Flautista Universal Ramón Solís es considerado el flautista más grande de su tiempo.
Nació en Sagua La Grande en la calle Intendente Ramírez # 89. Sus padres fueron Don Ramón y Doña Josefa. Sus primeras clases musicales las recibe de niño por parte del profesor Don Oriol Costa y Sureda que fue el maestro de toda una generación de sagüeros.
Cuando aún no contaba con 9 años de edad causó gran sensación al interpretar en flautín algunas difíciles variaciones acompañado por una orquesta y escritas sobre un motivo de la Opera “Los Martores” de Donizetti en la fiesta de inauguración del “Hospital de Caridad” en 1864 y que hizo predecir al Maestro Don José Reyes,director de la Banda de Música del Cuerpo de Bomberos, el futuro brillante de aquel muchacho.
Cuando visitó a Sagua el niño cantante Romeo Dionesi, Ramón participó de su concierto, impresionando tanto que el padre del cantante quizo llevárselo a Italia y pagarle su educación musical. El mismo concepto tuvo de él Don José White el virtuoso violinista cubano cuando estuvo en Sagua y lo invitó a tocar una dificil pieza de su creación; al finalizar triunfalmente el concierto lo invitó, ante los aplausos del público, a que se fuera con él a Francia, dando esto lugar a que el pueblo comenzara a apoyar esta idea y poco tiempo después el jóven partió a Madrid con el dinero recaudado en Sagua después de su magnífico concierto.
Allá ingresó en el Real Conservatorio de Música y Declamación, y en su primer examen anual obtuvo el primer Premio con Medalla de Oro entre los 27 aspirantes, hecho que hizo predecir al Gran Maestro de Flauta Don Pedro Sarmiento que este sería su sucesor en la Cátedra.
El 13 de Junio de 1877 se celebró un concurso por oposición en el Real Conservatorio de Madrid donde el Rey Alfonso XII concedería solo dos premios entre todos los músicos que se presentaran, y en busca de tan importante premio se presentaron 48 afilados opositores que ejecutaban diferentes instrumentos como piano, violín, flauta,fagotes, etc. El jurado estaba compuesto por 20 de los grandes maestros crema y nata de Europa, entre los que se encontraba el famoso compositor Alemán Strauss, Valverdi, Bek, Mureky, Fisher y Barbiery. El solemne acto lo presidía el Rey con su hermana la Princesa de Asturias.
En la lista estaba Ramón en el número 39 y se llegó a pensar que a esa altura del concurso el cansado jurado ya tendría a los 2 triunfadores, pero no fue así, pues el jurado con toda calma escrutó a los 48 participantes para finalmente elegir unánimemente a Solís. A partir de este reconocimiento comenzó su brillante carrera a través de toda Europa y América.
Los triunfos se sucedían unos detrás de otros y París lo reconoció como Madrid; Don Ramón Solís comenzaba a ser reconocido por los más severos críticos que no dudaron en proclamarlo como uno de los primeros instrumentistas de su época; más tarde lo resumió el poeta español Fernández Schaw al llamarlo sencillamente:” EL PRIMER FLAUTISTA DEL MUNDO”.
Después de su presentación en el gran “Teatro Metropolitano” de Nueva York, un gran diario americano lo calificó como: ”Flautista sobresaliente sin segundo en Nueva York”; tanto Europa como América comenzaba a deleitarse con el asombroso flautista cubano. Haciendo un análisis del “Fenómeno Solís”, Don Antonino Fabre, excelente músico sagüero, afirmó: “Ramón en su instrumento de 13 llaves, ha llegado a ejecutar obras, que hoy (1924) ningún flautista con el moderno sistema de Flautas “Boehm” de mecanismo acabado, con la perfección que él podrán ejecutar, pues tenía a mi juicio todo lo que un flautista bien equilibrado necesita tener”. Su música al servicio de la revolución mediante conciertos recaudatorios, mereció un artículo de elogio de José Martí el cual se publicó en el periódico “La Patria”, y era reconocido por Don Juán Gualberto Gómez, el Coronel Marcano y el General Eusebio Hernández, entre otros patriotas que lo admiraban.
A su regreso a Sagua efectuó un concierto en el Teatro que atestado hasta en los pasillos lo aplaudió como nunca allí se había oído, al terminar la función el pueblo se lo llevó al hombro hasta el Hotel Telégrafo donde fue servido un exquisito buffet en su honor y el poeta Don Mariano Martín brindó en verso. Terminado este acto, el Alcalde Don Manuel González Osma lo invitó a su casa donde el pueblo lo felicitó y sobre todo su padrino Don Delfín Tomasino y Freixas (anterior alcalde en 1882) que no había abandonado a su ahijado enviándole una cuota mensual para mantener sus estudios en España.
Desde Sagua él planeaba sus giras por Cuba y por Mundo, pero siempre regresaba a su terruño querido para vérsele por sus calles con otros amigos músicos en dirección a alguna fiesta o reunión musical ,o para atender la Sección Lírica del “Casino de Artesano” y la “Sociedad Coral”; la sociedad de Cárdenas le otorgó una Medalla de Plata la cual llevaba en su pecho cada vez que visitaba en conciertos a ese hermano pueblo. Todas estas selecciones que pudieron haberle sido más amplias de haber escogido las calles de Madrid, París o de New York, pero con la pequeña Villa del Undoso le bastaba para ser feliz.
