Nace en Bayamo, Granma. Cursó la primera enseñanza en su ciudad natal y el bachillerato en el Instituto de Segunda Enseñanza de Holguín y en las Escuelas Pías de La Habana.
Realizó estudios de química industrial en la Escuela de Artes y Oficios de La Habana.
Ha viajado a México, Estados Unidos, Argentina, Chile, Uruguay y Venezuela.
Fue productor, director y escritor de radio; durante varios años dio a conocer a los poetas cubanos a través del programa En su lugar la poesía.
Colaborador en Unión, Casa de las Américas y La Gaceta de Cuba. En 1965 obtuvo mención en el Concurso Casa de las Américas por su novela Contracastro.
Entre sus obras se encuentran: Himnos de montaña, Gitana, La pata de palo, Agradecido como un perro, Y se mueren y vuelven y se mueren, Noche en el recuerdo y Nadie.
Este autor ha ejercido el Coloquialismo, al que añade una peculiar manera expresiva entre emotiva y elegíaca. Se ha mantenido fiel a esta línea, incursionando en temas sobre todo autobiográficos. A veces gusta de la poesía ingeniosa, como en "La doble imagen", "La cita del señor" o "La nariz", pero su tono central está en "Agradecido como un perro", en el que lo emotivo, sentimental, trae reminiscencia del neorromanticismo. Alcides tiene un trasfondo afín con la expresión de tragedias familiares o sociales, como testimonian sus poemas "La bayamesa desconocida" y "La liquidación del siglo", respectivamente.
Según el escritor cubano Virgilio López Lemus:
"Cuando en 1983 publicó Agradecido como un perro, arribaba a los cincuenta años de edad, y se convertía en poeta de referencia para las generaciones nacidas entre 1946 y 1970. Su poema homónimo resulta una obra de arte de la palabra conversacional, propio de la línea emotivo-especulativa o emocional y meditativa que él arropó dentro de la corriente poética comandada por su generación, el coloquialismo. «Agradecido como un perro» es un poema largo e intenso en el que aparece el sujeto lírico en actitud confesional y a la vez testimoniante, donde incluye la vida social y el curso temporal hogareño, el amor y la amistad (¿o son una las dos?), y sobre todo la calidez de un hombre que se expresa con la piel abierta al mundo, aunque reciba heridas o caricias. Caricias, bueno: eso es lo que desea hacer el poema: acariciar, agradecer, loar al mundo circundante, pase de revista personal con implicaciones colectivas, que consiste en una aventura: la de la expresión libre y honda y sincera del ser, sin juegos sensibleros ni concesiones a la amargura que la vida puede dejarnos al paso.”
De izquierda a derecha: Rafael Alcides Pérez, Francisco de Oraá, Pedro Juan Rodríguez, Pedro de Oraá, Osvaldo Navarro
Bibliografía activa
Himnos de montaña. La Habana, Talleres Capitolio Nacional, 1961.
Gitana. Poesía. La Habana, Talleres de Tosco, 1962.
La pata de palo [Poemas]. La Habana, Ediciones Unión, 1967.
Agradecido como un perro. Poesía. Colección Giraldilla, Ed Letras Cubana, 1983. 2ed. 1990.
Nadie. Poesía, Edición Especial. Editorial Letras Cubanas, 1993.
Noche en el recuerdo. Poesía. Ed. Letras Cubanas, 1989.
Y se mueren, y vuelven, y se mueren. Poesía. Colección Giraldilla, Ed. Letras Cubanas, 1989.
Bibliografía pasiva
Manuel Díaz Martínez: «La pata de palo», en El Mundo. La Habana, 66 (22 072): 4, dic. 13, 1967.
Piñera, Virgilio. «La pata de palo», en Unión. La Habana, 6 (1): 170-173, mar., 1968.
Premios y distinciones
Mención en el Concurso Casa de las Américas, 1965.
Premio Literario Bodegas Olarra-Café Bretón, 2011.
Fallece en Cuba, víctima de un cáncer a los 85 años de edad. El poeta sensualista, amigo y protagonista de Nadie logró lo que muy pocos: “Vivir como pensaba”. En su residencia de Nuevo Vedado consiguió su reposo final, después de haber batallado contra el cáncer.