“En ningún lugar como en casa” afirma Kcho
El 19 de abril, hace un mes y unos días, se hubiese inaugurado en el Museo Nacional de Bellas Artes una gran muestra de Alexis Leiva Machado, Kcho, titulada “En ningún lugar como en casa”, que se anunciaba como la más abarcadora realizada hasta hoy respecto a su trayectoria artística. Sería extensa en cuanto a exhibición de obras, algunas nunca vistas en Cuba, además de inclusiva respecto a muy diversas manifestaciones artísticas e intensa, asimismo, en cuanto a participantes que se incorporarían, dado que su idea es, en el conjunto, integrar al mismo tiempo un taller de artes gráficas, en el que se espera a grabadores de varias provincias del país y de México. Y exposición, en fin, amplia en miradas, pues abriga también un seminario didáctico sobre el Museo y el quehacer en vivo del propio artista.
Sin embargo, la pandemia de la COVID-19 dejó en suspenso esta cita, pospuesta para cuando ya no exista peligro de enfermar, mas futuro encuentro en Bellas Artes al que estamos seguros acudirá, de todas formas, mucho público, dada la conocida popularidad tanto de Kcho, como de su obra.
En este intervalo de retiro, no obstante, sabíamos que tanto el artista, como Corina Matamoros, la curadora de la exposición personal del artista, no estarían inactivos, pese a las regulaciones que limitan movimientos y prácticas que implican el contacto personal. De ahí que decidimos entrevistar al artista para que nos pusiera al día sobre este proyecto ambicioso que exigirá mucho de sus gestores y de un equipo de especialistas. Pero que por otra parte, intuíamos que, en las actuales circunstancias, sufriría cambios y demandaría de Kcho nuevos esfuerzos.
En este diálogo veremos cómo ha asumido esta postergación en tiempo pandémico, ya sea al derivar sus energías hacia actividades insospechadas, como fumigar en el barrio, llevar obras nacionales e internacionales de la colección del Museo Orgánico de Romerillo (además de a la sala del mercado Los Marinos en esa zona), a las casas de los vecinos. Sin dejar, por otra parte, de exigirse a sí mismo para seguir produciendo obras artísticas (en una situación en la que muchos hemos sentido suspendidas nuestras vidas), y repensar su exposición ahora desde otras motivaciones como los cambios que el planeta ha enfrentado durante la epidemia.
Muchos conocen a Kcho, quizá desde ángulos muy distintos de su personalidad intensa y controvertible, y manifiestan conocer su obra, mas aquí él mismo afirma que en realidad su carrera se ha desarrollado mayormente fuera del país, y de ahí la trascendencia que para él tiene esta próxima muestra en el 2020, sobre la que menciona, una y otra vez, su reconocimiento a la institución cubana que lo expondrá con una ya bien ganada fama internacional, y que del mismo modo fue el primer Museo Nacional del mundo en mostrar su obra en su propia patria, cuando era un desconocido y talentoso artista joven.
Igualmente, en la entrevista se constata cómo ahora, recién cumplidos sus 50 años, ya en la medianía de su vida, Kcho nos define su certeza mayor, o sea, aquella que define la esencia de su proyecto artístico y su trayectoria toda, en un lema humanista, tan objetivo como comprometido con la realidad de su quehacer actual.
De acuerdo conmigo en que nada de lo sucedido debía dejarse de pasar por alto, aún más en tan preocupantes circunstancias con la COVID-19 todavía dando una batalla a la sobrevivencia del ser humano, hemos convenido, Kcho y yo, en conversar sobre su aún esperada exposición en Bellas Artes, que significativamente tituló, En ningún lugar como en casa.
El día 19 de abril, mientras respondes a estas preguntas, estaría siendo inaugurada tu muestra “En ningún lugar como en casa” en el Museo Nacional de Bellas Artes. Se tratará de una gran exposición, compleja en muchos aspectos curatoriales, organizativos y museográficos. ¿Cuál ha sido tu quehacer durante esta etapa de espera dado que no ha sido posible su apertura a causa de la pandemia de la COVID-19 y las medidas de protección que han sido tomadas?
