Revolucionaria cubana. Combatiente en el asalto al cuartel Moncada y en el levantamiento en Santiago de Cuba, el 30 de noviembre de 1956. Miembro de la Dirección Nacional del Movimiento Revolucionario 26 de Julio (MR 26-7). Directora de la Casa de las Américas.
Nació en el batey del Central Constancia -hoy “Abel Santamaría Cuadrado”- en Encrucijada, provincia de Las Villas (actual Villa Clara). Sus padres, Joaquina Cuadrado Alonso y Benigno Santamaría Fernández, eran españoles. Como jefe del taller de carpintería de la fábrica de azúcar, el padre disfrutaba de cierta estabilidad económica.
Asistió a una escuela del batey y, terminados sus estudios primarios, se preparó para ingresar en la Escuela de Enfermeras, lo que no logró alcanzar.
A comienzos de la década de 1950, se trasladó con su hermano Abel Santamaría Cuadrado, en busca de oportunidades de trabajo, a La Habana, donde residieron en un apartamento del no. 164 de la calle 25 entre P y O, en El Vedado, el cual en la actualidad alberga el Museo “Abel Santamaría”.
Atraída por las denuncias que hacía de la realidad política cubana Eduardo Chibás Ribas, y por su consigna “Vergüenza contra dinero”, pronto ingresó en la Juventud del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxos). Participó en actividades contra el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, encabezado por Fulgencio Batista. Trabajó en la edición del periódico clandestino Somos los mismos, órgano mimeografiado publicado por el grupo inicial que se reunía con los hermanos en el apartamento , integrado por Jesús Montané y Raúl Gómez García.
El apartamento se convirtió en sitio de conspiración, donde se planeaban actividades, se discutían proyectos, se estudiaba diversidad de documentos. Haydeé Santamaría integró el grupo que, con la dirección del abogado Fidel Castro Ruz, preparó y realizó el asalto a los cuarteles “Moncada” y “Carlos Manuel de Céspedes” en Santiago de Cuba y Bayamo, respectivamente, el 26 de julio de 1953.
Se destacó en la creación de condiciones indispensables en la Granja Siboney, en las afueras de la Santiago de Cuba, que sería sitio de reunión de los combatientes antes de los asaltos. Reclamó participar en el asalto al cuartel Moncada, por lo que fue designada, junto a combatiente Melba Hernández, para desempeñar la función de enfermera, con el médico Mario Muñoz Monroy, en el Hospital Saturnino Lora, a unos pasos del cuartel, donde brindaría atención a los potenciales heridos del enfrentamiento armado.
Detenida y encarcelada junto a Melba Hernández, sufrió al escuchar las torturas y conocer los asesinatos de sus compañeros en la acción, entre ellos su hermano y su prometido, Boris Luis Santa Coloma.
Su participación en el juicio a los Moncadistas fue de una extraordinaria importancia, pues era una de los sobrevivientes de las masacres cometidas contra los asaltantes, lo que reflejó en su declaración. Fue condenada junto a Melba Hernández, en la causa 37 de 1953, a siete meses de prisión en la cárcel de Guanajay, en la provincia de La Habana.
Haydée, junto a Melba Hernández fue conducida desde el aeropuerto de Columbia hasta el Reclusorio Nacional para Mujeres de Guanajay. En un carro del Servicio de Inteligencia Militar (SIM), fuertemente escoltado fueron conducidas hasta el penal.
Fue destinada al Bloque A, donde se encontraban las reclusas de mejor conducta, según había dispuesto el tribunal que la consideró presa política. En un pequeño almacén de la planta baja, junto a la cocina se le habilitó la celda que compartiría con Melba Hernández. En la celda improvisada se les habilitaron cuatro espacios: uno para dormitorio, uno para cocina, otro para comedor y un último donde se instaló el baño.
Durante el encierro fue autorizada en algunas ocasiones a recibir personas amigas y se le permitió tener todos los libros que deseó, pero se le mantuvo todo el tiempo incomunicada, con la sola compañía de Melba Hernández, y sólo podía tomar el sol en el patio los días que la visitaban sus familiares. En términos generales fue tratada de forma humana y cortés durante todo el tiempo que pasó en el Reclusorio Nacional para Mujeres de Guanajay.
Haydée, junto a Melba, salieron en libertad el 20 de febrero de 1954. La esperaron en las afueras del Reclusorio, para conducirla a La Habana, sus padres y su hermano Aldo, Juan Manuel Martínez Tinguao, Luis Conte Agüero, los padres de Melba Hernández y los revolucionarios de Guanajay, Ángel Eros, Pedro Esperón y Evelio Prieto, quienes luego formarían parte del comando que asaltó el Palacio Presidencial el 13 de marzo de 1957. El primer acto que hicieron tanto Haydée como Melba fue llevar una ofrenda floral a la tumba del líder ortodoxo Eduardo Chibás.
