Nació en Santiago de Cuba. Casado con una vasca vivió cinco años en Bilbao. Ha vivido en Washington y Varsovia.
Protagonista del filme “Chamaco”, asistió al estreno en el Festival de Cine Latinoamericano de Miami. Hoy se luce en el clásico “Fuenteovejuna”, Madrid. Ha participado en decenas de series televisivas. Recientemente terminó el rodaje de una tele-filme sobre la pandilla de delincuentes los Mara Salvatrucha que ya campean por España.
“No creo que vuelva a vivir en Cuba. No culpo a nada ni a nadie, puesto que soy yo, que no encajo en determinada dinámica. Mi frente ahora está en Europa”. “Los que se fueron de Cuba siendo niños, es lógico que sientan añoranza, pero platónica. Si van a la isla, a los quince días se cortan las venas”.
En cuanto a belleza varonil, Fidel Betancourt hubiese podido competir con James Dean, Marlon Brando o Montgomery Clif. ¿En cuanto a talento interpretativo? Es posible, si hubiese nacido en Estados Unidos y no en Cuba.
Por su estilo, su saber estar y por la educación que lo habita, se le podría situar en el Siglo XIX. También ofrece la estampa de un joven de este tiempo. Está al día. Tiene conversación para cualquier tema. Sabe que el mundo gira a una velocidad vertiginosa. Que si se baja, puede perderse muchas cosas. Cosas que adecua a su mentalidad e inteligencia.
Betancourt es uno de los jóvenes actores cubanos que se han situado en España, y que en estos momentos forma parte del reparto de la obra “Fuenteovejuna”, que se representa en el Teatro Fígaro de Madrid.
Cuando se abre el telón, aunque el espectador no lo quiera, su mirada va directa a un joven poseedor del carisma que tanto se necesita para brillar en un escenario. Éste tiene fuerza; es de los que traspasan las candilejas. Sus movimientos son los de un actor que se ha preparado. Proyecta la voz con el dominio de quien se ha tomado en serio el arte de Talía.
“Nació en Santiago de Cuba. No tiene antecedentes artísticos en su familia. Cree que fue la interpretación la que lo buscó a él. Estaba haciendo el bachillerato tranquilamente y con otras perspectivas de vida, ya que su interés era estudiar arquitectura. En el Instituto había un grupo musical. Cantaba y hacíamos lo que suelen hacer los jóvenes de esa edad y que les gusta la música”.
SU PRIMERA PROFESORA
Un día llegaron a dicho centro las convocatorias para el Instituto Superior de Arte. Varios de sus profesores le aconsejaron que se presentaran, puesto que, a través de la música, habían demostrado que tenían condiciones e inquietudes. Fidel confiesa que jamás había visto una obra de teatro. De ese mundo no tenía ni idea.
“Hice las prueba como actor. A los pocos días recibí el comunicado que decía que me habían aceptado. Fue una sorpresa, ya que no me lo imaginaba. Comprendí que se trataba de algo diferente, además en La Habana. Iba a cambiar de ambiente. Comencé a descubrir el mundo del teatro y poco a poco me cautivó. Mi primera profesora fue Corina Mestre, una primera actriz cubana con una extensa labor en el teatro, cine y televisión”.
Dentro de las clases de Arte Dramático que recibió existía una serie de asignaturas teóricas y prácticas que asimiló con facilidad.
“Cuando decidí dedicar mi vida a la actuación, fue cuando comencé a trabajar en la compañía Argos Teatro, bajo la dirección de Carlos Celdrán. Fue cuando me convertí en profesional. Hasta entonces estaba “jugando” al teatro. Pero cuando comencé a compartir escenarios con grandes profesionales, tuve otra perspectiva de la profesión. Mi debut como tal fue con una gran obra: “Vida y muerte de Pier Paolo Pasolini”, la vida del mítico cineasta.
Ocurrió algo muy interesante, porque cuando la estábamos representando, Pino Pelosi, tras haber cumplido 20 años de cárcel por el asesinato del cineasta, declaró que él no había sido. Ello sirvió para que nuestra representación adquiriera una promoción y una vigencia que no esperábamos”. Por su actuación en la citada obra, obtuvo su primer premio, por lo que se sintió más comprometido con la profesión. “Desde entonces la convertí en mi sacerdocio”, sostiene.
ENTRE VACAS Y CABALLOS
¿Cómo salió usted de Cuba?
“Enamorado. Me casé con una muchacha vasca, de Bilbao. Mantuvimos 5 años de relaciones. Ella solía viajar a Cuba con frecuencia. Realmente me casé por una necesidad, la necesidad de poder salir de Cuba. Viajar de forma normal es algo que a los cubanos no se les está permitido. La propia Embajada de España nos dijo que el papeleo se podía agilizar si nos casábamos. Ambos lo deseábamos. Pero nuestro matrimonio duró 4 años”.
