Médico cubano que participó en varias actividades revolucionarias, donde ejerció su profesión. Siempre tuvo buena actitud, responsabilidad y carácter para ejercer cualquier misión asignada. Participó en la Guerra de los Diez Años, y tuvo la oportunidad de atender como médico al General Antonio Maceo.
Nació en Bayamo, Cuba y en 1859 fijó su residencia en Jiguaní. Estudió la carrera de medicina en las Universidades de Barcelona, Madrid y Cádiz.
Se vinculó a las actividades de las logias masónicas y fue junto con Donato Mármol el representante de su región en la llamada Convención de Tirsán —primera reunión general preparatoria de la guerra—, en la finca San Miguel del Rompe, Las Tunas.
Fue un activo participante en la conspiración independentista de 1868, y se alzó en su natal Jiguaní. Recibió el grado de brigadier en los días iniciales de la revolución por su participación en la toma de los poblados de la cuenca del Cauto. En 1875 se unió a las fuerzas que realizaban la invasión a Las Villas y de vuelta a Oriente tuvo el mérito de atender y salvar la vida a Antonio Maceo, gravemente herido en agosto de 1877.
No aceptó el convenio del Pacto del Zanjón y participó en la Protesta de Baraguá. Durante largo tiempo fue jefe de la sanidad militar en oriente, con un intervalo en que como subsecretario de la guerra en el gobierno de Salvador Cisneros Betancourt, actuó en función de secretario por ausencia del titular Vicente García.
Ocupó también el cargo de jefe de sanidad en el gobierno provisional, constituido en Baraguá, en marzo de 1878. Además de su médico fue consejero y gran amigo de Maceo. Discrepó de las indisciplinas en el campo insurrecto y acompañó en junio de 1875 a Cisneros Betancourt a su entrevista con Vicente García para tratar de hallar una solución a la sedición de Lagunas de Varona; al lado de Maceo estuvo igualmente en 1877 cuando trata de poner freno a la expansión entre las fuerzas orientales de la nueva sedición en Santa Rita del caudillo tunero.
Según algunos historiadores Félix Figueredo nunca perdonó a Carlos Manuel de Céspedes por haberse anticipado a otros grupos de conspiradores en el alzamiento del 10 de octubre. De ahí derivan su actitud cuando fue depuesto como Presidente de la República en Armas al no darle la protección adecuada. Le comunicó que se le retiraban sus ayudantes, escolta y convoyeros; después mediante comunicaciones y exigencias desagradables, se le mantuvo en el campamento del gobierno unos dos meses.
Muere en La Habana, a la edad de setenta y tres años, el 6 de junio de 1892.