Alguien dijo un día que Sergio del Valle fue siempre un caballero. Y una característica de este Héroe de la República de Cuba, Comandante del Ejército Rebelde y más tarde General de División, fue su
modestia, su sencillez, su laboriosidad.
Así fue siempre, fuera el guerrillero médico, fuera después Jefe en la guerrilla, fuera Jefe del Estado
Mayor General de las FAR, fuera Ministro del Interior o de Salud Pública.
Nació el 15 de abril de 1927, siendo el mayor de cinco hermanos, de una familia muy humilde en el barrio de Pogolotti, en Marianao. Estudió en el instituto de ese municipio. Eran tiempos muy duros para la economía familiar.
Sergio se trasladaba diariamente a pie al instituto, caminando unos cuatro kilómetros en cada jornada. Para ayudar a sufragar sus gastos y aliviar la situación familiar, se hizo repartidor de periódicos.
En el instituto se distinguió como deportista, logrando importantes triunfos en este terreno. También participó activamente en huelgas contra las arbitrarias medidas que dictaba el Ministro de Educación en aquella época, así como contra el aumento del pasaje en los ómnibus.
Estudiando Medicina en la Universidad de La Habana en 1952, tomó parte directamente en las manifestaciones estudiantiles contra la tiranía. Sus inquietudes revolucionarias aumentaron cuando en la Habana comenzó a circular el documento La Historia me Absolverá.
Como estudiante de Medicina se interesó por las especialidades de Obstetricia, Ginecología y Cardiología. Se graduó de médico en 1954. Milita en una célula clandestina del Movimiento 26 de Julio, en el Hospital de Maternidad América Arias y ante el llamado de Fidel a los médicos para que se incorporaran a la lucha de la Sierra Maestra, se ofrece junto a otros compañeros. Al ser aceptado, Del Valle pasó a Santiago de Cuba donde hizo contacto con Frank País y subió a la Sierra a mediados del año 1957.
Ya en la guerrilla, actuó como médico con la tradición mambisa reeditada por órdenes de Fidel, de curar y atender lo mismo a los heridos de las propias filas rebeldes que a los integrantes del ejército de la tiranía batistiana.
Su primera acción de guerra fue en el combate de Palma Mocha. En la Sierra Maestra participó como médico y como soldado bajo las órdenes de Fidel durante unos pocos días, después bajo las órdenes del Che, de Ramiro Valdés y Camilo Cienfuegos.
Sergio del Valle obtuvo el grado de capitán en septiembre del 58 cuando se preparaba la salida de la Columna Invasora No. 2 "Antonio Maceo", hacia Occidente. El compañero Fidel, en una comparecencia en la televisión cubana, el 26 de marzo de 1962, dijo sobre Sergio:
Sergio del Valle, médico que después de los combates se quedaba con los heridos, sin escolta, rodeado de tropas de la tiranía, atendiendo a los enfermos, salvando vidas, sumándose después a la fuerza de combate marchando junto a Camilo Cienfuegos como Segundo Jefe de la Invasión Gloriosa, ganándose el prestigio y la admiración de todos.
Después del triunfo de la Revolución, Del Valle asumió distintas responsabilidades, cumpliendo en cada una de ellas cabalmente las misiones que se le asignaron. Primero, fue Director del Hospital Clínico Quirúrgico, más tarde subsecretario de Salud Pública, luego Jefe de Sanidad Militar. Tiempo
después fue nombrado Jefe Militar de Matanzas. Desempeñó también la Jefatura de la Fuerza Aérea Revolucionaria y desde 1961, por decisión del Gobierno Revolucionario, el Jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Más tarde asumiría responsabilidades como Ministro del Interior y después de Salud Pública. Fue miembro de la Dirección Nacional
del Partido Unido de la Revolución Socialista (PURS) y del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
Tras el fallecimiento del destacado combatiente, el compañero Fidel escribió unas Reflexiones En Honor a Sergio del Valle, el 16 de noviembre del 2007:
Sergio y yo tuvimos el privilegio de estar allí en el puesto de mando ubicado a la derecha de la desembocadura del río Almendares el amanecer del 15 de abril, cuando bombarderos B-26 de Estados Unidos con insignias cubanas y pilotos mercenarios atacaron las bases aéreas de Ciudad Libertad, San Antonio de los Baños y el aeropuerto civil de Santiago de Cuba, hace 46 años.
Fue un ataque preventivo y sorpresivo contra este oscuro rincón del mundo. Con Sergio me comunicaba por teléfono desde cualquier pueblo cercano a la Carretera Central cuando me dirigía hacia Girón el 17 de abril.
En medio de la batalla que allí libraban nuestra infantería y nuestros tanques, él desde el puesto de mando, me informó que el enemigo atacaba al oeste de la Capital. Se trataba de un simulacro ordenado por Estados Unidos para proteger a los invasores de Girón, que ellos conocen como Bahía de Cochinos.
Tú marchaste, Sergio, con Camilo hacia Pinar del Río en la Columna Invasora. Todavía yo no había aprendido que la guerra se gana cuando las fuerzas de operaciones enemigas han sido destruidas. Me guiaba en ese momento por la historia de Cuba sin advertir que en nuestra aislada isla no era posible un Ayacucho. Arriesgué las fuerzas de Camilo y las fuerzas del Che, con las cuales habríamos adelantado la caída de la tiranía.
Tú y yo nos encontrábamos también en el puesto de mando cuando en la Crisis de Octubre de 1962 estuvimos al borde de una guerra nuclear. Hemos vivido tiempos excepcionales que se reiteran de forma cada vez más amenazante para la humanidad.
Tus lecciones y tu ejemplo perdurarán.
Rindo tributo a tu memoria