Político cubano de larga ejecutoria. Fundador y líder del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxos).
Nacido en Santiago de Cuba era hijo del ingeniero Eduardo Chibás Guerra, de una rica familia guantanamera, y de Gloria Ribas Agramonte, camagüeyana cuyos antecedentes familiares se remontaban a destacadas personalidades del independentismo.
Cursó estudios primarios en el colegio Dolores, de Santiago de Cuba, y secundarios en el colegio Belén, de La Habana, a donde su familia se trasladó en 1923. Viajó con sus padres por Europa y Estados Unidos. En 1925 se graduó como bachiller en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana.
En 1926, tras matricular derecho en la Universidad de La Habana, comenzó a participar en actividades políticas del estudiantado, y en particular en las manifestaciones en apoyo a la huelga de hambre que entonces sostenía Julio Antonio Mella. Al año siguiente, al crearse el Directorio Estudiantil Universitario (DEU) en oposición a la reforma constitucional que prorrogaba los poderes del presidente Gerardo Machado y los demás cargos electivos del Estado, Eduardo Chibás se destacó como uno de los principales dirigentes del movimiento.
Participó en diversas formas de protesta y suscribió declaraciones públicas, desplegando acciones que, a finales de 1927, le valieron la expulsión, por cuatro años, de la Universidad. Involucrado en actividades conspirativas contra la dictadura, sería encarcelado en 1929, tras lo cual debió emigrar. En Nueva York creó una organización de exiliados y atacó duramente al dictador Machado desde la prensa.
Tras la marcha estudiantil del 30 de septiembre de 1930 —en la que fue asesinado el estudiante Rafael Trejo por las fuerzas de la dictadura—, Chibás regresó clandestinamente a Cuba, se vinculó al nuevo Directorio Estudiantil y trabajó en distintos proyectos insurreccionales. Como resultado de su actividad revolucionaria fue de nuevo encarcelado.
Opuesto a la «mediación» política -promovida por el embajador de Estados Unidos, Benjamin Sumner Welles, ante la crisis de la dictadura- se mantuvo en la oposición tras el derrocamiento de Machado y respaldó el levantamiento militar del 4 de septiembre, que llevaría a la presidencia provisional de la república al profesor universitario Ramón Grau San Martín.
Figuró de inicio entre los principales sustentadores del Gobierno de los Cien Días, pero terminó por retirarle su apoyo ante la impunidad con que actuaba el jefe del ejército, coronel Fulgencio Batista y, en particular, debido al asesinato del estudiante Mario Cadenas por parte de las fuerzas militares, que denunció con vigor. No obstante, en reunión de la llamada «Junta Revolucionaria de Columbia» realizada el 15 de enero de 1934 para forzar la renuncia del presidente Grau, estuvo al lado de quienes lo instaron a resistir y mantenerse en la presidencia.
Combatió el gobierno oligárquico de Carlos Mendieta Montefur, y participó en la huelga de marzo de 1935. Vinculado a la organización Izquierda Revolucionaria, tras la derrota de la huelga se mantuvo en la clandestinidad y se convirtió en uno de los más ardientes críticos del militarismo.
Particular resonancia alcanzaría su censura del Plan Trienal, propuesta demagógica sustentada por Batista con la finalidad populista de ganar el apoyo de las masas para su régimen dictatorial encubierto.
Chibás fue uno de los más vigorosos promotores de la campaña por la democratización y la convocatoria a una asamblea que elaborase una nueva constitución para la república. Ingresó finalmente en el Partido Revolucionario Cubano (Auténtico), por cuya lista fue elegido delegado a la Asamblea Constituyente de 1940.
Su voz se alzó en los debates en torno al nuevo texto constitucional, en defensa de las tesis de su partido. Sostuvo duras polémicas con los delegados de la Unión Revolucionaria Comunista —entre otras, la que desencadenó su propuesta de condena a la invasión de Finlandia por la URSS—, y también con figuras del bloque político gubernamental.
Electo en 1940 como representante a la Cámara por el Partido Auténtico, inauguró un espacio en la radio, medio que empleó como vehículo de movilización política, al extremo de que su programa llegó a convertirse en el de mayor audiencia en Cuba. Con su eficaz campaña propagandística, resultaría uno de los artífices del aplastante triunfo del candidato presidencial «auténtico», Ramón Grau San Martín, en las elecciones generales de 1944.
Electo senador por una significativa mayoría de votos en esos mismos comicios, Chibás participó en las labores legislativas, pero sin involucrarse directamente en la gestión administrativa del Partido Auténtico. Al observar la creciente corrupción de muchas figuras del equipo gobernante, inició una campaña crítica en el seno del «autenticismo», cuyos magros resultados terminaron por impulsarlo a la escisión.
El 15 de mayo de 1947, secundado por un grupo de personalidades «auténticas» sin tacha, fundó el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo), con el cual inició una rápida campaña como candidato presidencial a las elecciones de 1948. Aunque fue derrotado, obtuvo más del 20 % de los votos, proporción notable si se tiene en cuenta la casi improvisada maquinaria electoral que había desplegado la «ortodoxia».
Convertido en líder de la oposición, fustigó al nuevo gobierno del «autenticismo» que presidió Carlos Prío Socarrás, mediante constantes denuncias de sus arbitrariedades y corruptelas.
En las elecciones de 1950 recuperó su escaño senatorial, luego de un triunfo rotundo que auguraba su victoria en las siguientes elecciones para la presidencia. El líder ortodoxo, opuesto a los pactos políticos, no solo censuraba al gobierno, sino que también combatía a los partidos tradicionales y a los comunistas, además de extender sus denuncias a las maniobras fraudulentas de compañías de servicio público y entidades comerciales.
Con su capacidad de comunicador y empleando el lema «Vergüenza contra dinero», congregaba a las masas en torno al Partido Ortodoxo, que creció rápidamente, aunque con una notable heterogeneidad en su dirigencia. Particularmente significativa era su influencia sobre los círculos juveniles que, agrupados en la Juventud Ortodoxa, manifestaban una tendencia hacia posiciones más radicales.
En una de sus campañas acusó al ministro de Educación, Aureliano Sánchez Arango, de llevar a cabo negocios ilícitos con fondos públicos, asegurando que en el momento conveniente habría de probarlo. El ministro lo convocó a un debate abierto y, tras diversos escarceos polémicos, se puso en evidencia que Chibás carecía de pruebas para sustentar su denuncia. La investigación histórica hace presumir que fue víctima de una celada concebida para desprestigiarlo.
Angustiado por la inevitable pérdida de crédito político que esto significaba, el líder ortodoxo optó por el suicidio, que cometió el 5 de agosto de 1951 durante la trasmisión de su programa radial, que él calificó como su «último aldabonazo». Tras prolongada agonía, falleció en La Habana el 16 de agosto siguiente.
Su entierro, grandiosa manifestación de duelo popular, constituyó evidencia del vasto movimiento cívico-político que Chibás había desencadenado. No obstante la pérdida de su carismático líder, la ortodoxia se perfilaba en las elecciones de 1952 con amplias posibilidades de triunfo, que se vieron frustradas por el golpe de Estado que llevó a cabo, en marzo de ese año, Fulgencio Batista. El partido creado por Chibás comenzó a fragmentarse; mientras algunos políticos optaban por acercarse al régimen de facto o ensayaban una oposición tan legal como inefectiva, sus miembros más honestos y radicales no tardaron en incorporarse a la lucha revolucionaria.
Fuente: EnCaribe.org