Cantante, compositora y pianista. Exponente de la canción romántica, el feeling y el bolero, incursionando con gracia en los mismos, ha interpretado temas de autores muy prolíferos como Marta Valdés, Juanito Márquez o Silvio Rodríguez.
Beatriz es una de las grandes voces cubanas de todos los tiempos. Con más de medio siglo de vida artística ha sido una melodiosa constante en los grandes escenarios de la Isla a los que ha estremecido con su timbre único.
En el ámbito musical cubano Beatriz Márquez ha sido conocida como La Musicalísima por sus grandes condiciones vocales. Su padre fue el destacado compositor y guitarrista René Márquez por lo que desde muy pequeña se vio rodeada de un ambiente musical que definió su vocación. Desde los nueve años estudió piano. Posteriormente cursó estudios en la Escuela Nacional de Arte.
Inicialmente Beatriz formó parte de un grupo musical, pero luego se convirtió en solista. En su voz se han hecho populares diversas creaciones musicales. Beatriz Márquez se ha presentado en distintos países y ha obtenido importantes premios y reconocimientos por su labor.
Su registro de mezzosoprano ha hecho posible sus gustados “descensos” a tonos graves, como sus inesperados, y no menos apreciados, “ascensos” a tesituras mucho más altas, sin perder su definitorio estilo, muy apropiado para la canción y el bolero, géneros en los que se mantenido como una de sus principales cultivadoras en Cuba. Conocida como La Musicalísima.
Beatriz Márquez no es un acontecimiento fortuito: cierto que su talento innato y esa voz de la que ella consigue cuanto se propone - ¡y lo consigue brillantemente! - devinieron piedra angular de lo que llegó después, pero junto a esas cualidades hay un entorno familiar muy vinculado con el arte a lo que se suma la consagración desde su niñez. Inició su carrera artística en 1968.
A fines de la década del 60 se incorporó a Los Barbas. En ese mismo período cantó a dúo con Miguel Chávez, con el que ganó una gran popularidad.
En 1971, con el espectáculo Ritmos de Cuba, visitó seis países socialistas; a su regreso, ofreció su primer recital en el Teatro Amadeo Roldán (lo repitió en 1974); en 1973 participa como invitada al Festival Orfeo de Oro, celebrado en Bulgaria; en 1973, realiza una gira por Rumania, y en 1975 obtiene su primer gran triunfo fuera de Cuba, con su participación en el Festival de Sopot, y después forma parte de la revista Otoño Dorado, en la Unión Soviética.
En 1976 viaja a la República Popular de Angola con la orquesta de Elio Revé, y de allí se traslada a Venezuela para participar en el Festival de la Divina Pastora, en Venezuela.
Refiriéndose a sus discos, expresa Frank Padrón: «En seis placas [...] ha demostrado su coherente desarrollo profesional, sus líneas y matices, dentro de la llamada “canción romántica”, sus diferentes autores —que en las últimas muestras incluyen con bastante frecuencia composiciones propias—, la evolutiva concepción orquestal, enriquecida con nuevas sonoridades y su propia madurez interpretativa. Si bien no siempre el repertorio ha sido óptimo, las composiciones han arrojado evidentes desniveles, ni todos los discos presentan la misma calidad, hay que reconocer en Beatriz Márquez un sólido avatar discográfico.»
Ha participado en varios concursos Adolfo Guzmán de Música Cubana, es una cantante dotada de grandes facultades, afinación absoluta y buen concepto de la interpretación. En la actualidad continúa su carrera artística. La carrera como cantante de Beatriz Márquez ha estado siempre ligada al Concurso Adolfo Guzmán, como intérprete primero y como jurado después. Muchos recuerdan, en particular, las edición de 1980, cuando la cantante interpretó la balada «Amar, vivir» de Richard Egües y el público, sin dejarla concluir, se levantó todo de las butacas para aplaudirla ensordecedoramente.
Realizó sus estudios en el Conservatorio Amadeo Roldán con Manuel Ochoa y Carmen Collado, y los culminó (dirección coral) en la Escuela Nacional de Arte, con el profesor guatemalteco Oscar Vargas Romero.
Una de las facetas más conocidas de Beatriz Márquez fue la relación de amistad y trabajo que sostuvo por muchos años con Juan Almeida Bosque, uno de los comandantes históricos de la Revolución Cubana que fuera también un prolífico compositor (escribió más de 300 canciones).
Según ha contado la cantante, se conocieron cuando ella apenas comenzaba su carrera artística: Almeida se le acercó durante una presentación en la ciudad de Santiago de Cuba para enseñarle su obra, pues creía que el estilo de la joven se adecuaba a sus canciones. De ese primer encuentro y los muchos que le siguieron nacería el LP que Beatriz Márquez grabaría con los temas de él en 1970 y que alcanzara gran popularidad en Cuba.
Obras
Al verte a ti
Alguien como sólo quiero
Busco nuevamente mi sentir
Despídete de todo mi existir
Esa noche tuve un sueño
Nuestro cielo
Sin mí qué tal te va
Entre los incontables premios que a lo largo de su carrera ha recibido La Musicalísima Beatriz Márquez destacan el Premio Nacional de Música, que le fuera entregado en 2015 por la obra de toda la vida y el Gran Premio Cubadisco, con el que se alzó en 2018 por su fonograma «Libre de Pecado», demostrando que, a pesar de su avanzada edad, se voz continúa como el primer día.