Esperanza Barroso eminente neuroradióloga fallece en La Habana
Hay Seres Humanos que tras su muerte dejan una estela de tristeza, de consternación, unidas a una infinita admiración. El domingo 10 de septiembre de 2023 partió hacia la eternidad la Profesora Esperanza Barroso García, uno de los pilares más fuertes y queridos del Instituto de Neurología y Neurocirugía.
Al saber de su fallecimiento sentimos una mezcla muy rara de desconsuelo, de preguntarnos por qué, y de no aceptar que la habíamos perdido.
Nacida el 27 de octubre de 1934, se graduó de Doctora en Medicina en la Universidad de La Habana en el año 1960, realizó su servicio médico social rural en el “Hospital General de Baracoa”, en el oriente cubano, en 1961.
Inició su residencia de Radiología en el Hospital “Calixto García”, en La Habana, en 1962, y en 1964 se trasladó al Hospital “Pedro Borrás”, donde finalmente recibió el título de Especialista de Primer Grado en Radiología en 1965.
Su primer centro laboral fue el Hospital Infantil “Pedro Borrás”, pero muy poco tiempo después, otro grande, el Prof. Rafael Estrada González, la llamó para ser Jefa del Departamento de Radiología del “Instituto de Neurología y Neurocirugía” de La Habana, responsabilidad que desempeñó desde 1967 hasta el 2002. Con su intensa dedicación y sabiduría introdujo la neurorradiología no solo en el INN, sino en el país y transformó este departamento en lo que es hoy el Departamento de Neuroimagenología, referente a nivel nacional de esta disciplina.
Alcanzó la categoría de Profesora Titular en el año 1972, la de Investigadora Titular en 1981, y la de Especialista de Segundo Grado de Radiología en 1984. Recibió el Título de Doctora en Ciencias Médicas, por otorgamiento directo en 1988. Fue nombrada Profesora Consultante del Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana en el año 2000. Recibió numerosas distinciones y condecoraciones, entre las cuales destacan: la Distinción por la Educación Cubana, la Orden Frank País, la Medalla por el 30 Aniversario de la Academia de Ciencias de Cuba, las Monedas por el centenario del MINSAP y el 50 Aniversario de la Salud Pública Revolucionaria, entre otras.
Todos la recordamos sonriente en su oficina rodeada de alumnos, residentes, especialistas, con su manera tan sencilla de expresar tanto conocimiento, sin lenguaje rebuscado, respondiendo preguntas y llevando a cabo una labor docente de excelencia. Lo original de su carácter único es que era capaz de combinar esa sencillez con una alta exigencia que generaba el más alto respeto y admiración entre todos. Los que tuvimos la dicha de contar con la amistad de Esperanza pudimos recrearnos con su refinado sentido del humor, que mezclaba con una envidiable agilidad mental, lo cual hacía muy atrayente el intercambio personal con ella.
Su nombre “Esperanza” no trazó una “experanza”, sino la evidencia de crear una nueva especialidad en nuestro país: “La Neuroimagenología”, lo cual le valió haber recibido la condición de Maestra de la Radiología cubana.
La Medicina Cubana ha perdido un símbolo de sapiencia, consagración y entrega a su carrera. Es, sin dudas, nuestra “Neuroimagenóloga Mayor”.
Del Instituto de Neurología y Neurocirugía hoy brota una lágrima que se multiplica entre todos los que tuvimos la única oportunidad de disfrutar de su sabiduría y de su ejemplo imperecedero como un ser humano irrepetible.