Bernardo G. Barros Gómez

Bernardo G. Barros Gómez
Ariel
Nacimiento:  
5
/
1
/
1890
Fallecimiento:  
20
/
5
/
1922

Destacado periodista y escritor cubano. Utilizaba el seudónimo Ariel. Se destacó como crítico de arte y como conferenciante. Publicó una novela y dejo otra inconclusa, también publicó cuentos.

Nació en el barrio habanero de Guanabacoa. Cursó el bachillerato en La Habana. Comenzó la carrera de Derecho, pero la abandonó para dedicarse al periodismo. Alrededor de 1908 colaboraba en El Fígaro -del que llegó a ser secretario de redacción- y Heraldo de Cuba donde, entre los años 1914 y 1917, permaneció a su redacción colaborando en su sección fija «La vida literaria».

Sus trabajos aparecieron además en La Discusión, El Mundo, Diario de la Marina, Letras, El Mundo Ilustrado, Revista de Bellas Artes, Social, Cuba Contemporánea (de la cual fue redactor), Revista de América (París). Algunos fueron reproducidos en El Universal y El Tiempo Ilustrado, de México, así como en El Universal, de Caracas, y Variedades, de Lima.

Dirigió el Diario de Sesiones del Senado. Fue fundador de la Sociedad de Conferencias y de la Sociedad Teatro Cubano.

Bernardo G. Barros fue elegido miembro de la Academia Nacional de Artes y Letras con poco más de 30 años, pero falleció antes de tomar posesión de su asiento correspondiente. La vida —mejor dicho, la muerte— jugó una muy mala pasada a este periodista y autor talentoso cuya firma llegó a ser familiar en la prensa cubana. Dejó escrito su trabajo de ingreso, titulado «Origen y desarrollo de la pintura en Cuba», publicado en el folleto Discursos pronunciados en la sesión solemne celebrada por esta corporación a la memoria del académico electo fallecido Sr. Bernardo G. Barros y Gómez, el día 12 de mayo de 1924.

Obras
Novelas
La senda nueva (1913)
La red (que quedó inconclusa)

Traducciones
Silhouettes allemandes, de Paul Louis Hervier
L'Adjudant Bancit, de Marcel Prévost

De este autor apuntaría Max Henríquez Ureña “que se dio a conocer en la prensa con crónicas ligeras en estilo galano y ameno”.

Desarrolló pues, una vida intelectual intensa. Fue uno de los disertantes que tomaron la palabra en los años de mayor actividad de la Sociedad de Conferencias, junto a otras figuras ilustres de la época (Juan Miguel Dihigo, Rafael Montoro, Enrique José Varona, Carlos de la Torre, Salvador Salazar y Eusebio Hernández, por citar algunos). Estas conferencias tuvieron gran alcance entre la población, pues resumidas o íntegramente circulaban por toda la Isla a través de la prensa.

En 1910 aparece —junto a José Antonio Ramos y Max Henríquez Ureña— entre los fundadores de la Sociedad de Fomento del Teatro, a la cual se adhirieron otros muchos intelectuales interesados en estimular el desarrollo de la creación teatral en Cuba.

Barros solo publicó un libro, La caricatura contemporánea, en dos volúmenes, editado en Madrid en 1918. Dejó escrito un trabajo titulado “Origen y desarrollo de la pintura en Cuba”, que se publicó en el folleto Discursos pronunciados en la sesión solemne celebrada por esta corporación a la memoria del académico electo fallecido Sr. Bernardo G. Barros y Gómez, el día 12 de mayo de 1924, es decir, dos años después de la muerte de su autor, acaecida el 20 de mayo de 1922.

Dos novelas y varios cuentos, así como traducciones y abundante crítica de arte, amén de su labor de conferenciante, hicieron de Bernardo G. Barros una de las figuras literarias más conocidas de la Cuba de un siglo atrás.