Pianista, director de orquesta y pedagogo cubano. Hijo del músico español José Echániz Maíz.
Inició sus estudios musicales bajo la tutela de su padre, y a los diez años los continuó con el músico español Ignacio Tellería. Luego ingresó en el Conservatorio Falcón, de La Habana, donde fue discípulo del propio Alberto Falcón.
Junto a los estudios de piano, se dedicó también a los de violín, pero finalmente se decide por el primero de estos instrumentos, del que posteriormente sería un intérprete destacado.
Realizó su primera presentación pública, a los catorce años, en la Sociedad de Jóvenes Cristianos, con el Carnaval op. 9 de Schumann. A este inicio le siguió una gira de conciertos por toda Cuba.
A partir de 1920 comenzó a actuar en prestigiosas salas de conciertos de Cuba y otros países. Entre ese año y 1921 actuó en el Teatro Nacional de La Habana, así como en la Town Hall y el Carnegie Hall de New York, Estados Unidos.
En esta época también fue pianista acompañante de los cantantes Lucrezia Bori y Tito Schipa, con los que se presentó en giras internacionales y realizó grabaciones discográficas.
En 1929 viajó por países europeos como Francia, Holanda y España, lugares donde obtuvo éxitos con la interpretación de obras de Bach, Chopin, Falla, Turina y Schumann.
En el período entre 1938 y 1953 se presentó en numerosas ocasiones con la Orquesta Sinfónica de La Habana, destacándose en estas presentaciones la primera audición en Cuba del Concierto No.1, para piano y orquesta, en re menor, op. 15, de Johannes Brahms; y de la Sonata No.7 de Serguei Prokofiev, en 1946.
Debutó como director en 1939, con la Orquesta Sinfónica de La Habana, en un concierto en el que se escucharon la Sinfonía No. 5, en do menor, op.67, de Beethoven y la Sinfonía No. 1, en do menor, op. 68, de Brahms, entre otras obras.
En el mismo año condujo en esta orquesta el debut en Cuba de la Obertura-Fantasía “Romeo y Julieta”, de Tchaikovsky, basada en la tragedia de Shakespeare; y cuatro años más tarde, los estrenos en La Habana de “Soliloquio Nocturno” (para flauta y orquesta de cuerdas), de Kent Kennan; Obertura de concierto “Pinocchio”, de Ernest Toch, basada en el cuento de Collodi; y de la Obertura Festival Académico op. 80, de Brahms. Se mantiene como director invitado de la Orquesta Sinfónica de La Habana hasta 1953.
Alterna períodos de estancia en Cuba y en Estados Unidos, país en el que realiza muchos recitales y conciertos como pianista y director de orquesta, en cientos de ciudades con las orquestas sinfónicas de Filadelfia, Chicago, San Louis, Minneapolis, Cincinnati, y la Filarmónica de Rochester. Fue durante seis años director regular de la Orquesta Sinfónica de Grand Rapids, en Michigan.
De su labor como pedagogo sobresale la dirección del Milliken Conservatory of Music de Decator, Illinois, además de ejercer como maestro de piano en Rochester, New York.
Discografía
Grabó varios discos con la firma norteamericana Westminster, entre los que se destacan los dedicados a la interpretación de las obras de Isaac Albéniz y Manuel de Falla (placa WL- 5218); las Danzas afrocubanas y la Suite Andalucía de Ernesto Lecuona (placa XWL-l8435); y la ejecución de creaciones pianísticas de Heitor Villalobos (placa XWN-18065).