Guido López-Gavilán es uno de los músicos más populares de su generación. Y al hablar de popularidad no es solo la que goza entre el gremio musical, sino al resto del pueblo cubano que siente suyas melodías tan conocidas como Un recuerdo, las Variaciones Cumbanchero o Camerata en guaguancó, todas de su autoría y que regularmente se escuchan en programas televisivos y de la radio.
Resulta interesante saber que el maestro Guido se inició en la música un poco tarde. Contaba entonces con más de quince años cuando decidió entrar en el actual Conservatorio Amadeo Roldán de La Habana. Se graduó de Dirección Coral en 1966, en la cátedra fundada por el profesor Manuel Ochoa; posteriormente fue discípulo de dirección de orquesta del profesor soviético Danil Tiulin; en 1970 ingresó en el Conservatorio Chaikovsky de Moscú, donde estuvo bajo la dirección de Leo Guinsburg, hasta 1973 en que concluyó su formación académica.
A partir de ese año actuó como director invitado de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba. Es profesor de dirección de orquesta del Instituto Superior de Arte.
Guido López-Gavilán es ovacionado en toda América como director y compositor. En esta otra faceta ha sido laureado en los certámenes más relevantes efectuados en Cuba, tales como el Concurso Nacional de Composición, el Concurso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), y el Concurso de Música Cubana Adolfo Guzmán…, así como en el Festival de Música Nueva de Winnipeg, Canadá, donde mereció el Premio de la Audiencia.
Su catálogo autoral es diverso, por cuanto encontramos obras para instrumentos solistas, conjuntos de cámara, coro y orquesta. La música de López-Gavilán se caracteriza por el humor, el excelente manejo de los ritmos cubanos y el lirismo, lo que permite una fácil comunicación con el público. Valen destacar La Apurrumbiosis, para coro mixto; Cuadros de otra exposición, para orquesta sinfónica; y Por el mar de las Antillas anda un violín, para violín y orquesta.
De su labor como director de orquesta, el Thuringer Tageblatt de Alemania expresó: «...Guido López Gavilán ha llamado la atención exhibiendo musicalidad, apasionamiento, elegancia, sentido refinado para el color de las sonoridades y saber manejar con seguridad los grandes desarrollos. Todo daba la impresión de que forzosamente debía de ser así en la 5ta. Sinfonía de Shostakovich. Evidenció su nivel plenamente, corroborando que es un músico cuya fama está ya reconocida, con razón, fuera de las fronteras de su patria.» Y Charles White, de The Fleisher Collection, de Estados Unidos: «...Pierrot Lunaire, de A. Schönberg, fue conducido por Guido López Gavilán en una versión profunda, precisa y muy significativa. Logró recrear con gran éxito la magia que dimana de este hechizo atonal, que sólo Schönberg fue capaz de concebir.»
No podemos hablar de Guido López-Gavilán sin resaltar sus aportes a la pedagogía musical cubana y su empeño para impulsar la creación y desarrollo de orquesta juveniles en el país. Él es fundador del Instituto Superior de Arte y fue jefe de su departamento de dirección orquestal durante más de veinte años. De su clase son: Iván del Prado, Enrique Pérez Mesa, Anarelys Garriga, Daiana García y Adriana Sanabria, entre otros.
También es fundador y director de la Orquesta de Cámara Música Eterna, con la cual ha realizado giras internacionales y obtenido el Premio Cubadisco 1999 en la categoría de música de cámara por el fonograma Barroco Trópico. Su discografía incluye asimismo, Cuba y Puerto Rico, dos compositores: Guido López-Gavilán y Carlos Vázquez y Por el mar de las Antillas anda un violín.
Participó en el III Encuentro Interamericano de Composición, organizado por la Universidad de Indiana, Estados Unidos, 1996; Festival Iberoamericano de Música Contemporánea, España; Festival Franco Donatoni, México; VIII Foro de Compositores del Caribe, Caracas, Venezuela.
Ha realizado giras por México, Ecuador, Colombia, Unión Soviética, RDA, Polonia, Hungría, Rumania, Yugoslavia, Bulgaria.
En el plano familiar Guido se ha sentido igualmente realizado: junto a su esposa, la pianista y pedagoga Teresita Junco (ya fallecida), conformó una familia de excelentes músicos. Por eso, en los últimos años fue un hecho común asistir a los conciertos familiares que reunían a Guido y Teresita y a sus hijos Ilmar (violín) y Aldo (piano), dos destacados instrumentistas cubanos.
Actualmente, el maestro comparte su quehacer al frente de la Orquesta Sinfónica del Conservatorio Amadeo Roldán, es presidente de la Asociación de Músicos de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y del Festival Internacional de Música Contemporánea de La Habana. Es miembro del Colegio de Compositores Latinoamericanos de Música de Arte.
Obras
A modo de adivinanza
Camerata en guaguancó
Donde cayó mi hermano, cantata, texto: Fayad Jamís
Mi canción
Variaciones cumbanchero (basada en una obra del compositor puertorriqueño Rafael Hernández)
Variantes, coral y leyenda
Victoria de esperanza, para orquesta sinfónica, coro, solistas, actores, danza y cine.