El actor Denys Ramos con un papel protagónico en la telenovela El rostro de los días
No siempre los televidentes tienen la oportunidad de disfrutar el mismo día del mismo actor en dos personajes totalmente diferentes, y que en ambos esté bien.
El Lester de la excelente serie Zoológico, retransmitida por Cubavisión, y el Fabián de la telenovela actual, El rostro de los días, es Denis Ramos, un rostro familiar y generalmente aplaudido por la crítica y el público.
Fabián en El rostro de los días es un padre atento y cariñoso que cuida a un bebé menor de una año y que enfrenta las críticas constantes de la abuela de la fallecida esposa.
No se puede olvidar su actuación en De amores y esperanzas y tampoco en Lucha Contra Bandidos, la otra guerra, además de otras propuestas televisivas.
Jugar cuando se es niño es jugar, no tienes nadie quien te juzgue. No tienes a nadie que te diga si una cosa está bien o mal, simplemente estás jugando y lo que estás haciendo no le importa a nadie. Yo jugaba con otra amiga, una vecina que terminó siendo actriz también. Simplemente, era el placer de sentirnos bien haciéndolo, y de pronto llegar a un teatro, lo que es un teatro como tal, un tabloncillo con lunetas con personas mayores mirando hacia uno, con solo 10 años.
Otros actores del grupo de Humberto Rodríguez en ese tiempo terminaron trabajando con Flora Lauten. Fue realmente conmovedor saber que una persona que ya llevaba muchos años de experiencia decía simplemente que sí, que yo tenía talento. Fue algo muy lindo, la palabra no es exactamente lindo, la palabra realmente es impresionante para mi vida. Fue genial cuando de pronto estaba en el escenario, ya estrenando la obra que fue mi debut.
e Humberto, pero para mí fue muy muy gratificante saber que podía hacer algo como era actuar”.
Luego de pasar casi tres años, más o menos de los 10 a los 13, sin hacer nada de teatro, sin conocer nada más, sin aprender nada, Adolfo Llauradó abrió el teatro para adolescentes. Era un taller comunitario; desde que entré tuve ese sentido de pertenencia, como mi casa. De paso, era frente de mi casa. Adolfo se comportó con nosotros como si fuera nuestro padre. Fue muy recio, el taller lo impartían Llauradó y Eduardo Benítez.
Luego fue Escuela Nacional de Arte (ENA) “Yo no llegué con las manos vacías a la ENA, sino con algunos estudios y algunas lecturas que no tiene que haber tenido un niño con 13 o 14 años; que, incluso, dentro de la academia uno no debería tenerlas a ciertas edades.
Para mí, la ENA fue un paso de consolidación de conocimiento y entendimiento, y pude poner en práctica algunas cosas que no había conseguido totalmente dentro los talleres.
Luego vino Historias del fuego, los Villalobos, Aquí estamos, en el teatro El cartero de Neruda. La tesis de actuación del Instituto Superior de Arte fue La verbena de la paloma, pieza dirigida por Bertha Martínez. El mago de Oz, versión de Abelardo Estorino dirigida por Fabricio Fernández, y Tango, de Mrozek; Sueño de una noche de verano y Noche de reyes, las dos obras de Shakespeare, dirigidas por Carlos Díaz, y, por supuesto, Dudo, que es mi primer unipersonal.
Ha hecho muy poco cine, y ahora con Opus Habana y Desde el corazón de La Habana, que dirige Otto Braña, es que está haciendo radio.
Del buen Fabián o Pavel al diabólico Lester. Evidentemente, no te han encasillado. ¿Los personajes te llegan a ti o tú los buscas como un reto a tus potencialidades?
“De Pavel a Lester es increíble porque yo siempre he creído que nosotros tenemos muchas maneras de ser y no siempre somos la misma persona en todos los momentos, ni en todas las circunstancias ni en todos los lugares. Simplemente Pavel tiene muchas cosas de Denys Ramos o Denys Ramos tiene muchas cosas de Pavel; Lester también tiene parte de Denys y es como prestarle un pedazo de todos los colores que puede tener uno a un personaje, y ponerle otros colores que uno no tiene. El cambio entre un personaje y otro es complicado, porque lo principal es que uno tiene que conocerse y saber hasta qué punto uno mismo pudiera en circunstancias determinadas comportarse de una manera o de otra.
“En cuanto a los retos y potencialidades, siempre estoy deseando tener personajes que sean un reto y tratando de crear y desarrollarlos lo mejor que pueda, aportarles todo lo que pueda. Es lo que siempre intento; sea el personaje que sea, trato de hacerlo porque no importa la magnitud, la dificultad o no que otros le vean. Todos los personajes tienen sus dificultades, están en dependencia de las personalidades de cada uno. Y sí he tenido la suerte, lo he pensado mucho, de hacer personajes que son diferentes”.
“Una de las cosas que me ha dejado mayor satisfacción es tratar de que en todos los personajes que hago poder hacerlo, pero no siempre es así. Por lo menos en personajes con El cartero de Neruda, mi propia tesis La verbena de la paloma, donde yo hacía de un enano que caminaba como un enano y les hice creer a muchas personas en el escenario que lo que había reamente era un enano… Cuando uno logra ese tipo de cosas, cuando estás en un escenario, solo, como en el unipersonal Dudo, más de 50 minutos, a veces hasta una hora, en dependencia de las acciones del teatro (no siempre dura lo mismo, puede variar solo unos minutos), cuando uno siente que está disfrutando, ya todo está claro. Por eso definirte un personaje es difícil...
“Shidartha es el nombre por el que me conocen casi todas las personas; Pavel, Cristóbal en Lucha contra bandidos, son personajes que realmente me han dejado satisfecho”.