Lázaro Peña González

Lázaro Peña González
Foto
Trabajadores
Nacimiento:  
29
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5
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1911
Fallecimiento:  
11
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3
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1974

Líder del movimiento obrero cubano. Dirigente del Partido Comunista de Cuba y Secretario General de la Central de Trabajadores de Cuba.

Lázaro Peña González nació en La Habana. Sus padres fueron Evaristo Peña, carpintero y albañil, y Antolina González, obrera despalilladora de tabaco. Huérfano de padre a los diez años de edad, buscó empleo para contribuir al sustento de su familia, por lo que no culminó la primera enseñanza, que había iniciado en la Escuela Pública No. 67 de La Habana.

Realizó varios oficios: carpintero, herrero, yesista y albañil. En 1925 su madre consiguió que lo emplearan en la fábrica de tabacos “El Crédito”, como auxiliar del repartidor de café a los trabajadores; fue también, en forma ocasional, lector de tabaquería, y finalmente aprendió el oficio de torcedor de tabaco. Fue aprobado como operario, pero perdió su empleo en una rebaja de personal.

A la edad de dieciocho años ingresó en las filas del Partido Comunista de Cuba, entonces clandestino. En 1932 participó en varias huelgas y manifestaciones; fue detenido por la policía y sufrió prisión por noventa días en el Castillo del Príncipe. Al calor de su ejecutoria en la organización de los núcleos de obreros y desempleados en la barriada de Luyanó, fue designado Secretario General del Comité Seccional del Partido Comunista de la zona y formó parte del Comité Distrital de la agrupación. También contribuyó a la constitución del movimiento sindical agrícola y participó en la creación del Sindicato Nacional de Obreros de la Industria Azucarera (SNOIA).

En 1933 intervino en actividades en contra de la dictadura de Gerardo Machado, destacándose en una manifestación obrera el 1ro de agosto, como parte de la agitación del movimiento obrero y revolucionario que desencadenó también en ocupación de ingenios, manifestaciones de maza y el enfrentamiento obrero en reclamo de sus demandas. Durante quince días dirigió algunas de esas importantes acciones revolucionarias en fábricas y talleres; en las rutas de ómnibus y tranvías de Jesús del Monte. Repartió manifiestos, conversó con los obreros, dio mítines y visitó fábricas.

Fue electo miembro del Comité Central del Partido Comunista en su II Congreso, celebrado en 1934. En el mismo año participó en el IV Congreso de la Unidad Sindical y fue elegido Secretario General del Sindicato de Tabaqueros. Al año siguiente pasó a ser miembro de la dirección de la Confederación Nacional Obrera de Cuba (CNOC). En el cuarto pleno de esa organización, realizado en La Habana durante los días 21 y 22 de julio de 1935, Lázaro Peña presentó un informe donde señalaba la importancia de la formación inmediata de un frente único antiimperialista, que uniera a todas las fuerzas capaces de combatir la intervención estadounidense en los asuntos internos de Cuba. El programa de lucha de la CNOC por él impulsado incluyó la lucha por incrementos salariales, la aplicación y extensión de la legislación social vigente, el derecho de organización de huelgas y la exigencia de ayuda inmediata a los desocupados.

En 1937 clausuró en el parque Hatuey, de La Habana, el acto conmemorativo del Primero de mayo, el acontecimiento obrero más relevante después de la huelga de marzo de 1935. Un año después intervino en el Congreso Obrero –efectuado en la Sociedad de Torcedores de La Habana-, donde se constituyó la Federación de Trabajadores de La Habana, con José María Pérez Capote como presidente. Nuevamente, en 1936, realizó el resumen en la conmemoración del Primero de mayo, en el estadio de La Polar, en Puentes Grandes, con más de 70 000 asistentes.

Viajó a México al frente de la delegación cubana que participaría en la fundación de la Confederación de Trabajadores de América Latina (CTAL) e intervino en su Congreso Constituyente, en nombre de la delegación cubana. A su regreso a La Habana fue elegido Secretario General de la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC), en Congreso celebrado del 23 al 28 de enero de 1939, con el cual se alcanzó una sólida organización obrera.

Entre febrero y junio de 1940 desarrolló una intensa labor política en torno a la Asamblea Constituyente. Con su firma, se presentó a la Convención el documento Exposición de la Confederación de Trabajadores de Cuba, que presentaba los preceptos que debía contener la Carta Magna, tanto en los temas generales como en lo relativo a los derechos sociales, a fin de garantizar un sistema republicano democrático de gobierno. Como parte de su labor para conseguir la aceptación de las propuestas contenidas en el documento, logró que los trabajadores llenaran la parte superior del Hemiciclo, ocuparan los jardines del Capitolio y del Parque Central en señal de apoyo a las mismas. En las elecciones generales de 1940 ganó un escaño como Representante a la Cámara por la provincia La Habana, por el Partido Unión Revolucionaria Comunista (PURC).

