Combatiente revolucionario cubano, miembro del Movimiento 26 de Julio, asaltante al Cuartel Moncada, expedicionario del Granma y combatiente del Ejército Rebelde.
Formó parte del grupo de jóvenes que bajo el mando de Fidel Castro tomó parte en la acciones del 26 de julio de 1953 por lo que fue condenado a presidio. Amnistiado por la presión popular salió al exilio y regresó a Cuba en la expedición del yate Granma que desembarcó el 2 de diciembre de 1956 por la costa sur de la provincia de Oriente.
Como combatiente del Ejército Rebelde alcanzó el grado de capitán. Murió en combate contra las tropas del ejército en noviembre de 1957 y fue ascendido póstumamente al grado de comandante.
Nació en Artemisa, Pinar del Río. Sus primeros estudios fueron en una escuela particular y posteriormente en pasó a la Academia Pitman. En la Academia Pitman se graduó de mecanografía y teneduría de libros. A inicios de 1951 comenzó a trabajar en la tienda de La Casa Cabrera donde lo sorprende el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952.
Tras el golpe militar comenzó a conspirar contra el régimen y bajo las órdenes de Fidel Castro formó parte del grupo de jóvenes que el 26 de julio de 1953 intentó tomar por asalto el Cuartel Moncada. Al fracasar la acción pudo salir de Santiago de Cuba junto a otros cinco compañeros entre los cuales estaban Julio Díaz y Marcos Martí Rodríguez. Llegaron hasta las cercanías de la playa Siboney en un jeep y luego tomaron cada uno por un rumbo distinto.
Ciro continuó en compañía de Marcos Martí. Una familia los escondió en una cueva donde permanecieron cuatro días, pero producto de una delación fueron sorprendidos y capturados por el ejército. Cuando eran trasladados por la carretera Marcos Martí fue asesinado por la espalda y Ciro golpeado. Este logró salvar la vida gracias a uno de los guardias que no permitió que fuera ultimado allí.
Sometido a juicio fue condenado a diez años de prisión. El 12 de octubre, el Ministro de Gobernación, Ramón Heredia, dispuso que el grupo de revolucionarios condenados por los sucesos del Moncada, dentro del cual se encontraba Ciro Redondo, fuera trasladado al Reclusorio Nacional de la Isla de Pinos. Según las disposiciones del Tribunal deberían permanecer en locales especiales, separados de los presos comunes. En aviones DC-3, del ejército, bajo fuerte custodia militar fueron trasladados desde la provincia de Oriente hasta la Isla de Pinos.
Fue ubicado, junto al resto de sus compañeros, en una de las salas del hospital del presidio, separados de los presos comunes por una pared de ladrillos que fue levantada para ese fin. Poco después se le permitió recibir una visita al mes y alguna correspondencia, que siempre era severamente revisada y censurada.
Como el resto de sus compañeros se negó a aceptar la cena especial del 24 de diciembre de 1953 en protesta por los asesinatos cometidos por el ejército y la guardia rural durante los sucesos del Moncada[3].
Ciro Redondo fue trasladado a La Habana con rumbo a Pinar del Río, desde el 29 de febrero hasta el 2 de marzo de 1954, como acusado de la Causa 125 de 1953 de la Audiencia de Pinar del Río, instruida en Artemisa por la detección en Pijirigua de una de las fincas que se habían utilizado para el entrenamiento militar antes del asalto al Cuartel Moncada.
Desde 1954 y con mayor fuerza a partir de 1955 comenzó un amplio movimiento nacional, que abarcó a casi todas las tendencias políticas y clases del país, en pro de una amnistía general que incluyese a los moncadista. El 10 de marzo de 1955, en medio de los festejos oficiales por el tercer aniversario del golpe de estado, se presentaron en ambas cámaras del Congreso Cubano sendos proyectos de amnistía general. El 6 de mayo, luego de ser aprobada por ambas cámaras del Congreso Cubano, Fulgencio Batista firmó la Ley de amnistía que ponía en libertad a todos los presos políticos, incluidos los asaltantes de los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes que cumplían su condena en el presidio de la Isla de Pinos.
A principios de 1956 fue detenido bajo la acusación de repartir los primeros manifiestos que llamaban de nuevo a la lucha. Por esta causa estuvo 32 días en el presidio para luego salir con libertad provisional, pero antes fue llevado al SIM donde fue fichado al tomársele varias fotos y le fue prohibido entonces, regresar a su casa.
El 20 de marzo del 1956 embarcó en el vapor Covadonga rumbo a México. Allí se reunió e incorporó junto a Fidel y otros compañeros en los preparativos de la expedición del yate Granma. En junio de ese mismo año fue detenido en México junto con la dirección del Movimiento 26 de Julio por lo que pasó varios días en la cárcel. Después de ser liberados continuaron en los preparativos, hasta que el 26 de noviembre partieron de Tuxpan en el Granma hacia Cuba.
Ciro estuvo entre los 82 hombres que desembarcaron en la Playa Las Coloradas el 2 de diciembre de 1956 y fue uno de los que después de la derrota de Alegría de Pío en que fueron dispersos presos y muertos muchos de ellos se reunió con Fidel y otros compañeros para continuar la lucha. Ya en la Sierra Maestra.
Como parte del núcleo originario del Ejército Rebelde, Ciro Redondo participó en gran parte de los combates librados por la guerrilla en el primer año de la Guerra de Liberación. Participó en el ataque al puesto militar de La Plata el 17 de enero, el combate de Arroyo del Infierno el 22 de ese mismo mes y el combate de Altos de Espinosa (9 de febrero).
A mediados de marzo de 1957 la pequeña tropa rebelde recibió el primer gran refuerzo en hombres y armas enviado desde el llano por el jefe de Acción y Sabotaje del Movimiento 26 de Julio, Frank País García. Conformaban el mismo unos cincuenta hombres bajo el mando del capitán Jorge Sotús. Con esta tropa se reestructuró la Columna 1 José Martí y Ciro pasó a formar parte del Estado Mayor o Comandancia, bajo las órdenes directas de Fidel.
Luego participaría en el ataque a Bueycito (31 de julio), el combate de El Hombrito (30 de agosto) y el primer combate de Pino del Agua (20 de septiembre).
Muere el 29 de noviembre de 1957 en el combate de Mar Verde mientras cargaba impetuosamente contra las tropas de Sánchez Mosquera. El día posterior a su caída, la Comandancia General de las fuerzas Revolucionarias en la Sierra Maestra decretó su ascenso póstumo al grado de Comandante del Ejército Revolucionario.
El día 9 de diciembre llegó a los padres la carta donde se informaba su muerte, en esa fecha cumplía 26 años. Hoy Cuba le rinde homenaje en el Mausoleo a los mártires de Artemisa.