia, sabiduría y entrega a sus alumnos».

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