Profesor, compositor de zarzuelas, canciones y obras para piano cubano. Director de orquestas y bandas militares.
Nació en la ciudad de Camagüey, donde inició estudios musicales con el profesor Mariano Agüero. Tomó residencia en La Habana desde muy joven, y allí, junto al maestro Modesto Julián, dirigió la orquesta del teatro Albisu, uno de los principales escenarios habaneros de la época.
En ese coliseo, y en el Irijoa (nombrado Martí después de la instauración de la república), Marín Varona dio a conocer varias de sus obras, interpretadas por la compañía de bufos que dirigía el actor Gonzalo Hernández: Concha o los tres magos, De Guanabacoa a La Habana, La ganzúa de Juan José y Ábreme la puerta.
En 1896 estrenó con éxito en el Albisu su zarzuela El brujo, a la cual pertenecen guajiras que alcanzaron popularidad, y son aún celebradas por numerosos musicólogos que las han examinado.
Sin embargo, el éxito de El brujo se debió, sobre todo, a la canción Es el amor la mitad de la vida (con letra de J. R. Barreiro), la obra de Marín Varona más difundida, que ha formado parte del repertorio de incontables intérpretes del género lírico y formaciones corales a lo largo de generaciones.
Poco después del estreno de El brujo, Marín Varona se vio obligado a emigrar a Cayo Hueso, Estados Unidos, pues, como decidido partidario de la causa independentista, había recibido amenazas del gobierno colonial español. En sus años de exilio continuó su actividad profesional, ofreciendo funciones a favor de la causa independentista, y también colaboró con publicaciones locales, a través del periodismo y la crítica de música.
Según indican algunos investigadores, pasó algún tiempo de su exilio en Puerto Rico, pero tal información proviene de fuentes indirectas no confirmadas.
A su regreso a Cuba, en 1899, estrenó en el teatro Alhambra nuevas obras, entre ellas la zarzuela La guaracha, que subió a escena en 1902. Fue director de la orquesta de este teatro desde su fundación hasta 1912, compartiendo el podio con el maestro Rafael Palau en la etapa de consolidación de la compañía que dirigía Regino López, llamado “El Lope Cubano”.
Tras la proclamación de la república en 1902, fundó y dirigió la Banda del Estado Mayor del Ejército, y, en 1905, la Banda del Cuerpo de Artillería, para las cuales escribió y arregló música patriótica, como los himnos Tributo al Maine, Himno para Yara, Huérfanos de la Patria, Gobernador Magoon y La Independencia, entre otras piezas.
Fundó la revista Cuba Musical, donde ejerció la crítica, además de colaborar sistemáticamente en otras publicaciones. Sus crónicas y reseñas reportaron con fidelidad el ambiente musical habanero de los primeros años del siglo XX.
Fue profesor del Conservatorio Municipal de La Habana y miembro de la Academia Nacional de Artes y Letras, cuya Sección de Música presidió durante años.
Escribió un Tratado completo de Teoría Musical.
Su último estreno teatral, en 1911, fue la zarzuela Las maniobras militares -con libreto de Federico Villoch-, puesta en escena en el Alhambra, que constituyó un enorme éxito para la compañía teatral de Regino López.
El 24 de febrero de 1912 dirigió en Camagüey la Banda del Cuartel General de la República en el estreno de su obertura Patria, dedicada al prócer Ignacio Agramonte, durante los actos por la develación del monumento erigido a su memoria en la Plaza Mayor de esa ciudad. Fue esa una de las últimas actividades públicas en las que participó el maestro.
José Marín Varona murió en La Habana el 17 de septiembre de 1912. En su sepelio, la Banda de Infantería interpretó su canción Acuérdate de mí. En ese año la célebre soprano cubana Chalía Herrera grabó en Nueva York varias de sus obras.
Creaciones suyas, originalmente concebidas para voz y piano, son Any name, Canto de amor, Desde el mar, El mar de Levante, El 20 de mayo, La puerta de mi bohío, La flor marchita, Mi patria, Serenata criolla, La perla de las Antillas, Siempre tú, Tu amor es mi ventura y Tu canción, entre muchas otras.
Escribió una opereta, El 10 de octubre, y un juguete cómico titulado El crimen de Batabanó.
Su gran vals de concierto Esperanza fue premiado en 1901 en la Exposición Panamericana de Buffalo, Estados Unidos, y sus Tropicales –danzas para piano– le valieron un premio en la Exposición Universal de París, en 1900.
En 1916 la Banda del regimiento de Infantería, bajo la dirección de Luis Casas Romero, grabó cuatro piezas de la serie Tropicales para la firma discográfica RCA Víctor (Esperanza, Ensueños, Novelita e Íntima), en arreglos para banda.
En 1913, el compositor José Mauri dictó una conferencia sobre la obra musical de José Marín Varona en la Academia Nacional de Artes y Letras.
Pocos años después del fallecimiento del músico, Eduardo Sánchez de Fuentes le dedicó, en la revista habanera Música, un artículo -recogido más tarde en su libro Folkorismo, publicado en La Habana en 1928 por la Imprenta Molina y Compañía- en que expresaba su respeto y admiración: “En el género romántico y entre los compositores hispanoamericanos, Marín Varona ocupa por derecho propio puesto de honor”.
Fuente: EnCaribe.org