Poetisa cubana.
Nace el 11 de noviembre de 1820 en Guanabacoa, aunque Calcagno y González Curquejo consignan a Matanzas como su lugar de nacimiento.
Educada con esmero al calor de sus padres, desde muy joven leyó a clásicos y románticos y comenzó a cultivar la poesía, sin que en los comienzos de su carrera literaria se diera a conocer públicamente.
Su vida retirada la hubiese hecho pasar inadvertida si un poema suyo titulado “La rosa blanca” no hubiese sido leído por Francisco Javier Foxá, sin que ella lo supiera, en una tertulia de Nicolás Azcárate, siendo acogido con especiales aplausos y celebraciones.
A partir de entonces empezó a destacarse en los círculos literarios, donde leyó varios trabajos que aparecen incluidos en el tomo I de sus “Noches Literarias”.
Sencilla, tierna y sentimental, supo arrancar también las notas elevadas, enérgicas y solemnes propias de la epopeya.
Dio a conocer sus poesías en diversas publicaciones, como El Liceo de La Habana, Guirnalda Cubana, El Rocío, Faro Industrial de La Habana, Floresta Cubana, Álbum Cubano de lo bueno y de lo bello, El Aguinaldo, Cuba Literaria, Revista de La Habana y Revista Habanera.
En España aparecieron poemas suyos en periódicos madrileños y sevillanos.
Figuró en las antologías “Poetisas Americanas” de Cortés, París, 1875, y en la “Galería de Poetas”, de Nueva Granada.
Publicó dos volúmenes: “Cantos Perdidos”, La Habana, 1847, y “Poesías”, La Habana, 1854.
Algunas de sus poesías como el “Canto a Cristóbal Colón” fueron traducidas al inglés y al alemán.
Murió a muy avanzada edad el 1ro. de junio de 1896, en Guanabacoa.