El destacado pianista José María Vitier se presentó en la Sala de Conciertos Dolores de esta urbe, como parte del 61 Festival de la Trova Pepe Sánchez.

Plegaria a la Virgen del Cobre, Ave María por Cuba, Fresa y Chocolate, Decepción, Al pie de tus altares, Danzón imaginario, En falso, Lágrima y amor, y Contradanza festiva fueron temas interpretados este domingo por el también Premio Nacional de Música, que se hizo acompañar por Bárbara Llanes, Abel Acosta, Eduardo Sosa y Pancho Amat.

Según Vitier, en enero de 1972 llegó por vez primera a la provincia suroriental, donde conoció a intérpretes de la vieja trova como Ángel Almenares y su hijo Alejandro, Pablo Armiñán, Ramón Márquez y Miguel Ángel Justiz, quienes lo motivaron a realizar composiciones que emocionaran y a explorar el imaginario de ese género musical, a fin de estar en la búsqueda constante del piano de la trova.

Al respecto, dijo que ese género se asocia a la guitarra, pero trata de encontrar una fórmula de piano capaz de transmitir la misma intimidad y comunicación de ese instrumento en la forma y estilo de tocar.

Comentó lo que representa para los músicos de Cuba y el mundo la Casa de la Trova de la Ciudad Héroe, la cual al volver a visitar en esta ocasión lo inspiró para crear un breve poema.

Resaltó la importancia de Santiago de Cuba en su carrera, pues el público indómito siempre lo recibe con cariño y recuerda sus presentaciones con especial aprecio.

El tresero Pancho Amat, a quien se dedica esta edición del Festival, afirmó que la grandeza del instrumentista radica, en parte, en su vasta obra, la cual recorre el mundo para orgullo de los cubanos.

Vitier siempre ha puesto su corazón en este territorio y por sus manos corre el guitarrero de los trovadores santiagueros, afirmó.