Patricia Ramírez González, o Leida, como la conocemos los cubanos, fue víctima de un accidente automovilístico el 17 de abril del 2014, como consecuencia del impacto la joven actriz sufrió múltiples traumas craneales y otras alteraciones que le imposibilitaron seguir con el curso normal de su vida.
En el momento del accidente la joven se encontraba filmando la telenovela Cuando el amor no alcanza, escrita por Maité Vera y dirigida por Jorge Alonso Padilla, quien a consecuencia de este grave accidente tomó la decisión de utilizar a otra actriz para sustituir a Patricia en el personaje de Leida, y así continuar con el rodaje, debido a lo compleja de la situación de salud que tenía la actriz.
Patricia nació el 8 de noviembre de 1990 en Placetas, Villa Clara. Cuando tenía entre cuatro y cinco años sus padres se mudan para Sancti Spíritus, donde actualmente vive su familia. A partir del 10mo. grado comenzó a estudiar en la Academia de Actuación “Samuel Feijóo”, de Villa Clara.
Luego de graduada, pasó los dos años de ser¬vicio social en el villaclareño Grupo Dripe, de teatro para niños, y una vez en La Habana comienza a trabajar con Toni Díaz en “Mefisto Teatro”.
En televisión había incursionado en Tras la huella, en la novela La otra esquina hizo un pe¬queño personaje de reparto, y durante casi un año condujo un programa musical en el Canal Educativo.Luego fue seleccionada para uno de los protagónicos en la novela “Cuando el amor no alcanza” que se trasmite por Cubavisión en el año 2015.
En la noche del 17 de abril del 2014 Patricia paseaba con unos amigos. En la avenida 31 doblando por la calle 18, un auto impactó la puerta trasera del vehículo donde viajaba la joven, ella fu la única que sufrió daños severos producto del choque.
Fue atendida de inmediato en la Clínica Internacional “Cira García”, institución de salud que era la más cercana al lugar del incidente, le prestaron los primeros auxiliosy la trasladaron posteriormente al hospital Calixto García en su servicio especializado de politraumatizados.
El estudio al ingresar identificó un trauma craneal severo con toma del estado de conciencia, fractura de la pelvis del lado izquierdo y fractura también del hombro derecho a nivel del húmero. El cuadro era crítico, con una hemoglobina baja, se le realizó una Laparotomía Exploratoria y se encontró hemorragia interna por ruptura del bazo, el cual se extirpó y se controló el sangramiento.
Patricia fue llevada entonces a una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), donde permaneció con ventilación artificial y con otras asistencias necesarias debido a su falta de conciencia. A los 14 días se le practicó una traqueostomía para mejorar la ventilación y a los 28 días logró despertar del estado de coma.
Esos días en terapia intensiva sufrió infecciones, problemas respiratorios, neumotórax y problemas de presión arterial. Los partes médicos eran desgarradores, siempre la definían en estado crítico. A los 58 días del accidente fue trasladada a la Unidad de Cuidados Intermedios (UCIM), donde permaneció por cuatro meses.
Antes de llegar al Centro Internacional de Restauración Neurológica en abril del 2015, Patricia Ramírez fue atendida en varios centros de salud de la capital como el Hospital Clínico Quirúrgico “Hermanos Ameijeiras” y el Instituto de Neurología y Neurocirugía.
Durante este tiempo presentó episodios de Hidrocefalia, por lo que fue intervenida quirúrgicamente en varios momentos, entre otras complicaciones que pueden aparecer en pacientes como Patricia.
En el Ciren fue evaluada por un equipo multidisciplinario de especialistas que detectaron en ella algunas otros problemas que era necesario erradicar, antes de enfocarse en el trabajo neurológico, esfera donde sin lugar a dudas este centro cuenta con un merecido prestigio a nivel internacional.
La paciente llegó con una gastrostomía para poder alimentarla y tiene además una traqueostomía que, aunque ya respira es¬pontáneamente, se decidió mantener por el momento para mejor seguridad.
Teniendo en cuenta las características de las lesiones sufridas por Patricia y el cuadro neurológico actual, se le realiza un protocolo de atención médica integral de acuerdo con las necesidades.
Producto del trauma craneal severo que sufrió la joven, ha quedado en un estado que se identifica como trastorno de mínima conciencia en correspondencia con los criterios internacionales.
Patricia no tiene reconocimiento de sí misma ni del entorno, pero tiene suficiente vitalidad para realizar el ciclo sueño-vigilia y es capaz de mantener una respiración y una digestión adecuadas, aunque la ingestión debe ser asistida.
Como parte de la adaptación del tratamiento neuro restaurativo que lleva a cabo el Ciren en el caso de la joven actriz, se trasladaron los equipos médicos necesarios, así como las consultas y la atención directa de especialistas y enfermeras hasta su propia habitación.
Se decidió comenzar a realizar un programa terapéutico multifactorial no intensivo, pues la paciente presenta varias limitantes para su manipulación, el cual incluye Logopedia, Defectología y Acondicionamiento físico general, dando prioridad a la estimulación sensorial permanente.
“Incorporamos además a su esquema de tratamiento la estimulación cerebral no invasiva con corriente directa, realizada por especialistas con experiencia en este tipo de intervención. Se le aplican estímulos a áreas específicas del cerebro, en este caso en la región prefrontal izquierda. Están planificadas 30 sesiones, las cuales no han culminado aún”.
En estos momentos estamos enfrascados en un tratamiento integral multidisciplinario e interdisciplinario que abarca desde el abordaje farmacológico, el cuidado especial de este tipo de pacientes e intervenciones directas con terapistas físicos, defectólogos, logopedas. Además, se ha tratado con magnetoterapia, laserterapia y electroestímulos.
Los médicos están optimistas y explican que la evolución y la respuesta al tratamiento, si bien es cierto que no han sido del todo favorables, tampoco han sido negativas. Pero su pronóstico es reservado porque aún es impredecible, no se pueden aún predecir los resultados del tratamiento impuesto.
Lamentablemente no existe hoy un medicamento que posibilite el paso del paciente de un estado neurológico a otro. En el mundo no se registra evidencia científica ni hay guías prácticas clínicas específicas que planteen cómo trabajar con este tipo de paciente, pues lo reportado son apenas experiencias de experto con pequeñas muestras de casos.