José Zacarías Tallet, amigo íntimo y cuñado de Rubén Martínez Villena. Participa en la Protesta de los Trece, en la Universidad Popular José Martí, en la Falange de Acción Cubana, en el Grupo Minorista. Colabora en Alma Mater, Carteles, editor de la Revista Avance, director del magazine El Mundo, subdirector del diario Ahora. Obtiene en 1944 el Premio de poesía Bonifacio Byrne. Profesor de la escuela profesional de periodismo Manuel Márquez Sterling. Se considera uno de los iniciadores de la poesía de tema negro junto con Nicolás Guillén, Regino Pedroso y otros. Entre sus obras se encuentra La semilla estéril.
Nació en Matanzas. En ese ciclo vital escribió poemas, crónicas y artículos con una gracia y originalidad tal, que dejaron honda huella en la literatura y el periodismo cubanos.
Tallet hizo estudios primarios y algunas asignaturas de los secundarios, latín y griego con los Padres Paúles, en su ciudad natal. Entre 1912 y 1915 estuvo en el Heffley Institute of Comerce, de Brooklyn, donde se graduó de contador y perito mercantil. Permaneció en Estados Unidos hasta 1917. En su estancia norteamericana echó las bases de su cultura autodidacta. Él llegó a ser un erudito en áreas diversas (Historia y lengua española, sobre todo).
De vuelta a su patria realizó en La Habana trabajos disímiles: oficinista, tenedor de libros, secretario, cajero, escribiente... hasta que en 1926 ingresó profesionalmente en el periodismo, labor que no abandonaría nunca. Fue traductor de cables, jefe de departamento y director del magazine del periódico El Mundo (1927-1933); sub director del diario Ahora (1933-1935); editorialista de El noticiero mercantil (1936); redactor de la revista Baraguá (1937); articulista y cronista en El País y El Mundo durante muchos años. Fue miembro del consejo de dirección de la revista Venezuela Libre (1925) y editor de la Revista de Avance (1927-1928). Además, colaboró con infinidad de publicaciones.
En 1922 Tallet establece contacto con la avanzada de la intelectualidad cubana y junto a ella participa en un grupo de acciones que sacuden a la sociedad en la llamada «década crítica» (1923-1933): la Protesta de los Trece, la Falange de Acción Cubana, el Grupo Minorista, el Movimiento de Veteranos y Patriotas, la Universidad Popular «José Martí» y la Liga antimperialista.
José Zacarías Tallet publica sus primeros poemas en 1923, en dos revistas, e inmediatamente adquiere reconocimiento. Su nombre comienza a figurar en Antologías desde 1926. En 1928 escribe «La rumba», uno de los primeros textos de la poesía negra, el cual difundiera internacionalmente Berta Singerman. Sin embargo, hasta 1951, en que aparece La semilla estéril, no logra ver su poesía reunida en un libro. Después de muchos años de silencio, en 1965 emerge una nueva generación poética en Cuba que lo reconoce como uno de sus padres inspiradores y el poeta renace.
Por su prestigio intelectual, Tallet integró, desde su fundación en 1943, el claustro de profesores de la Escuela Profesional de Periodismo «Manuel Márquez Sterling». En 1959 fue nombrado director de la misma. En 1960 dirigió un departamento de política regional en el ministerio de relaciones exteriores. En 1968 se retiró oficialmente del periodismo, pero siguió colaborando con la revista Bohemia en la sección "Gazapos", dando continuidad a una labor que comenzara en El Mundo para contribuir a la limpieza del idioma español. Cada semana, en un breve párrafo, mostraba su erudición, su sentido del humor, su genialidad. Así fue hasta que dijo: «Adiós, hermanos, adiós, ¡hasta que ñanguere!»
Tallet se casó en tres ocasiones: en 1927, con Judit Martínez Villena (murió en 1938). Con Teresa de Cárdenas, en 1940. Y con Aida Mesa, en 1951. Tuvo dos hijos: Jorge (con Judit, en 1928); y Leticia (con Teresa, en 1941).
En 1984, José Zacarías Tallet recibió el Premio Nacional de Literatura. En ese mismo año le fue otorgado el título de Doctor Honoris Causa en la Universidad de La Habana. Por sus altos méritos a la cultura y la nación, le fue impuesta la Orden Félix Varela, de Primer Grado, en 1982. Por su contribución al periodismo, mereció la medalla Julius Fucik, por la OIP.
Cuando lo sorprendió la muerte, a los noventa y seis, Tallet llevaba muchos años tuteándola, burlándola, trascendiéndola.