Su asombrosa fecundidad de escritor tuvo su más culminante realización en las brillantes crónicas deportivas que apasionaron a los fanáticos del primer cuarto de siglo de Cuba republicana.
Víctor Muñoz Riera nació en La Habana. Su padre, rico comerciante, empeñado en darle una educación esmerada lo ingresa en los mejores colegios capitalinos y luego en el Instituto de esta ciudad hasta que reveses en la fortuna paterna lo obligan a dejar sus estudios de Bachillerato. Por ese motivo el joven Víctor sufre estrecheses económicas que se agudizan con la muerte de su progenitor.
Ansioso de mejoramiento, en 1890 Muñoz embarca para el Estado de la Florida donde muy pronto se distinguirá como lector en las grandes tabaquerías de Tampa y Key West. Y en este territorio sureño inicia su vida periodística colaborando en los órganos que defienden la independencia de su patria “Cuba”, de “Tampa” y “Yara” de Key West.
En 1893 contrae matrimonio con una joven cubana y años después se incorpora a la expedición del “Florida” y el “Fanita”, llevado por su amoroso afán de ver libre a la patria angustiada.
Finalizada la epopeya libertadora, ingresa en la Redacción de los Diarios “El Cubano”, “La Republica Cubana “, “La Discusión” y “El Mundo” (1901).
“La Republica Cubana”, fue el escenario de sus formidables éxitos periodísticos, de sus sensacionales informaciones deportivas, de sus amenas secciones humorísticas, de sus inolvidables crónicas sobre distintos aspectos de la vida mundana. Esta diversidad de temas manejados gracilmente por su fértil ingenio, hizo exclamar al gran Manuel Sanguily estas encomiables palabras: ”El estilo de Víctor Muñoz cuando escribe, revela la facilidad y gracia picaresca que cuando habla, y en todo caso es claro, fácil, sobre todo preciso, que es lo más maravilla”.
Y el filósofo Varona se expreso así: “Víctor Muñoz es totalmente un hombre moderno; y por consiguiente un periodista del día. Lo penetra y posee la actualidad. Por las materias de que trata y por el modo de tratarlas nada hay en él de añejo: el radio de su influencia de escritor resulta así extensísimo; él logra siempre fijar un aspecto interesante, sugestivo, pintoresco, humorístico o patético de lo que contempla y sabe expresarlo con tal fidelidad de pincel, que ya el croquis no se borrará de nuestra retina”
Electo Consejal por el Municipio de La Habana, a Muñoz se debe la instauración en Cuba del “Día de las madres” los segundos domingos de cada mayo. Fue fundador de la Asociación de Reporters de la Habana.
El 25 de julio de 1922, en New York, recibe la muerte con una sonrisa en los labios. Víctor Muñoz hacía entonces su tránsito con la plácida fisonomía de quién poseyó un corazón generoso, cuyo talento flexible y sutil ingenio, fueron admirados por toda una generación de lectores cubanos.