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Fallece el Capitán del Ejército Rebelde Felipe Guerra Matos

A los 96 años de edad falleció el sábado 10 de febrero del 2024 el capitán del Ejército Rebelde Felipe Guerra Matos a causa de una insuficiencia respiratoria aguda. Guerra Matos fue el hombre que asumió los destinos del deporte revolucionario en enero de 1959 por encomienda de Fidel.

Conocido como «Guerrita», su nombre está asociado al del líder de la Revolución Cubana desde el desembarco del Granma y tuvo como enlace directo a Celia Sánchez Manduley.

Nacido el 1 de mayo de 1927 en Manzanillo, en la antigua provincia de Oriente, de origen campesino, se inició desde temprano en la lucha revolucionaria.

Guerrita, como cariñosamente se le conocía, fue uno de los manzanilleros contactados por Celia Sánchez para apoyar a los expedicionarios del Yate Granma en las primeras e inciertas horas después del desembarco. Se convirtió en un eficaz enlace y mensajero bajo las orientaciones de Fidel, Frank y Celia.

Fue el encargado de trasladar al periodista estadounidense Herbert Matthews hasta la Sierra Maestra para entrevistarse con Fidel el 17 de febrero de 1957, una audaz acción que sirvió para difundir ante el mundo que el jefe guerrillero estaba vivo y había un movimiento activo en el país contra la dictadura de Fulgencio Batista.

De prodigiosa memoria, capaz de contar los más inusitados detalles de cada anécdota, por muy insignificante que pareciera, Guerra Matos dejó su huella en el movimiento guerrillero y después en las misiones asignadas tras el triunfo de la Revolución.

Ponderó siempre el genio y la hondura de pensamiento del Fidel, así como el liderazgo de Celia, su coterránea de Manzanillo, y las virtudes de Frank País, a quien también conoció en labores de apoyo al Ejército Rebelde.

El 13 de enero de 1959 fue designado por Fidel al frente de la Dirección General de Deportes, antecedente directo del Inder, y consagró sus energías a cumplir el proyecto del líder de la Revolución, quien había dicho: «venimos decididos a impulsar el deporte a toda costa, llevarlo tan lejos como sea posible».

Se cuenta que al asumir la tarea un periodista le preguntó: ¿qué sabe usted de deporte?, y su respuesta fue un jonrón de seguridad y confianza en la naciente Revolución: «Nada, pero de guerra no sabíamos nada, y la ganamos».

Bajo su liderazgo se amplió la red de instalaciones deportivas y se concibieron competencias con un gran sentido popular y masivo, germen de lo que posteriormente ha sido un
potente movimiento que condujo a Cuba a lugares de privilegio en el concierto deportivo mundial.

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