Nació en la Habana en el seno de una familia acomodada.
Sus primeras actividades políticas estuvieron encaminadas a la defensa de los derechos de la mujer.
En 1918 ingresó en el Club Femenino de Cuba, a iniciativa del cual se constituyó la Federación Nacional de Asociaciones Femeninas.
Charito participó en el Primer Congreso Nacional de Mujeres, efectuado en 1923, y en el segundo, que tuvo lugar dos años más tarde.
En 1922 se sumó como dirigente femenina al movimiento de reforma universitaria lidereado por Mella. Fue fundadora de la Liga Antimperialista.
En 1926 pidió su ingreso en el Partido Comunista, Tuve el alto honor recordaría años después de ser presentada al Partido por el compañero Rubén Martínez Villena. Mi primer trabajo como militante lo realicé en los muelles: luego constribuí a organizar el Sindicato de la Aguja y estuve muy vinculada a la lucha de los azucareros. Posteriormente pasé a trabajar en los sindicatos de la Confederación Nacional obrera de Cuba.
En 1930 sufrió prisión. Por esa fecha fue designada como responsable ante el Partido del trabajo pioneril. En 1931 surgió, oficialmente la Liga de los Pioneros de Cuba, que la organización partidista dirigió a través de la Liga Juvenil Comunista.
Cuando en septiembre de 1933 la policía reprimió la manifestación que acompañaba los restos de Julio Antonio Mella, Charito se encontraba junto al niño pionero Paquito González, pero debido a la confusión originada por los disparos, no lo vió caer. Pudo, sin embargo, identificar el cadáver del muchacho, ya que a la familia de este no le permitieron verlo.
Después de la caída del tirano Machado, Charito continuó batallando. En 1939 fue una de las organizadoras del Tercer Congreso Nacional Femenino, donde se tomaron importantes acuerdos encaminados al mejoramiento de la situación de la mujer y el niño, por la paz, contra el fascismo y por el progreso de Cuba.
En la década del 40 continuó batallando a favor de los derechos de la mujer, y específicamente por la igualdad de la mujer negra doblemente discriminada en aquella sociedad. Su labor revolucionaria le costó prisión durante la tiranía de Batista. Por esos años en nombre del Partido, cumplió tareas clandestinas como distribución de propaganda y ocultamiento de los revolucionarios perseguidos.
espués del triunfo de la revolución, fue fundadora de la FMC y miembro de su Consejo Nacional. En esta nueva etapa realizó funciones docentes. Una de las que recordaba con mayor orgullo fue la creación en 1960 de una escuela de superación cultural en Cubana de Acero, donde se formaron las primeras mujeres que comenzaron a trabajar en esa fábrica.
Eso causó un poco de revuelo señalaría posteriormente porque muchos compañeros creían que las mujeres no debían trabajar allí. Cuando fui a ver al comandante Ernesto Che Guevara y le planteé el problema, inmediatamente autorizó la incorporación de las muchachas al centro.
Charito recibió por sus méritos, la medalla XX Aniversario y la orden Ana Betancourt.
Fue elegida delegada al I Congreso del Partido, pero no le fue posible asistir pues falleció días antes de iniciarse sus sesiones, el 10 de diciembre de 1975.