“La muestra se inauguraba el 19 de abril. Escogí este día porque era el 59 aniversario de la Victoria de Girón, a mí me gustan mucho las fechas de la historia, somos hijos de la historia; ya ha pasado un mes de la fecha de inauguración inicial.
En el mes de marzo me fui a España a buscar algunos materiales para la muestra, algunas esculturas que estaban pendientes, otras cosas para logística del montaje. Al regresar me impuse una auto-cuarentena, cuando aún no estaba indicada aquí en Cuba, estuve por más de 15 días en una sala de mi estudio llamada “Martha Machado”, durante este tiempo estuve pensando, leyendo, estudiando, por supuesto pensé mucho en lo que ya no iba a pasar, no te imaginas cuanto tuve que pensar en los meses anteriores para tomar la decisión exacta de la muestra, sobre las obras, los espacios, los conceptos. Cada detalle ya estaba fijado. Imagínate, después de algo como esto, hay que cambiarlo todo; yo pienso que la rigidez es mala para un artista, debemos ser personas que tengamos la capacidad siempre de readaptarnos, el pensamiento de un artista es totalmente creativo y es posible reinventarse cada día.
No me ha dado ningún pesar no hacer la muestra en el tiempo planificado, te lo repito, estudié, pensé cosas, he agregado nuevos paramentos, nuevas ideas, nuevos conceptos; hemos trabajado cantidad en toda la exposición de Bellas Artes. “En ningún lugar como en casa” será una exposición muy didáctica, yo creo mucho en el papel educativo del arte, siempre he creído en esto. Hay muchas muestras en mi vida y en mi trabajo que demuestran esta creencia, este convencimiento que tengo sobre el papel del arte en la vida de las personas, lo que hice fue detenerme a pensar, a estudiar, y por supuesto no te voy a decir tantas cosas, no hace falta decírtelas, quiero conservar muchas de estas ideas para la exposición. Hemos estado trabajando en soportes que tienen la capacidad de conducir esta idea, el camino de lo didáctico, de lo conceptual, por ejemplo, en las obras que he seleccionado nuevas, y he meditado mucho en esto, hasta en los recursos para ello.
Si puedes, lee una entrevista que se le ha realizado recientemente a Corina Matamoros Tuma, la curadora del Museo Nacional de Bellas Artes (en el blog de Cubarte), y también en la televisión cubana sobre mi muestra.
Te digo algo, la capacidad de adaptación de un artista es fundamental en lo que ha pasado, nunca he hecho antes una exposición como esta. No tuve a mis espaldas 30 años de trabajo como ahora, cumplí en febrero 50 años y el día 13 de junio de este 2020 se cumplirán 30 años de haber salido de la escuela, de mi salida del vientre escolar al vientre profesional. Entonces todo lo que estaba pensando siempre está en ese camino.
Ahora te digo, hemos hecho una selección casi quirúrgica de obras que permiten que se pueda transmitir la idea precisa de cuáles son mis preocupaciones a lo largo del tiempo. Yo me considero un viajero incansable, no solo en físico sino también respecto a lo mental. Un artista es un viajero, uno viaja todo el tiempo en la mente y crea cosas. Durante mucho tiempo no tuve un estudio, siempre trabajaba en aviones, hoteles, restaurantes, caminando por un bosque. Entonces, el estudio se ha hecho infinito y pensando en esto he buscado obras que retraten esas experiencias, ya que, en Cuba, aunque la gente me diga: “Kcho esto, Kcho lo otro”, como una música o un rock ruidoso, no conocen mi trabajo: ¿Por qué? No es culpa de los cubanos, es que mi carrera no ha ocurrido aquí, Corina Matamoros decía el otro día en la entrevista que mi obra está en algunos de los museos más importantes del mundo, en Nueva York, Londres, París, Madrid, Tokio, entonces, como la obra no ha ocurrido aquí, el público no conoce los sucesos, digamos, trascendentales de las cosas que hemos logrado realizar en el tiempo: Esta será una oportunidad.
