Uno de los grandes atletas del deporte pre revolucionario cubano. Nació Cienfuegos, pero se trasladó desde pequeño a Cárdenas y Santa Clara. Velocista espectacular, apodado como Moro Lindo y Rayo Humano.
Además del campo y pista practicó el béisbol. Su nivel en cuanto a significado para la provincia queda demostrado por el hecho de que hasta el año 2000 no se logró mejorar su Récord Provincial (10.3 establecido en 1938 en Ciudad Panamá).
En medio de una etapa de olvidos e indolencia por parte de las autoridades deportivas cubanas, Jacinto Ortiz logró hacerse sentir en el ámbito internacional, gracias sobre todo a la ayuda de su entrenador Dr. Rafael Ruiz Miyar. No pudo asistir a los JJ.CC de San Salvador' 1935; pero sí logró estar presente en los IV Juegos de Cd. Panamá en 1938. Allí el moreno cubano entraría en la historia:
El más importante de los récords en esta edición de las entonces llamadas Olimpiadas Centroamericanas fue el conseguido por el panameño Jennings Blackett y nuestro representante en las semifinales de los 100 metros planos, con 10.3, para de esta forma igualar el récord mundial vigente, en poder nada más y nada menos que del astro norteño Jesse Owens, desde dos años atrás (JJ.OO de Berlín' 36).
Para llegar a este estado cualitativo Jacinto Ortiz debió transitar una azarosa carrera, lo cual no le impidió figurar entre los mejores de su época. Además de esta marca referida (que ya sería suficiente) el Moro Lindo retornó de Cd. Panamá con tres medallas: plata en los 100 m/p, oro en los 200 m/p (con 21.7) y bronce en la estafeta corta.
Durante la década de los 30 Ortiz realizó giras por EE.UU. y México, despertando la admiración de la prensa, igualando una vez más la marca de 10.3 y, víctima de una etapa, imitando al gran Owens corriendo él mismo contra un corcel de carreras.
En la década de los 40 decide dejar las carreras atléticas y se dedica al béisbol. En este deporte llegó a formar parte de equipos profesionales en México ("Los Leones").
Al inicio de la Revolución y años después de su retiro se dedicó a la enseñanza del Deporte Nacional. Ya está jubilado y figura hoy como una gloria viviente del deporte cubano y villaclareño de todos los tiempos.