Pionero del trasplante de órganos en Cuba y líder del equipo que realizó el primer trasplante cardiaco en el país. Especialista de II grado en Cirugía General (1967), Especialista de II grado en Cirugía Cardiovascular (1987), Profesor e Investigador Titular, Doctor en Ciencias Médicas (1981), Doctor en Ciencias (2006), Miembro de Honor de la Academia de Ciencias de Cuba y de la Sociedad Cubana de Historia de la Medicina. Miembro de la Sociedad Cubana de Cardiología. Miembro de la New York Academy of Sciences y la Sociedad Internacional de Trasplante Corazón Pulmón (ISHLT).
Nació en el municipio Santo Domingo, perteneciente a la provincia Villa Clara. Cuentan que el joven villaclareño, pensaba estudiar ingeniería, pero que al subir la escalinata universitaria su amigo Pepín Naranjo lo convenció de que matriculara medicina. Por suerte lo hizo.
Se graduó de esa carrera en 1954 y en Cirugía Cardiovascular se especializó en 1957 en la Universidad de Minneapolis. Allí conoció a eminentes profesionales, como el cirujano sudafricano Christian Barnard, autor del primer trasplante de corazón en el mundo. Era la fase inicial de la Cardiocirugía abierta con circulación extracorpórea.
A su regreso a Cuba comenzó a practicar más activamente esta especialidad como colaborador de equipos que la realizaban con cierta frecuencia y en 1960, fue promovido a Profesor Titular de Cirugía.
Al triunfar la Revolución al Dr. González le encomendaron organizar los servicios de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, misión que cumplió a la par de director del Hospital Manuel Fajardo, cargo que le confiaron en 1961. Sólo cinco años después Noel comenzó el implante de marcapasos conjuntamente con los cirujanos Julio Taín y Felipe Rodiles, algo que hoy resulta bastante común pero que entonces era una técnica revolucionaria.
Entre los años 1964 y 1968, implantó marcapasos a 54 pacientes y ya en 1971 llegó al centenar de beneficiados con esa técnica.
A principios del año 1969, realizó el primer implante de marcapasos permanente por vía endocavitaria (por el método de la disección de la vena yugular externa), lo que simplificó el proceder, evitando la toracotomía y el uso de la anestesia general.
Como transformador fue que en 1969 realizó el primer trasplante ortotópico experimental en perros en Cuba. Noel se había trazado un objetivo y lo conseguiría. Ya su conocido Barnard había efectuado el primer trasplante de corazón ortotópico en humano en Sudáfrica. El científico cubano confiaba en las potencialidades del sistema de salud en la isla y en el desarrollo de las diferentes disciplinas imprescindibles para un trasplante exitoso.
Tuvo que esperar casi 20 años. Cuando ya existían las condiciones tecnológicas y de desarrollo científico en el Hospital Docente Clínico Quirúrgico "Hermanos Ameijeiras", al amanecer del 9 de diciembre de 1985, a Noel le avisaron que acababa de aparecer un corazón con características compatibles para transplantarlo a Jorge Hernández Ocaña, un hombre de 38 años con una seria dolencia cardiovascular. Aquella exitosa operación fue la primera de su tipo efectuada en todo el tercer mundo. La noticia le dio la vuelta al planeta.
El profesor Noel González realizó personalmente los primeros seis trasplantes de corazón, y el primero corazón-pulmón, consumado el 26 de diciembre de 1986.
Luego le cedió el puesto a sus discípulos, pero ha estado presente en el 50 por ciento de las intervenciones de esas características consumadas en Cuba y en numerosas de las efectuadas en otros países.
Revolucionario por nacimiento, el Dr González apuesta por aplicar en humanos un factor de crecimiento del endotelio vascular, capaz de regenerar las partes dañadas del corazón, probado ya con éxito en animales. "Quizás en un tiempo se pueda empezar a inyectar el factor de crecimiento del endotelio vascular (tejido superficial del interior de los vasos sanguíneos)... en el corazón de las personas que tengan su área dañada", dijo el doctor González quien ha dirigido un grupo integrado por especialistas del hospital "Hermanos Ameijeiras" y del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB). Los investigadores del CIGB aislaron el factor de crecimiento del endotelio vascular y probaron su eficacia durante largo tiempo, al inyectarlo en animales.
En opinión de González ese factor es capaz "de desarrollar vasos sanguíneos para nutrir aquellos que la aterioesclerosis ha dañado y favorecer la reparación de una lesión cardíaca". Indicó que otro grupo de investigadores trabaja usando ese factor de crecimiento “para regenerar los vasos sanguíneos que nutren a miembros del cuerpo (brazos y piernas) que de otra forma habría que amputar.
La terapia genética puede ser muy útil también para el tratamiento de otras enfermedades como el Mal de Alzheimer y la diabetes, entre otros 22 padecimientos genéticos susceptibles de favorecerse con esta técnica.”
El profesor Noel ha sido sin dudas un genuino ejemplo como profesional y revolucionario que debe servir de modelo para las nuevas generaciones de especialistas.
Los González están asociados al teatro en el municipio villaclareño de Santo Domingo. Fueron los arrendatarios de la sala Doménech desde principios de siglo XX. En 1956, al morir su padre, un González, de nombre Noel, asumió la dirección de la empresa que le pertenecía junto a sus sobrinos.
Tres años después él y los otros dueños cedieron el teatro a sus empleados para que formaran una cooperativa cinematográfica. La nombraron Pedro Julio Marcelo en honor de un joven simpatizante con los barbudos, caído en la toma del municipio por los rebeldes. La historia recoge ese hecho de desprendimiento, de una familia cubana que con posibilidades económicas actuó de manera altruista en función de la comunidad. Hubo otros ejemplos.
El profesor Noel González falleció en La Habana el día 17 de enero de 2016.