Marcos Evangelista Maceo

Marcos Evangelista Maceo
Nacimiento:  
25
/
4
/
1808
Fallecimiento:  
14
/
5
/
1869

Como consta en la partida bautismal 68 del Libro de Pardos 8 (1804-1820) de la parroquia de Santo Tomás Apóstol, Marcos Maceo nació en Santiago de Cuba, el 25 de abril de 1808.

Su padre, José Antonio Muchuli, aunque pasaba por blanco, era hijo de un valenciano y una mulata santiaguera. Nunca reconoció legalmente a Marcos, por lo que este solo tuvo el apellido de su madre, la mulata Clara Maceo.

Su hoja de servicios de ingreso al ejército español delata su edad de 20 años, que su ciudad natal es Santiago de Cuba y tenía el pelo y los ojos negros, la tez parda, lampiño, nariz grande, boca regular y medía cinco pies seis pulgadas.

Procedente de Venezuela, con tránsito por Santo Domingo, llegó a Santiago de Cuba en 1825, en compañía de su madre, Clara, y de sus hermanos Doroteo, Bárbara y María del Rosario. Lo logran por la corrupción imperante en la Isla -característica de la monarquía española de la época- puesto que la Real Cédula de 1817 prohibía el ingreso a Cuba de personas no blancas.

Se casó primero con Amparo Téllez con quien tuvo seis hijos, su primogénito fue Antonio Maceo Téllez que murió en la Guerra de 1868 con el grado de Teniente Coronel del Ejército Libertador.

Marcos posiblemente se une con Mariana Grajales, que era viuda al igual que él, en 1842, tras enviudar es que contrae matrimonio con Mariana Grajales el 6 de julio de 1851 en la iglesia de San Nicolás de Morón y de San Luis, Oriente.

De la unión de Marcos con Mariana nacieron diez hijos: Antonio, José, Baldomera, Rafael, Miguel, Julio, Dominga, Tomás, Marquito y María Dolores, aunque ésta última falleció a los pocos meses de nacida. Asimismo, Marcos Maceo consideró como suyos a otros cuatro hijos del anterior matrimonio de Mariana con Fructuoso Regueiferos,quien había fallecido en 1840.

De posición económica desahogada, llegó a poseer una finca de nueve caballerías. Inculcó en sus hijos un profundo respeto y obediencia a los padres. Cada uno de los 19 muchachos (se incluyen los Regüeiferos y los Téllez) tenía definida su responsabilidad en la finca; los educó sobre la base del ejemplo cotidiano de rectitud y bondad. Daba a todos experiencias de vida militar en Venezuela.

A Marcos Maceo lo describían como de estructura regular, envuelto en carne y de color pardo, modales reposados, trato fino y de poco hablar. Su fama de honrado a toda prueba le otorgó reputación a la familia.

El matrimonio poseía una finca en la zona de Majaguabo, en el actual municipio San Luis, en la provincia de Santiago de Cuba, donde toda la prole de Marcos y del anterior matrimonio de Mariana participaba en las labores agrícolas que le daba el sustento a la familia.

Ya para mediados de 1868 cuando los aires del independentismo batían en la isla, la familia Maceo Grajales participaba en esas inquietudes y crearon la Junta Patriótica de Majaguabo, que integraron familiares y vecinos de la zona.

Por eso, al estallar la gesta independentista, el 10 de octubre de 1868, secundaron el estallido marchando todos a los campos insurrectos, incluyendo a Mariana con sus hijas Baldomera y Dominga y la esposa de Antonio, María Cabrales.

Es célebre la anécdota de que el 25 de octubre de 1868, a solo 15 días del Grito de Independencia o Muerte, en La Demajagua, Mariana Grajales reunió a toda la familia y de rodilla ante la imagen de Cristo crucificado les hizo jurar: Libertar a la Patria o morir por ella.

La mayoría de los hermanos Maceo Grajales murieron luchando por la independencia de su patria, en la guerra de 1868 o la de 1895, cumpliendo de esa heroica forma con el compromiso hecho con Mariana ante la imagen de Cristo.

Y fue el padre de esta gloriosa estirpe Marcos Evangelista Maceo, el primero en caer en combate el 14 de mayo de 1869, siete meses después de iniciada la primera guerra independentista y cuentan que moribundo entre los brazos de su hijo Antonio, Marcos le dijo: "Así tenemos que morir todos los Maceo". Y ninguno de ellos lo defraudó.

Marcos Maceo, simiente de la estirpe de guerreros heroicos en favor de la libertad y uno de los hombres más vigilados por las fuerzas represivas de la Jurisdicción de Cuba (Santiago), cae en el sangriento aunque victorioso asalto y captura de la guarnición y las defensas de San Agustín. En el instante de su desaparición física ostentaba el grado de sargento a las órdenes de su hijo, el teniente coronel Antonio Maceo.