Adiós a la «Mano negra» del béisbol cubano

La gloria del béisbol cubano, Gregorio «Mano negra» Pérez, falleció el lunes 15 de febrero a la edad de 79 años, convocado por los dioses del diamante, para seguir admirando su picardía y arrojo, con las que dominó a su antojo a los contrarios, durante 15 series nacionales.

La inteligencia y el coraje embrujaron a los bateadores rivales, desde que se sintió pitcher por primera vez en su natal poblado de Guayabal, actual municipio tunero de Amancio Rodríguez. Fue una de las principales figuras de los equipos Granjeros, Orientales, Cafetaleros, Mineros, y de Las Tunas, conjunto con el que arribó a la cifra de cien victorias en los clásicos domésticos, y con el que se retiró tras 110 triunfos y 107 reveses.

Sus cifras lo ubican entre los mejores 30 en campeonatos nacionales de varias estadísticas representativas en el área del pitcheo, como el promedio de boletos por cada nueve innings, de 1,82 (3er. lugar), el WHIP de 1,11 (19) y el PCL de 2,18 (25), según el sitio web del béisbol cubano.

Tras su retiro, en 1982, se desempeñó como entrenador en el estadio Julio Antonio Mella; formó parte de la delegación cubana que acompañó al equipo nacional en el tope frente a los Orioles de Baltimore, en 1999, y prestó colaboración deportiva en Venezuela, en 2005.