Para un cubano caer en una ciudad del Norte, como Bilbao, no resulta agradable.
“Desde luego. Es una ciudad muy fría. Es el Norte, indiscutiblemente. Salí del Vedado, La Habana, y caí en una finca de Bilbao, porque tampoco era la ciudad. Era puro campo, donde me vi rodeado de vacas, caballos, lobos… ¿Y esto qué es?, me dije. El sol es inmensamente paupérrimo. Además, de estar protagonizando obras en el Teatro Nacional de Cuba, verme en pleno campo de la Comunidad Vasca, fue un shock muy fuerte”.
Pero también -dice- fue muy bien tratado por la familia de su esposa, y, además, tuvo la oportunidad de conocer una sociedad que, al principio, era fría, pero pasado el tiempo, descubrió que había una calidad humana extraordinaria. Gentes muy leales, verdaderas. “Creo que la comida vasca es la mejor del mundo. Sobre todo la carne. Jamás había probado algo tan exquisito”, afirma.
Terminó enamorándose de la Comunidad Vasca. En Bilbao trabajó en una inmobiliaria, venta de casas y apartamentos. Estaba situado, pero un día recibió un email en el que le ofrecían el papel protagonista de la película “Chamaco”, que llegó a estrenarse en el Festival de Cine Latinoamericano de Miami, el año pasado.
“Se trata de una película independiente, de ahí que todavía no haya encontrado distribuidor. Sí, estuve en Miami cuando se estrenó. Fue una experiencia que no olvidaré. Se trata de una película polémica. La calificaría de maldita. Pero bueno, no deja de ser un trabajo que me acredita profesionalmente.
Cuando regresé a España decidí quedarme en Madrid para intentar levantar el vuelo como actor. Por supuesto ya mi matrimonio se había deshecho. Mi ex se había ido a Polonia (donde yo estuve con ella un tiempo), y desde entonces he trabajado en varias series de televisión, y he participado en tres filmes para la TV.”.
“PREFIERO EL TEATRO”
“Fuenteovejuna” es su primer trabajo en el teatro español y, gracias a él, ha recibido ofertas que está estudiando. Tiene su agente artístico que lo promociona y cuida como merece un actor con talento, y personalidad carismática.
“Casi todos los papeles que he representado en series televisivas han sido latinoamericanos. Acabo de protagonizar un filme para la televisión sobre los Mara Salvatrucha”.
Los Mara Salvatrucha está considerada la pandilla de delincuentes más terrorífica de El Salvador, que ha aterrizado en Barcelona, España. Tienen a la policía española montada en un patín.
¿Entre todos los medios de actuación?
“Prefiero el teatro. Estar en contacto con el público es el mejor premio que se le puede conceder a un actor”.
Lo que más le molesta de la profesión en España.
“Yo estaba acostumbrado a un mundo en el que los manager no existían, ni el marketing. Me costó adentrarme a él. Pero ya lo domino. No me puedo quejar”.
¿Vive solo en Madrid?
“No, comparto apartamento con dos amigos cubanos. Pero no son de la profesión. Si eres actor no convivas con actores. Prefiero compartir con personas de otra profesión. Los músicos, los poetas, y demás, suelen tener muchos problemas existenciales, y con mis problemas me bastan”.
Desde que salió de Cuba hace 5 años, ha vivido en Washington, Varsovia y España.
“No creo que vuelva vivir en Cuba. No culpo a nada ni a nadie, puesto que soy yo, que no encajo en determinada dinámica. Mi frente de batalla ahora está aquí, en Europa. La televisión que dejé en Cuba era de muy poca calidad. Verla me agotaba”.
DEL SIGNO ZODIACAL ESCORPION
Su otra pasión es la lectura, pero confiesa que está enganchado al Internet, donde se abastece de todos los temas que le interesan. Algo que, los cubanos, desdichadamente, no pueden disfrutar.
Sobre la añoranza por Cuba de muchos cubanos, entre ellos, el actor Andy García, Fidel Betancourt, comentó:
“Esas personas que al final nunca han vivido en Cuba, o se fueron siendo muy niños, es lógico que sientan añoranza, amor, pero al final todo es platónico. Esos, si van a la isla, a los quince días se cortan las venas. Yo, que me he separado hace cinco años, y hasta desde lejos choco con aquello”.
¿Si le pido que se defina?
“Le diré que siempre me estoy equivocando, pero al mismo tiempo tengo suerte. Mi signo zodiacal es Escorpión. Fuerte… Muy fuerte. Aunque la soledad es nuestra compañera, he aprendido a vivir con ella. Desde que estoy en Madrid no me he sentido demasiado solo. Tengo fe en mí. Soy romántico, y muy fiel. Amo la vida, aunque a veces le tengo mucho miedo”.
Además ha estudiado fotografía, a lo que le dedica parte de su tiempo libre.