Recibe la Doctora Hilda Saladrigas la Orden Carlos J. Finlay
La decana de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana describió al campo de la comunicación como una sinfonía y a Cuba, en todo el esplendor de sus particularidades sociales, como la banda que interpreta esa composición musical con sus tiempos y tonos.
“En el campo profesional de la comunicación social – dijo – todas sus prácticas son importantes, cada una debe hacerse con responsabilidad y en equilibrio con las demás”; pero – preguntó – “¿cómo poner esas notas musicales en una partitura que en Cuba funcione como una orquesta?”.
A despejar esa y otras interrogantes ha dedicado 35 años de una vida como investigadora que, este miércoles 21 de diciembre, fue reconocida con la Orden Carlos J. Finlay, concedida por el Consejo de Estado a personalidades nacionales y extranjeras por sus valiosos aportes al desarrollo de las ciencias naturales o sociales.
Para Hilda, aún “hay mucho que investigar sobre la Comunicación y su complejidad en pos de perfeccionar nuestra sociedad y sus relaciones humanas y también como una manera de contrarrestar prácticas manipuladoras y desprofesionalizadas, puestas al servicio de maniobras sucias como la guerra cognitiva”.
De ahí que esa Orden – afirmó – representa el trabajo anónimo que se hace en Cuba por investigar, desde su propio campo académico, a la Comunicación”; su sistematicidad y organicidad – agregó – le otorgarán la legitimidad merecida.
Sus estudios de diploma, maestría, doctorado y otros más recientes, han hecho que Hilda fuera reconocida con premios nacionales e internacionales, como el otorgado por la Federación Latinoamericana de Facultades de Comunicación Social y el Premio de la Academia de Ciencias de Cuba en 2018.
La sinfonía de la praxis comunicacional que lidera Hilda confía en el compromiso social y también en el poder de la dosis de amor y utopía necesarias para dirigir ese campo en el país. Como la música, la comunicación encarna cambio y dinamismo: dos elementos que – expresó la decana en 2020 – siguen siendo imprescindibles para tallar el país que queremos.