Natural de Nicaro en la provincia de Holguín, luego vivió unos años en La Habana y por último ha vivido gran parte de su vida en la ciudad de Matanzas.
Estudió radio en la escuela Osvaldo Herrera, de La Habana, ahí, siendo un muchachón, lo descubrió el profesor Paco Martín. Pero no fue hasta que entró en el ejército en que empezó a practicarlo con disciplina.
Se pudiera decir que llegó a la pelota organizada por casualidad, porque habían torneos inter unidades y él se encontraba entre los que iban a practicar voleibol, pero de pronto paró un camión con varios guardias vestidos de peloteros y me convidaron. Ahí mismo cambió.
Se desempeñó como escolta de personalidades en sus días de miembro del Ministerio del Interior antes de dedicarse al béisbol.
Comenzó porque en aquellos años 60 el Ministerio del Interior tenía un equipo, como la Policía, y jugaron un torneo interno y se destacó, comenzó la carrera que lo hizo cátcher y hasta representó a Cuba en Campeonatos Mundiales.
En la temporada 68-69 comenzó con el equipo Habana, pero casi enseguida pasó a Henequeneros campeón del 69-70, donde estaban Félix Isasi, Rigoberto Rosique, Tomás Soto, Gaspar “El Curro” Pérez, Alfredo García, Jesús Torriente y otros a los que siempre recuerda. Con ellos, dirigidos por Miguel Ángel Domínguez, se hice campeón por vez primera. Ese era un equipazo, varios repitieron años después con Citricultores de Juan Bregio de 1977, cuando se inauguró el Victoria de Girón. En ese se desempeñó como cuarto bate.
Entre los recuerdos más gratos guarda la victoria sobre Estados Unidos en los panamericanos del 75 y el tope amistoso del 76 con profesionales en Canadá, donde se hizo de la triple corona de bateo, aunque también es inolvidable el Mundial de Cartagena, en Colombia.
En el de La Habana 1973 resultó ser el máximo jonronero con tres junto a Isasi, en el 74 ganan los Juegos Centroamericanos y del Caribe de República Dominicana y lo incluyeron en el Todos Estrellas como receptor, y ese mismo año estuvo en la Copa Intercontinental de Holanda y en una gira por Japón.
Luego de su retiro del deporte trabajó por 18 años en el Servicio Exterior. Tiene cuatro hijos (Evelio Joel, Evelio Javier, Evelio y Armando Rafael), y aunque ninguno se hizo pelotero siente que son hombres de bien. También hay tres nietos que junto a ellos y su esposa Norma son su familia.