Omara y Yankiel son dos de oro para Cuba en Juegos Paralímpicos
La velocista Omara Durand corrió más rápido que nadie para proclamarse campeona de los 400 metros planos de la categoría T12 (débiles visuales profundos) y darle así a Cuba su segunda medalla dorada de estos decimosextos Juegos Paralímpicos Tokio 2020 y la número 41 de su historia en estas citas de verano.
Guiada en la pista por los ojos de su inseparable Yuniol Kindelán, detuvo los relojes en 52.58 segundos para dejar atrás a la experimentada ucraniana Oksana Boturchuk (55.33) y a la venezolana Alejandra Paola Pérez (67.06), quienes nada pudieron hacer ante el empuje de una leyenda que no ha perdido una carrera en toda una década.
Esta presea es la sexta de oro que esta santiaguera de 29 años le saca a las pistas en juegos múltiples, para convertirse en la cubana más laureada de la historia en estas lides al superar a su coterránea Yunidis Castillo, ausente en esta cita estival.
La mitad de ellas las ha ganado en la vuelta al óvalo y el resto en los 100 y 200 metros planos, disciplinas en las que también competirá en esta edición y donde ostenta los récords mundiales.
Con este título la delegación cubana se posicionó en el lugar 32 en el medallero general por países y ahora las aspiraciones de mantenerse entre las 20 naciones vuelven a renacer cuando aún faltan varias pruebas que pueden aportar títulos.
Haciendo añicos los pronósticos de todos los expertos, Robiel Yankiel del Sol se llevó la medalla de oro en el salto de longitud categoría T46 de estos juegos, al clavar los pinchos a los 7.46 metros, marca que no ha logrado nadie jamás en ninguna de las otras 15 paralimpiadas.
Sin palmarés alguno, con apenas 18 años de edad y con una marca personal discreta de 6.77 metros, llegó este muchacho a la competencia sin llamar la atención de nadie hasta que logró esta hazaña y le dio a Cuba su primer metal dorado de esta cita y la número 40 que logra en la historia de su participación en estas reuniones múltiples.
Muy estable estuvo el antillano durante toda la prueba para no dejar margen a dudas, sobrepasando los siete metros en cuatro de sus seis oportunidades, para anunciar al mundo que una nueva leyenda estaba naciendo en la tierra del sol naciente.
La medalla de plata de la prueba fue para el norteamericano Roderick Townsed, campeón paralímpico de Río de Janeiro 2016 con 7.36 m, y el bronce lo ganó el ruso Nikita Kotukov con un salto de 7.34 m.