Todo ilustre visitante que venía a Sagua en concierto, siempre le pedía su participación, entre ellos el pianista premiado en Milán, Cv. Giovanni Galvani y la triple ligera de ópera María DeClaus en 1881. Además del primer premio de Madrid, fue laureado en París, condecorado por Don Pedro del Brasil con la “Rosa Blanca”, y con la “Orden de Cristo” por parte del Rey de Portugal. Pero los comentarios de los críticos internacionales y los aplausos de teatros repletos eran su mayor trofeo.
Quizás más falta hizo en el cielo pues casi sin cumplir los 37 años, el 10 de enero de 1891 terminó su vida para lamento del pueblo de Cuba que comenzaba a disfrutar sus grandes triunfos, pero más para su pueblo sagüero que lo veneraba como a un ícono. Su amigo Don Pedro Albarrán, hermano del otro genio sagüero Don Joaquín Albarrán, le dijo entre llantos al cadáver de Solís aún tendido en su casa: “Has tenido talento mi inolvidable Ramón, hasta para saber morir a tiempo”.
La pérdida fue horrorosa para su pueblo que salió en su totalidad a decirle el último adios. Ese día fue suspendido un programa del Casino de Artesanos para improvisar otro en honor al genial desaparecido con muchos artistas, poetas, amigos y admiradores del desaparecido, entre ellos: Don Manuel Felipe Ledón, Presidente de la Sección de Literatura, Don Enrique Menéndez, Miembro de la Directiva Don Miguel Gutiérrez Morillo, Abogado y Poeta; en la parte Lírica Doña Magdalena García Bonet de Secades,las Sritas. América García, Justa Socarrás, las hijas del Don Joaquín V. Lavié y otras de la Sección. Don Pancho Rosales leyó unas hermosas y emotivas quintillas al malogrado amigo que luego se colocaron junto a la corona que le dedicó el Casino para su tumba, en el nicho 175 del Cementerio Viejo.
Tres años después, en 1894, sentados en unos de los bancos del parque que dan frente al costado de la iglesia, un grupo de jóvenes planearon construirle una lápida a Solís. Entre ellos y autor de la idea estaba el jóven de solo 19 años Don Antonio Miguel Alcover y Beltrán que junto a sus amigos Perdomo, Enrique Santa Cruz y Adolfo Mederos Ortiz, llegaron a la conclusión que sería más acorde a sus posibilidades económicas construirle una lápida y acto seguido se dieron a tan noble tarea. El señor Roca les hizo el diseño, Don Miguel Valls de Cienfuegos les hizo la lápida, Don José Victor Andreu la exhibió por varios días en su vidriera de la quincallería “El Gallito” (Martí 13), Don Emilio Alvarez sacó la fotografía, el obrero Don Domingo G. Pinto con el oficial Don Leonaldo Pinto la colocaron gratuitamente en el nicho, operación de albañilería que se comenzó en la mañana del 23 de septiembre de 1894 y la inauguración al día siguiente tuvo que suspenderse debido a la gran tormenta que inundó una vez más a la Villa del Undoso.
Pero el 2 de noviembre próximo, la ceremonia pudo llevarse a feliz término con un acto digno del homenajeado, donde tocó la orquesta de Don Antonino Fabre con 23 músicos un “Intermezzo Sacro” del que formaba parte la melodía “A mi madre” una de las últimas creaciones de Don Ramón Solís, y Don Luis Mesa le regaló a la multitud un emocionado discurso después que el jóven Don Enrique Santa Cruz descorriera el velo. Así fue como Sagua pagó su compromiso atrasado con Solís. En 1915, aprovechando la estancia en Sagua del escultor español Don Restituto del Canto, se erigió el busto que hoy conocemos junto al Anfiteatro (Colón casi esquina Clara Barton) en el Parque de la Independencia y en la cual se lee: “Culto al genio, el pueblo de Sagua a su consagrado Artista. 1915”. agrado 1915”.
La calle donde nació se llamaba en su tiempo “Intendente Ramirez” y por acuerdo del Ayuntamiento,con su Alcalde Alfredo Figueroa, se le cambió al de “Solís” en memoria del artista más grande que ha dado Sagua en todos los tiempos. Nueve años después de levantada la columna con el busto del maestro, el 1ro de febrero de 1924, día de su natalicio, se celebró una descomunal velada artística en el Liceo con lo mejor de los músicos sagüeros, entre ellos no podía faltar su director Don Antonino Fabre con sus brillantes hijos Elvirita y Luisito, las señoritas Ana M Medina, Esperanza Alfert, Felicia M. Mederos, Josefina Puig, Celia Machado, Dálida Martín, Delia Tabares ,Olga Paredes, entre otros que incluyó a la violinista cubana Doña Marta de la Torre de paso por Sagua con su esposo el notable pianista Don Anibal Valencia; desde La Habana el talentoso compositor sagüero Don Jaime Prats envió al Comité “Pro-Sagua” una marcha militar titulada: “Solís” la cual fue ejecutada por la Orquesta. Hablaron en el acto los señores Ramiro Alfert, Presidente del Comité Pro-Sagua, el Dr. Adolfo Rodríguez, y Pepe Aguilera.
Tres días después,el 4 de febero de 1924, se develó una lápida que se colocó en la casa donde nació el inmortal músico en esta puede leerse: “1854-1891, Aquí nació vivió y murió el genial Ramón Solís,amó a su pueblo y supo honrarlo haciéndose proclamar y reconocer durante su carrera gloriosa como el Primer Flautista del Mundo, el Comité Pro-Sagua,-1-2-1924”. En esta ocasión el vibrante discurso vino de Don Francisco Rodríguez Díaz, y la Banda Municipal ejecutó “A mi madre”...
Fuente: sagualagrande.blogspot.com