Lo que más me gusta de poder realizar esta exposición es que cuando yo tenía apenas 22 años hice mi primera exposición personal en un museo, se llamó “Paisaje Cubano” y fue en el propio Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana, te puedes imaginar que para mí tiene un gran significado que después de 30 años pueda hacer una muestra antológica en el mismo museo donde dí mis primeros pasos, en una institución como esta, y aunque mi obra está en el MoMA, en el Museo Pompidou, en el Museo Reina Sofía, no olvido que el primer museo donde yo puse un pie fue en el Museo Nacional de Cuba: “Mi Museo Nacional”. Entonces esto tiene una marca, una pauta innegable y por supuesto, desde el momento en que me invitaron a hacer la exposición, que me convencieron, que empecé a pensar en ello, pensé en todo lo que hemos hecho juntos, en todas las cosas que he vivido con Corina Matamoros, la curadora, con nuestro Museo, con sus curadores, a lo largo del tiempo. Por eso la exhibición es muy significativa, no solo por la obra, también por el compromiso que tengo con la institución que el Museo Nacional de Bellas Artes representa.”
Tu obra ha circulado extensamente a nivel internacional, quizá no falte continente donde no haya sido expuesta en galerías, centros de arte o museos. ¿Cuál es la diferencia entre esta exhibición y las cuantiosas muestras que has realizado durante tu trayectoria artística?
“Ya te decía en la anterior pregunta que para mí el Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba es el museo más importante del mundo porque ahí dí mis primeros pasos. Yo no pensaba cuando aquello, que iba a exponer en los grandes museos del mundo y eso ya es abrumador, esto que voy a decir a continuación es solamente un comentario, hay artistas que se mueren sin exponer en el Museo Nacional de su país, entonces imagínate yo he expuesto en el museo más importante de mi patria desde que tengo 22 años, puedes buscar en mi curriculum otras muestras que hemos hecho en el museo durante estos años, para mí es de gran significación el hecho de que estoy exponiendo en el museo que para mí es el más importante, el que me retrata, retrata a mi país y retrata las ideas de mi patria. Por supuesto que es una gran experiencia poder hacer una exposición como esta después de 30 años y te digo esto porque es muy trascendental y real, para mí es un regalo tremendo poder compartir con los cubanos tantas obras importantes. Podrán ver obras que nunca han estado juntas en el mismo lugar, que han sido creadas durante toda mi carrera artística, que han sido notables dentro de mi trabajo, pero eso me ha costado y he pagado un gran precio, yo he conservado obras que han querido museos como el MOMA (Museum of Modern Arts), nunca las he vendido, significaría perderlas para siempre, significaría que esas obras estuvieran siempre en un lugar como ese.
Y te voy a contar una anécdota: El primer museo de Estados Unidos que me hizo una exposición personal fue el MOCA (Museo de Arte Contemporáneo) de los Ángeles, yo tenía 27, o sea cinco años después de la que realicé muy joven en el Museo de Bellas Artes de Cuba, fue entonces el primer museo estadounidense que hizo una exposición personal mía. Un día uno de mis coleccionistas más importantes, quien era parte importante del board del MOCA, me dice que mi obra era una pieza importante de esta institución (y aún lo es) y me comenta: Kcho has pensado que tu obra valiosa, interesante, intensa de los primeros años de tu juventud ¿no está en Cuba?, el día que tu país quiera mostrar tu historia, tendrá que contar con la bondad de gente como yo, que no son bondadosas, no creo que un coleccionista como yo sea capaz de desprenderse de una obra como la que tenemos tuya de tus primeros años, para que esté en Cuba. Y es que para ellos eso es un tesoro, aunque también para mí. Yo tomé una medida hace mucho tiempo y eso me ha costado mucho, he tenido broncas como decimos en Cuba, peleas muy intensas, conceptuales, emotivas con galerías, con coleccionistas de mi obra, porque he determinado que obras muy específicas, digamos, muy influyentes, debía conservarlas, te puedo nombrar algunas como “Lo mejor del verano” o “La Jungla’’ que está entre Torino y La Habana , “A los ojos de la historia”, de la cual el MOMA tiene el dibujo y la fundación Sandetto tiene la instalación. Mas gracias a cosas de la vida, cuando se hizo aquella exhibición en Torino, la obra no cabía en el avión, a pesar de haberla realizado en Cuba, no la pude llevar, tuve que viajar a Italia a realizar otra en Torino, yo siempre he conservado la que tuve en Cuba, entonces hay dos, la que conservé en Cuba y la que realicé para Torino, y esto se podrá ver en nuestro museo, en la muestra que te digo, será inaugurada en el próximo mes de noviembre.
