Fallece en Miami el cineasta cubano Sergio Giral
A partir de 1961, Giral desarrolló una encomiable labor como documentalista y realizador de filmes sobre el papel de las raíces africanas en la cultura cubana. Como cineasta, Giral fue un adelantado en la exploración de nuestras tramas culturales más relegadas gracias a sus ancestrales orígenes africanos.
El cineasta cubano Sergio Giral falleció este martes en Miami, dieron a conocer fuentes familiares, a los 87 años. Hasta el momento no ha trascendido la causa de su muerte.
Nacido en 1937, Giral cursó sus estudios primarios y secundarios en Estados Unidos pues su madre era estadounidense. De regreso a Cuba, empezó a estudiar la carrera de Agronomía, pero la abandonó para dedicarse por completo al cine.
Perteneciente a la generación fundadora del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (Icaic), a partir de 1961 Giral desarrolló una encomiable labor como documentalista y realizador de filmes sobre el papel de las raíces africanas en la cultura cubana.
Su obra como director ha quedado estampada en filmes como El otro Francisco (1974), Rancheador (1976), Maluala (1977), Plácido (1986) y María Antonia (1990), esta última basada en la pieza teatral homónima de Eugenio Hernández Espinosa.
También dirigió documentales como Cimarrón (1967) y Qué bueno canta usted (1973).
Su película Techo de vidrio (1982) fue censurada en Cuba hasta que se produjo su estreno a fines de los años 80.
Residía en Miami desde los años 90, donde se mantuvo activo como parte de la comunidad artística cubana en el exilio, según resalta la Asamblea de Cineastas Cubanos (ACC).
La María Antonia de Sergio Giral, interpretada por Alina Rodríguez en la película homónima de 1990 con la cual el director cerró de manera estelar su filmografía en Cuba, poco antes de regresar a Estados Unidos.
Como cineasta, Giral fue un adelantado en la exploración de nuestras tramas culturales más relegadas gracias a sus ancestrales orígenes africanos. Junto a Sara Gómez y Nicolás Guillén Landrián, terminó siendo uno de los más respetados directores negros haciendo cine en una institución como el ICAIC.
Aunque el argumento, basado en una obra de teatro, se remonta a los años 50, María Antonia es una suerte de “mujer nueva”. En la secuencia final, la película da un giro inesperado y extraordinario cuando la “pecadora” se baja de un carro moderno en traje de batalla sensual como si regresara del ruedo de la más vieja profesión del mundo. El personaje de Alina Rodríguez pudiera ser la primera “jinetera” en pantalla grande.
Con María Antonia, Sergio Giral volvía a especular con la infidencia que tantos dolores de cabeza le ocasionó Techo de vidrio, en 1980.
El guionista de Techo de vidrio, que trata sobre un caso de malversación y corrupción, pálido si se compara con hechos reales ulteriores, fue el novelista Manuel Cofiño.
En 1995 Giral dio a conocer su revelador documental La imagen rota, donde logró reunir a numerosos artistas cubanos exiliados relacionados con el cine. Son testimonios irreprochables sobre los avatares que debieron sufrir cuando pensaron que, con la creación del ICAIC en 1959, se abría un camino de prosperidad y libertad para la cinematografía en la Isla.
Hay personalidades ya fallecidas como Alberto Roldán, Mario García Joya, Roberto Fandiño y Ramón Suárez y verdaderos clásicos vivos entre los cuales figuran Orlando Jiménez Leal, Fausto Canel, Miñuca y Fernando Villaverde, así como Eduardo Palmer, entre otros, con valiosos testimonios que expresan la imposibilidad de hacer cine sin democracia.
Su muerte es una sensible pérdida para la cultura cubana, y ha motivado mensajes de dolor por su partida y de condolencias a sus familiares y allegados.