Muere en La Habana José Luis Cortés, el Tosco, director de NG la Banda
El popular músico José Luis Cortés, el Tosco, flautista, arreglista, compositor, productor musical y director de la orquesta NG la Banda desde su fundación en 1988, falleció este lunes en La Habana a los 70 años de edad.
Según información del Instituto Cubano de la Música, Cortés falleció como consecuencia de un accidente vascular encefálico.
El querido y carismático artista, precursor de la timba y autor de grandes éxitos musicales, Premio Nacional de Música en 2017, es considerado maestro y creador de la “nueva escuela” de cantantes y flautistas de música popular cubana.
Nacido en el barrio El Condado, Santa Clara, en octubre de 1951, José Luis Cortés es una de las figuras cimeras de la música popular en la Isla, considerado artífice de la timba, y, junto a su orquesta, NG La Banda, una de las caras más visibles del llamado boom de la salsa durante la década de 1990.
Egresado de la Escuela Nacional de Arte en la especialidad de flauta, fue un exitoso compositor, arreglista y productor que antes de crear su propia agrupación pasó por Los Van Van, bajo las órdenes de Juan Formell, y por el all star que fuera Irakere, fundada y dirigida por el maestro Chucho Valdés.
Su proyección artística trascendió fronteras musicales y geográficas. Junto a su orquesta, ha sido motivo de celebración de los más variados públicos en Cuba y más allá de sus fronteras, con éxitos como Santa palabra, La expresiva, Lelolei, La apretadora, La bruja, Échale limón, La cachimba y otros, y por su excepcional virtuosismo como instrumentista, reafirmado en no pocos de los festivales de jazz más exigentes del mundo.
Un nuevo golpe brutal ha sufrido la música cubana. El muchacho del barrio del Condado, de Santa Clara, que llegó a la Escuela Nacional de Arte con sus inquietudes creativas a flor de piel y que por usar un calzado rústico de una talla mayor a la suya le apodaron El Tosco, epíteto que alcanzó nombradía universal, que se movió con igual soltura y altura en la flauta clásica y popular, fichado por Juan Formell para Los Van Van y Chucho Valdés para Irakere –quién no recuerda su fabuloso Rucu rucu a Santa Clara–, protagonizó uno de los más intensos procesos renovadores de la música cubana cuando en 1986 y 1987 grabó cuatro discos en los estudios de la Egrem Siglo I ane; Siglo II ane; Abriendo el ciclo y A través del ciclo, en el que agrupó los más brillantes ejecutantes y vocalistas del momento, muchos de ellos de nueva promoción.
Ese fue el germen de NG la Banda –la Nueva Generación–, orquesta que estrenó en 1988 y con la que tejió una impresionante saga de hallazgos. Si el son derivó en la llamada timba, movimiento que cristalizó y definió la música cubana bailable a partir de los 90, se debió en gran medida al talento de El Tosco como compositor, orquestador y director orquestal, y a su olfato para encauzar oficios y voluntades en torno a su proyecto. La prueba está en la consistencia de la sección de vientos –los metales del terror–, la eclosión ritmática de la sección percutiva, y el sabor de sus vocalistas, encabezados por el siempre leal Tony Calá.
Los músicos, los bailadores y todo aquel que se sumergió en sus invenciones sonoras coincidieron en otorgarle a José Luis el puesto conquistado en la vanguardia de nuestro tiempo.
Orlando Vistel, presidente de la Asociación de Músicos de la Uneac, al comentar el suceso luctuoso, expresó: «Hemos perdido a un creador de la más alta jerarquía, cuyo legado encierra un valor incalculable que estoy seguro se acrecentará con los años». En 2017 fue reconocido con el Premio Nacional de la Música y la Universidad de las Artes le confirió el diploma de Mérito Artístico.
NG comenzó a dejar una huella discográfica notable apenas un año después de su fundación con No te compliques. En la década de los 90 Échale limón y Veneno hicieron época. La crónica social más enardecida convivió desde entonces con las instrumentaciones imaginativas, al estilo de Mambo Murakami.
Esa fue una constante en la obra de José Luis; en el álbum doble Mis 22 años, que lanzó en 2011 y al que convocó a decenas de brillantes colaboradores, se puede escuchar junto a Lucha luchador y Si yo tuviera una extraordinaria versión jazzeada de la Danza del fuego, de Manuel de Falla. En las noches de la Casa de la Música de Miramar, por largos años su plaza, antes de complacer a los bailadores, solía abrir la tanda con España, de Chick Corea.
José Luis Cortés González
compositor, arreglista, productor musical, música, artes, flautista, director musical, promotor cultural
Reconocidísimo flautista, arreglista, compositor y productor musical. Precursor de ¨la timba¨, cuenta con grandes éxitos musicales. Maestro y creador de la ¨nueva escuela¨ de cantantes y flautistas de música popular cubana.