Vamos a empezar a trabajar en detalles logísticos y constructivos, porque para hacer una muestra que retrata 30 años de trabajo hay que ser muy cuidadosos, hay que ser muy detallista, hay que ser casi como un cirujano que te salva la vida, y ese también es el papel del arte, entonces estamos trabajando ahora en esos detalles para que la exposición sea exactamente lo que queremos, que tenga todos los mensajes que queremos transmitir, que el espectador pueda disfrutar y conocer mi trabajo y mi obra, porque estoy de acuerdo con Corina Matamoros que las personas en Cuba no conocen mi trabajo, solo conocen un eco de él, pero no la han visto nunca, entonces la muestra va a ser esta oportunidad, va a ser muy importante el hecho de que podamos hacer esto en Cuba, lo es solamente pensarlo y soñarlo, imagínate hacerlo realidad.”
Aprecio que el Museo Orgánico Romerillo se ha incorporado a este afrontamiento a una pandemia que ha requerido de esfuerzos de la nación y de cada ciudadano. Mas quizá muchos no sepamos cuál ha sido la actividad realizada por los colegas, amigos, especialistas y técnicos del Museo Orgánico de Romerillo durante este periodo.
Quisiera nos relataras si, además, esta situación mundial y del país que no se esperaba cuando proyectaban inicialmente tu exposición, aparecerá de alguna forma en tu próxima muestra.
Fui a mi estudio en Barcelona unos días antes de que España declarara la alarma nacional, al llegar y sabiendo la situación no me moví de mi casa ni un solo momento, allí me quedé permanentemente durante una semana, hasta que pude regresar a Cuba, por eso llegué a mi país sano y salvo, como te contaba me puse en auto-cuarentena y decidí liberar a mis trabajadores desde ese momento, y así se mantendrá la situación hasta que el Estado cubano declare el fin de la pandemia, porque las personas que trabajan conmigo vienen de sus casas en transporte público y es un riesgo innecesario, decidí que fuera así, todos en sus casas tranquilamente, estamos pagando a nuestros hermanos trabajadores el 50 % de su salario y lo vamos a hacer hasta que acabe la pandemia, pues nada vale más que la vida. Cuando yo decidí hacer algo como el Museo Orgánico siempre he sido consciente de que uno tiene que estar verdaderamente comprometido con las personas, entonces esa fue mi decisión, ese es el camino.
