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Havana Club

Exposición de pintor cubano recrea gráfica de 1950 tributo a barrio habanero

El pintor cubano Douglas Pérez inauguró el pasado jueves 16 de diciembre una exposición, a propósito de la segunda experiencia curatorial de la 14 edición de la Bienal de La Habana, con una obra que acude a la gráfica de la década de 1950 para rendir tributo al barrio habanero Vedado y su evolución al futuro.

Futurama es el título de la muestra que, al decir de su autor, hace referencia a una serie norteamericana de dibujos animados de igual nombre, producida por el dibujante Matt Groening y con una primera emisión en 1999.

Las piezas se basan en la imaginería de esta primera mitad del siglo XX para captar La Habana y forman parte de una serie llamada Vedado, que lleva implícita como proyecto varias exposiciones, dentro de las cuales se ubica Futurama.

En el recorrido museográfico aparece como primera figura una pieza titulada Previsora, que constituye una especie de maqueta de una casa típica de aquellos años y exhibe esa presencia de innovaciones en términos de construcción.

Según dijo, este trabajo tiene mucho de su naturaleza y su eje central gravita en torno a la arquitectura para homenajear a esa zona, donde existen elementos urbanísticos interesantes que, sin embargo, a veces pasan desapercibidos por quien transita a diario.

La exposición, que abrirá luego de más de un año sin presencia de público, en la Galería Máxima, comprende alrededor de 76 obras y emplea la técnica de papel y tempera, precisamente el material utilizado por los ilustradores durante aquella etapa comercial y colorida norteamericana.

Con la curaduría de la directora del centro, Yaiset Ramírez, estas producciones constituyen un símbolo de elegancia y confort, brinda al espectador un viaje en el tiempo a uno de los lugares más transitados por quienes visitan la capital de Cuba y ofrece un merecido tributo a sus forjadores.

Al decir de los especialistas, en Futurama destaca la prevalencia de la armonía y el diálogo de las piezas que retratan «el día a día del cubano en perfecto diálogo con el aquí, el ahora y el pasado; alejada de una figuración detenida como vitrina intocable».

Prensa Latina