Después de ser liberada se ocupó con Melba Hernández de la divulgación clandestina del folleto Mensaje al pueblo de Cuba que sufre, donde Fidel Castro explicaba a los cubanos cómo habían sido salvajemente masacrados sus hermanos en las acciones del 26 de julio de 1953. Tenía también la misión de reorganizar las fuerzas dispersas del movimiento en las provincias occidentales y la responsabilidad de editar y distribuir el alegato de defensa de Fidel Castro durante su enjuiciamiento, documento posteriormente llamado “La Historia me Absolverá”.
Participó en reunión del día 12 de julio de 1955, en la calle Factoría No. 62, en La Habana, en la que se creó el Movimiento Revolucionario 26 de julio de cuya Dirección Nacional formó parte. Cuando Fidel Castro se trasladó a México para organizar la expedición del yate Granma, Haydeé Santamaría pasó a la clandestinidad, con el nombre de María.
A finales de 1956, mientras se esperaba a los expedicionarios, viajó a Santiago de Cuba, donde se reunió con Frank País, Armando Hart Dávalos y Vilma Espín para ultimar los pormenores del grupo de apoyo al desembarco. Participó en las acciones del levantamiento del 30 de noviembre de 1956, en esa ciudad oriental.
Estuvo más de una vez en la Sierra Maestra para establecer contactos con la comandancia de los rebeldes, y en mayo de 1958 fue designada para la recaudación de fondos y la organización del apoyo de los exiliados cubanos en Estados Unidos. Dirigió la oficina del Movimiento 26 de Julio en Miami, ciudad del estado de Florida.
Al triunfar la Revolución Cubana en 1959, regresó del extranjero y colaboró en el Ministerio de Educación, del que era titular su esposo, Armando Hart Dávalos.
El 26 de mayo de 1959 fue nombrada Directora de la Casa de las Américas. Desde ese puesto promovió a nuevos creadores, en particular poetas y jóvenes músicos que conformaron el Movimiento de la Nueva Trova.
Con su dirección, la Casa de las Américas devino un centro de promoción e investigación cultural de proyección nacional e internacional, el cual contribuyó a impedir el aislamiento cultural, en momentos en que potencias extranjeras pretendían asfixiar a la Revolución Cubana.
Haydeé Santamaría integró en 1961 el ejecutivo de la Federación de Mujeres Cubanas. Fue miembro de la Dirección Nacional del Partido Unido de la Revolución Socialista. También, miembro fundador del Comité Central del nuevo Partido Comunista de Cuba, constituido el 3 de octubre de 1965,a partir de la unidad de varias organizaciones políticas.
Cumplió, en el extranjero, misiones encomendadas por la dirección del país. En 1966 participó como invitada en el Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética y visitó la República Democrática de Viet Nam, donde se entrevistó con el presidente Ho Chi Min.
Para el fortalecimiento de la comunicación y las relaciones de Cuba con América Latina, Haydeé Santamaría realizó importantes tareas. En 1967 presidió la Conferencia de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS), reunida en La Habana para coordinar la lucha insurreccional en todo el continente.
En conversatorios y reuniones en centros de trabajo y universidades, relató gran parte de sus experiencias del asalto al cuartel Moncada, y de mujer revolucionaria y combatiente guerrillera.
En 1975 fue elegida diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular por la provincia de Villa Clara, y miembro del Consejo de Estado.
En 1959 fundó Casa de las Américas, la entidad cultural más importante de la región, que presidió hasta su muerte, y a la cual fueron atraídos grandes escritores de América Latina y el Caribe como Pablo Neruda, Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Mario Benedetti, Carlos Fuentes, Jorge Zalamea, Eduardo Galeano y Juan Gelman, entre otros muchos. Con Haydée Santamaría, los escritores y artistas latinoamericanos descubrieron una casa común, un “territorio libre”, en el cual pudieron entregar lo mejor de sí. Creó el Premio literario Casa de las Américas. Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Noel Nicola, entre otros trovadores, tienen a Haydée como uno de sus ídolos, porque ella supo representar la esencia justiciera y serena de la Revolución Cubana.
Haydeé Santamaría falleció al suicidarse, en La Habana, el 28 de julio de 1980. Sus restos descansan en el Panteón de los Mártires en el Cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba
Fuente: EnCaribe.org