Aparte de todo esto, recuerda que estoy en un barrio que tiene colgado en la frente aquel cartel del barrio marginal, en el cual hemos cambiado las cosas desde el año 2012, hay muchos indicios de lo que te digo, reales, concretos, pero hay que demostrarlo todo el tiempo, es como diría mi mamá “hay que ser aplicado en la vida”, hemos sido aplicados en la vida, nos hemos esforzado todos los días para que lo que hemos logrado hacer en Romerillo sea permanente y prevalezca a pesar de la pandemia, por ejemplo en Romerillo no solamente está nuestro Estudio, sino también están los parques, bodegas, mercados, en la calle están los indicios contundentes de lo que somos y hacemos, entonces hemos querido mantenerlo en el tiempo, en esta situación nueva de la pandemia, por ejemplo en el mercado Los Marinos que es un lugar que ya por 5 años ha sido una sala de arte, hemos retirado toda la colección, para que la gente vaya a lo que tienen que ir, a comprar sus alimentos y se marche rápido, para que no se enfermen. Estamos muy comprometidos con todos, dondequiera que este Kcho, su brigada Martha Machado o el Museo Orgánico, estaremos comprometidos con el cambio y el mejoramiento de la vida de las personas. Estamos realizando un grupo de acciones contra el coronavirus, en todos los espacios comerciales que se encuentran en mis alrededores así sean agros, bodegas, tiendas o cualquier espacio donde las personas tengan que ir por necesidad, realizamos marcas de seguridad en el suelo para mantener la distancia social y fumigamos dos veces al día; con ayuda de la federación del barrio y del CDR se identificaron 32 núcleos familiares, los cuales son casos sociales o tienen algún tipo de dificultad, desde el Estudio los apoyamos con unos módulos de ayuda que no especificaré que contienen, solo que son algunos recursos necesarios para ayudarlos durante esta cuarentena, estas acciones concretas las hemos hecho siempre, aunque nunca ha sido de mi propósito darlas a conocer, sino realizarlas y apoyar a los que más me necesiten, pues este barrio de Romerillo es parte de mi vida y de mi quehacer diario.
Hemos realizado otras acciones, hemos querido celebrar el Día Internacional de los Museos con una acción que se va a prolongar en el tiempo, estamos compartiendo con nuestros vecinos nuestra colección del Museo Orgánico, esa idea de que el arte lo cambia todo, “los artistas como médicos del alma”, nosotros lo aplicamos realmente, parte de nuestra colección patrimonial está instalada en casas de nuestros vecinos, obras de Lam, Mariano Rodríguez, Servando Cabrera, Raúl Martínez, Spencer Tunick, Arman y seguiremos sacando para la calle nuestra colección de arte contemporáneo universal, no nos vamos a detener.
Me estaba leyendo un artículo el otro día en internet sobre la antropóloga americana Margaret Mead donde respondía una pregunta de un estudiante sobre cuál consideraba ella que fuese el primer signo de civilización en una cultura, a lo que ella respondió que el mayor indicio de que la humanidad es civilizada es un hueso humano restaurado, es un fémur de un individuo que se lo dañó cazando, el cual fue encontrado 5 000 años después sanado, eso indica que el hombre aprendió a cuidar a los suyos, que otro individuo tuvo la capacidad de llevar a esa persona herida a un lugar seguro, protegerlo, cuidarlo, atenderlo, sanarlo y salvarlo de la muerte. Y hoy encontrarlo en un hallazgo arqueológico, este fémur restaurado, es el mayor indicio de lo que es la civilización humana.
Creo sin ningún tipo de duda que la mejor obra de arte que he hecho en mi vida es estar cerca de los cubanos, es haber creado la brigada “Martha Machado”, ir a construir viviendas, a cantar, a ponerles un techo o un cuadro en su casa. Esa es la idea principal del arte, que la vida cambie, que el hombre sea mejor persona, que sea un mejor individuo, que sobreviva a todo, y eso puede emanar solamente de algo tan poderoso como es el arte. No creo que haya hecho algo mejor que eso, no creo que ninguna instalación, ninguna escultura, ningún dibujo o grabado que va a estar en Bellas Artes, en esta muestra “En ningún lugar como en casa” sea tan poderoso como el hecho real de poder entender, asimilar y actuar en consecuencia de que el mayor logro humano y civilizado es amar al prójimo, es estar junto a él, es amarlo, es entregarse a su futuro, eso creo que es lo más importante y es lo que hago todo el tiempo, eso es el Museo Orgánico, eso es Romerillo, es la brigada “Martha Machado”, esa es la obra que yo desarrollo, es a lo que me dedico y me seguiré dedicando eternamente.”