Abogado y político cubano. Participó en las conjuras independentistas de Narciso López (1850-1851) y de Ramón Pinto (1854-1855). Después de presidir la Junta de Información a las Cortes (1866), se adhirió al grito de Yara (1868) y en 1869 marchó a Nueva York, donde se esforzó inútilmente en conseguir el reconocimiento estadounidense de los independentistas cubanos.
En un caserío de la provincia oriental, en el embarcadero de Gibara, nació José Morales Lemus. Era su padre, natural de Canarias, capitán de barco, y viajaba en compañía de su esposa. A los pocos meses de nacido, quedó huérfano de madre y abandonado por su padre.
De niño desvalido, pasó a ser, bajo la protección de dos paisanos del padre, estudiante, y recibir buena educación y graduarse en La Habana, primero de bachiller y luego de abogado. Más tarde, por la generosidad de otro canario, cuyos intereses administraba se convierte en dueño de una cuantiosa fortuna.
Cuando los desaciertos y los abusos cometidos por los gobernantes españoles Tacón y O'Donell, hicieron germinar en el corazón de algunos cubanos la idea de la anexión a los Estados Unidos, se fundó un partido anexionista, al cual perteneció Morales Lemus. Este partido cubano fracasó años después, debido a la oposición vigorosa y razonada que en el orden de las ideas le hizo José Antonio Saco.
Más tarde, se forma otra agrupación, bajo la jefatura del catalán Ramón Pintó, con los mismos fines anexionistas, agrupación de la que Morales Lemus es una de las principales cabezas.
Denunciada, la conspiración al general Concha, gobernador entonces de la Isla, abrió un proceso, y por último, hizo subir al patíbulo a Pintó. Morales Lemus viajó a New York, donde celebró conferencias con los que habían de ser jefes del movimiento armado.
España, conocedora de lo que se tramaba, apeló a Inglaterra y a Francia para que en su favor alegaran ante el Gobierno de Washington. Así lo hicieron estas naciones, dando con ello lugar a que, en evitación de un serio conflicto con las más poderosas naciones europeas, el general americano Quitman, el hombre de la palabra comprometida, deshiciera los planes y abandonara todo espíritu aventurero.
Después de este fracaso, Cuba quedó sumida en una paz todavía más despótica. Contribuyó con una fuerte suma de dinero a la fundación del periódico de tendencia reformista El Siglo, que hizo famoso el Conde de Pozos Dulce y que vio la luz pública en 1863 y que promovió la creación de una agrupación política compuesta por elementos liberales, hijos del país: el llamado partido reformista. De sus reclamaciones nada consiguieron de la metrópoli. Entonces este presentó un proyecto completo de autonomía política para la isla, inspirado en la mayor suma de libertades posibles. Pero España no lo tomó en consideración.
Vuelve a Cuba, donde comienza de nuevo a ocuparse de su bufete. Al iniciarse la guerra en Yara, el 10 de octubre de 1868. España, manda de Gobernador al general Dulce. Bajo su mando ocurren los sucesos llamados del Teatro Villanueva y el Palacio de Aldama. Morales Lemus, desde los primeros días de la llegada del gobernante español, se embarcó para New York. Allí, desde su arribo, se puso a explorar el sentir del gobierno americano, esperanzado de que pudiera favorecer a los cubanos en su lucha por la independencia.
Viejo, achacoso, aceptó sin embargo el cargo de representante de la revolución en los Estados Unidos. A poco de tomar posesión de la presidencia de los Estados Unidos el general Grant, Morales Lemus obtiene de él una audiencia en la cual le expone la situación de Cuba y las aspiraciones de los cubanos en armas, obteniendo solo inciertas promesas.
Después de esta visita a Washington, vuelve a New York, donde lo esperaba la noticia de que en Guáimaro se había constituido el primer Gobierno cubano. También recibió las credenciales de Enviado extraordinario y Ministro en los Estados Unidos, con poderes para gestionar el reconocimiento de la independencia.
Murió el 28 de junio de 1870, en New York.
Fuente: Eumed.net