En el II Congreso de la CTC, celebrado en La Habana del 12 al 16 de diciembre de 1940, fue reelegido Secretario General.

Presidió, en 1943, la reunión donde quedó legalmente constituida la CTC. En 1945 participó en la fundación de la Federación Sindical Mundial (FSM) y desde entonces formó parte de sus cuadros dirigentes: miembro del Comité Ejecutivo, secretario, vicepresidente y presidente.

Lázaro Peña dirigió las luchas por alcanzar el diferencial azucarero junto a Jesús Menéndez, quien -con Jacinto Torras- había participado en negociaciones llevadas a cabo con el gobierno de Estados Unidos durante los años 1946 y 1947, sobre la política comercial azucarera de ese país respecto a Cuba.

En 1947 los delegados al V Congreso de la CTC lo eligieron, una vez más, secretario general y mantuvo la línea unitaria en la organización. Pero el gobierno de Ramón Grau San Martín invalidó ese cónclave y convocó otro para el siguiente mes de julio, conducido por la Confederación Obrera Nacional, que dirigía Eusebio Mujal Barniol. En el contexto de la guerra fría, la policía, como parte de la política de represión anticomunista, asaltó la sede de la CTC y desalojó a su dirección. A partir de entonces hubo una central obrera “mujalista”, reconocida por el gobierno, que el pueblo llamó irónicamente CTK, en alusión al inciso K, instituido en 1943 dentro de la Ley de Ampliación Tributaria, el cual posibilitaba malversar dinero del presupuesto del Estado. La tendencia unitaria de la CTC fue ilegalizada.

En las elecciones presidenciales de 1948, Lázaro Peña presentó su candidatura a la vicepresidencia, acompañando a Juan Marinello, aspirante a la presidencia. Ambos representaban en la campaña al Partido Socialista Popular (PSP).

En 1949 asistió en Milán, Italia, al II Congreso de la FSM, donde se constituyeron las Uniones Internacionales Sindicales (UIS). También participó en la reunión de la Confederación de Trabajadores de América Latina (CTAL) celebrada en La Habana, como único delegado de la FSM; allí su voz se alzó en defensa de los pueblos de América Latina.

Condenó el golpe de Estado llevado a cabo por Fulgencio Batista el 10 de marzo de 1952, lo cual le ganó que se recrudeciera la persecución sobre su persona. A finales de 1953 marchó a México; de allí viajó a Viena para asistir al III Congreso de la FSM, en el que fue elegido Secretario para los asuntos de América Latina y ratificado como Vicepresidente de la Federación.

En 1959, tras el triunfo de la Revolución Cubana, regresó al país y se integró de inmediato al proceso de transformaciones revolucionarias que se iniciaba. En XI Congreso de la CTC- Revolucionaria, en noviembre de 1961, fue elegido Secretario General de la Central de Trabajadores de Cuba, cargo que ocupó hasta el siguiente cónclave, celebrado en 1966. Desde la dirección de la CTC, Lázaro Peña luchó por la liquidación del mujalismo en el movimiento sindical, por la creación de sindicatos nacionales estructurados por industrias, por la incorporación de los obreros a la campaña de alfabetización convocada por el gobierno revolucionario, por la educación de los adultos, la incorporación de la mujer al trabajo y el adiestramiento de cuadros sindicales. Dirigió también campañas de apoyo a las zafras azucareras.

En 1965 integró el Comité Central del Partido Comunista de Cuba, y fue designado al frente de una Comisión laboral que asesoró al máximo órgano de dirección partidista en todo lo concerniente a la política laboral y social.

A principios de 1973 fue nombrado Jefe del Departamento de Organizaciones de Masas del Comité Central del Partido Comunista de Cuba para la atención de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) y la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).

En el XIII Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), en noviembre de 1973, fue una vez más electo secretario general de la máxima organización obrera de Cuba, a pesar de que lo aquejaba una grave enfermedad. Falleció el 11 de marzo de 1974. Su sepelio, efectuado dos días después en la Necrópolis Cristóbal Colón, fue una gigantesca manifestación de duelo popular, al frente de la cual marchó el Primer Ministro Fidel Castro.