Creador academicista en el campo de las Artes Plásticas, en géneros como el paisaje, retratos de grupo o individuales, esculturas, en los que se acerca a personajes más cotidianos.
Nació en Matanzas. A los 15 años demostraba relevantes aptitudes para el arte y fue pensionado, en 1906, por el Gobierno Provincial de Matanzas para ingresar en la Academia de San Alejandro, en la capital.
Con elevadas calificaciones, parte hacia Europa en 1908, con el fin de completar estudios en las academias española y francesa. Asiste como alumno a la Academia de Bellas Artes San Fernando, de Madrid y más tarde, en 1911, a la Escuela Nacional de Bellas Artes, de París, de donde egresa con el título de Eléve Definit.
Durante su “etapa parisina” recibe su primer galardón de relevancia, cuando en 1915, se le confiere el premio del Concurso para Portada de la revista literaria Mundial, dirigida por el poeta nicaragüense Rubén Darío, se graduó en Doctor en Filosofía y Letras y en Pedagogía. Uno de los momentos más importantes de su labor fue la confección, en 1917, del escudo provincial de Matanzas.
Al iniciarse la segunda guerra mundial, en 1914, vuelve a la Isla, con una copiosa obra de cuadros y dibujos, y se establece en la capital, donde labora para El Heraldo de Cuba, dirigido entonces por el prestigioso periodista Manuel Márquez Sterling. En esta publicación se desempeña como dibujante, publicando en las ediciones dominicales los retratos - a página entera- de nuestros héroes de la independencia.
Su habilidad en este género lo transforma en un gran retratista, cuyo afán por reproducir la realidad lo vincula a los conceptos academicistas, sobre todo cuando se trata de esos retratos por encargo y de carácter oficial.
Exposiciones selección
En 1915 expuso el cuadro Fundamental de amplia concepción decorativa que obtuvo el primer premio. En 1916 se presentó al concurso Vida que llevó después a Francia y resultó muy celebrada, se presenta a otro concurso en 1918 y obtuvo una beca que no pudo asistir por cuestiones de trabajo en la Academia de San Alejandro de donde fue director por un tiempo.
La paleta de Valderrama se torna más libre cuando recrea géneros como el paisaje o en aquellos retratos de grupo o individuales, en los que se acerca a personajes más cotidianos, particularmente a distintos miembros de su familia. En tales ocasiones el académico cede lugar a un artista más creativo, cuyas influencias de ciertos presupuestos vanguardistas, como los del impresionismo son de clara percepción. Se destaca al respecto su excelente trabajo en Guajiros cubanos, Dura tierra y Desnudo, todos en la década del treinta.
Sobresale además por su obra decorativa, realizada para el Palacio Presidencial, hoy Museo de la Revolución, para la cual pintó Pomona y Mercurio, ayudó a Armando García Menocal en la pintura del platón del Salón de Recepciones, pintó el techo del Salón de los Embajadores, donde ejecutó La bandera de Narciso López y por orden del Presidente de la República, en ese entonces Fulgencio Batista, realizó El tiempo de Finlay. También hizo esculturas y bustos de patriotas como Rafael Morales y González colocado en el parque del Palacio de Justicia en la ciudad de Pinar del Río el 28 de enero de 1926.
Entre sus retratos más conocidos se hallan el de José Martí, creado en 1938, para la embajada de Cuba en México y exhibido de forma permanente en el Palacio Nacional del hermano país, el del ajedrecista José Raúl Capablanca (1940) y el del presidente norteamericano Franklin Delano Roosevelt (1945), quien posó para el artista en más de una ocasión.
Una muestra de su obra puede ser apreciada en el Archivo Histórico Provincial de Matanzas, donde se conservan algunos de sus retratos realizados a personalidades de nuestra historia. Otras obras de su autoría se atesoran en las colecciones del Museo Nacional de Bellas Artes, el Museo de la Revolución, El Museo de la Ciudad, en La Habana y el Museo Provincial de Matanzas.
Recibió distinciones honoríficas.
Murió en La Habana, el 14 de abril de 1964.