Conrado Benítez Medina

Conrado Benítez Medina
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The Left Chapter
Nacimiento:  
19
/
1
/
1943
Fallecimiento:  
5
/
1
/
1961

Conrado Benítez: maestro revolucionario cubano, miembro de la brigada de Alfabetización, quien junto a otros compañeros alfabetizaron a muchos campesinos

Nació en la ciudad de Matanzas, hijo del obrero agrícola Diego Benítez y de la doméstica Eleuterio Medina. Al separarse éstos, el niño quedó al cuidado de la abuela y unos tíos. Desde su infancia, Conrado conoció los rigores de la vida para los hombres y mujeres humildes de nuestro pueblo. Desempeñó los oficios más modestos. Logró formarse para realizar el gesto tan humano de incorporarse a la batalla a que había sido convocada nuestra juventud: eliminar el analfabetismo.

Se inició como maestro voluntario y fue ubicado en una escuela en las montañas de Sancti Spíritus, donde alternaba las clases de 44 niños por el día con otros tantos adultos por las noches.

Al concluir las clases en la escuela primaria José Tomás Rodríguez, de la barriada neopoblana matancera, alternaba como limpiabotas para contribuir de forma modesta al sustento del humilde hogar. Concluida la enseñanza secundaria en un centro de estudios nocturno, laboró como operario en la panadería La Caoba, donde aprendió el útil oficio.

Se trasladó para la capital del país en 1958, matriculó en el Instituto de Segunda Enseñanza de la Víbora, donde le sorprendió la caída de la dictadura batistiana. Una nueva vida se abría ante el joven matancero.

Ante el llamamiento para integrar el contingente de maestros voluntarios de montaña respondió presente y partió para Minas de Frío, en la Sierra Maestra. Concluida su preparación, fue ubicado para impartir el plan de la enseñanza en una escuelita rural del intrincado lomerío de Tinajitas, cercano al villareño poblado de Trinidad.

Dadas las precarias condiciones para impartir sus clases, se las ingenió para crear su escuelita en un aserrío, con estacas y pequeñas tablas construyó los pupitres para sus alumnos, por quienes profesaba un cariño especial, reciprocado por su sencillez y trato afable.

Trabajaba con ahínco en las labores del campo para reciprocar las atenciones que recibía del matrimonio que lo había acogido en su humilde vivienda, como uno más de la familia.

Un día cualquiera terminada su faena pedagógica marchaba feliz con sus obsequios para los niños por el trillito del lomerío, de regreso a la hospitalaria finca. De pronto, fue interceptado por una banda de alzados, quienes a la fuerza lo condujeron a él y a Heliodoro Rodríguez Linares, con destino a su guarida en la serranía trinitaria. Fueron torturados salvajemente por elementos sin escrúpulos, por negarse abjurar de sus ideales y luego ahorcados en un frondoso árbol, esto fué el 5 de enero de 1961.

Su ejemplo sirvió de bandera y su nombre fue tomado para denominar las brigadas alfabetizadoras que continuaron su obra. Decenas de miles de jóvenes se incorporaron a las Brigadas Conrado Benítez, en homenaje al primer maestro mártir de la Revolución.