Lucy Provedo Núñez es una mujer cuya sencillez sorprende, va de un lado a otro con la agilidad de una niña y su rostro aún descubre la sonrisa de una adolescente.
Nació en Marianao, Ciudad de La Habana. Cuando niña, al llegar las visitas a casa, casi que las “sembraba” en los asientos para que la oyeran cantar. Las muñecas fueron su primer público, a ellas les componía e interpretaba canciones, también actuaba ante su pequeña imagen de artista que se dibujaba en el espejo del cuarto.
A tono con el refrán “de padres cantores hijos jilgueros”, la niña amaba la música tanto o más que sus progenitores. Su papá disfrutaba muchísimo las obras sinfónicas. Hubo un concierto para piano y orquesta, el Opus 11 de Federico Chopin, que hoy confiesa su atrevimiento a dirigirlo pues se hizo costumbre que amenizara cualquier momento del día dentro del hogar. También del antiguo y resistente tocadiscos del “viejo” solía escaparse una y otra vez la voz de Esther Borja.
Primero llegaron los estudios de piano, los que pronto combinó con el aprendizaje de canto. Por esa fecha, existía donde hoy es la escuela de San Alejandro un pequeño centro para la enseñanza primaria que en las tardes se convertía en el conservatorio Ignacio Cervantes. Ahí, bajo la dirección de la profesora Viola Ramírez, integró un coro de niños del que era la solista. Con el paso del tiempo, y a instancias de su mamá, matriculó en el conservatorio Alejandro García Caturla y paralelamente llevó las carreras de piano y canto.
Estudió en el Conservatorio García Caturla, de Marianao, donde se graduó en 1965, y más tarde en el Conservatorio Amadeo Roldán, de La Habana con la maestra Margarita Horruitiner; terminó su formación en 1969.
En 1970 obtuvo Primera Mención en el concurso nacional de música de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, en canto, y recibió en 1973 el Primer Premio. Desde 1970 ha actuado en todo el país, en conciertos, así como en radio y televisión.
Su repertorio incluye obras vocales de compositores preclásicos hasta contemporáneos. Varios compositores y directores de orquestas confiaron a Lucy el estreno en Cuba de importantes obras: Harold Gramates, Héctor Angulo, Diez Nieto, Calixto Álvarez. Aquí hizo también el estreno de Pierrot Lunaire, una obra que, según resalta, maneja un concepto sobre la voz humana distinto totalmente a lo que habitualmente podemos escuchar.
Graduada en la especialidad de canto en el Instituto Superior de Arte (1981), perfeccionó su técnica vocal con Giulietta Simionato en Milán, Italia.
Se presentó en público con un recital en 1970. Ingresó en el Teatro Lírico Nacional de Cuba en 1978. En ese mismo año participó en el concierto espectáculo El nacimiento de la ópera (música del Renacimiento) y luego intervino en las obras cubanas Patria (Aurelia, 1979); Cecilia Valdés (Isabel Ilincheta, 1984) y los estrenos de Soyán (r. t., 1980) y El triunfo de la rebelión (1983). Además cantó El barbero de Sevilla (Rosina, 1980) y Rigoletto (Gilda, 1984). Lucy Provedo ha desplegado, igualmente, una intensa y relevante actividad en recitales y conciertos, dando a conocer en primera audición en Cuba obras de Brouwer, Guerrero, Bloch y Orff.
Se ha presentado en varios países de Europa —Rigoletto (Gilda, 1982), en el Teatro Smetana, de Praga—, Centro América, Asia y África.
Ha realizado una notable labor de difusión de la música cubana en varios programas de televisión, en filmes y en sus grabaciones discográficas. En la actualidad se desempeña como solista en el Centro Nacional de la Música de Conciertos. Es recipiente de la prestigiosa Medalla Alejo Carpentier (2002).
La lista sería interminable a la hora de mencionar las presentaciones de Lucy Provedo en el país y en el extranjero, quizás algunas pudieran ilustrar el talento de su voz, la disciplina de sus estudios, lo arriesgado y perseverante de su carácter: la cantata Carmina Burana, de Carl Orff, obra muy compleja creada para soprano, contratenor y barítono, dirigida para esta presentación por el maestro Manuel Duchesne Cuzán con la orquesta Sinfónica Nacional, y donde participaron además el Coro Nacional y el Orfeo Catalán. Estrenó también una ópera muy contemporánea y muy difícil titulada Llanto para el Cachorro, composición del colombiano Francisco Zumaqué, que contó para la ocasión con el acompañamiento de la Orquesta Sinfónica Nacional y la dirección del maestro yugoslavo Angel Surev. En esa obra una sola voz interpreta dos personajes.
Sin duda alguna, fue su actuación en Rigoletto, uno de los hechos artísticos más importante dentro de la carrera profesional de Lucy Provedo.
“Esa obra me la estudié, pero no la había hecho en Cuba y entonces me invitan a hacerla en Praga. Mi estreno de Rigoletto fue con la Ópera de Praga, y lo curioso es que a mí me habían dicho que ellos la cantaban en italiano y cuando llego allá, la cantaban en checo. Yo no sé nada de checo. Me había aprendido la obra en italiano, que es como originalmente está escrita. Fue una experiencia tremenda y me dio impulso para seguir… ¡Imagínate, ellos en checo, y yo en italiano!”
Durante su visita a la bella ciudad europea cantó además en Radio Praga Internacional obras del maestro Harold Gramates, de Félix Guerrero, su esposo, y de dos compositores españoles, Manuel de Falla, y una recopilación de obras de García Lorca, que él compiló y armonizó del cancionero popular español.
El maestro Félix Guerrero fue su compañero en la vida y en el arte durante 21 años. Sin rodeos, Lucy asegura que gracias a su influencia, hoy es una mujer muy optimista.
Entre los últimos trabajos de Lucy Provedo se halla la grabación de un disco con el sello Colibrí, acompañada al piano por el maestro José Ruiz Elcoro. El CD incluye parte de la música que se cantaba en Cuba en el siglo xix. Se trata de una excelente labor de rescate que beneficia además a los intérpretes líricos, quienes tradicionalmente han sido los más afectados por la falta de promoción, aunque merece destacarse la labor de difusión mantenida durante muchos años por la emisora de radio CMBF.