Comenzó sus estudios musicales en el Conservatorio del Instituto Edison, bajo la dirección de José Ardévol. Aprendió a tocar el clarinete. Más adelante cursó Armonía y Composición con Félix Guerrero, así como Dirección Orquestal con Jan Contanstinescu y Enrique González Mántici.
Ha trabajado como instrumentista y director en la radio y la televisión. Ha actuado como invitado en numerosos conciertos de la Orquesta Sinfónica Nacional.
Es autor de la ópera Van Troi y de la cantata Jatín. Trabajó como profesor. Fue presidente de la sección de Música de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba.
Inició su carrera artística en 1945, dirigiendo una revista musical en el Instituto Edison, con una agrupación integrada por músicos de la Orquesta Filarmónica de La Habana. En 1945 integró el grupo de jazz Los Raqueteros del Swing, con Arturo O’Farrill (Chico), director y trompeta; Roberto Sánchez Ferrer, clarinete; Fausto García Rivera, drums; José Álvarez, piano; Kiki Hernández, contrabajo; Gustavo Mas, saxofón; Isidro Pérez (Isito) y Rafael Mola, guitarra, y Ana Menéndez, cantante.
Continuó su carrera como saxofonista y clarinetista de la orquesta Hermanos Castro, después trabajó con los Hermanos Le Batard, con la Riverside, y en los cabarets Tropicana, Sans-Souci, Habana Casino, Montmartre y Hotel Nacional. En este período realizó instrumentales, hizo orquestaciones para diferentes solistas y grabó discos con Esther Borja, Fernando Álvarez, y Alfredo Sadel.
Madurez artística
En 1955 condujo la orquesta del Canal 2 de la televisión, Telemundo, para el que dirigió la ópera La Bohème, de Puccini, en la que actuaron Belén Ramos y Ana Menéndez, sopranos; Lorenzo Soto, tenor, y Fernando Labrada, barítono.
En 1958 fundó como director la orquesta de las Juventudes Musicales, con los instrumentistas José A. Montoto, Lenin Rodríguez, Antonio M. Leonard, Alberto Pichardo, Lázaro Lombida, Alejandro Tomás Valdés, Rodolfo A. Dita, Carlos E. Prado y José Ángel Pérez Gálvez; también participaron Electo Silva, entonces violinista de la Orquesta Filarmónica de Santiago de Cuba, y Osvaldo Cañizares, viola de la Orquesta Filarmónica de La Habana; el primer concierto se efectuó el 14 de diciembre de ese mismo año en el Lyceum and Lawn Tennis Club, con obras de Bach, Vivaldi y Purcell.
En 1960 Sánchez Ferrer fue nombrado subdirector de la Orquesta de Cámara de La Habana, y más tarde director.
En 1961 viajó a París como director musical de Danza Moderna de Cuba, y allí condujo la orquesta del Teatro de las Naciones Sara Bernhardt. Tras su regreso a Cuba, dirigió La traviata, de Verdi.
En 1963 la Universidad de Uruguay le otorgó el premio Puesta del Sol sobre Ágata y Amatista, por su grabación con la Orquesta Sinfónica de la radio de Leipzig, de la obra del compositor uruguayo Alberto Soriano Cantos sinfónicos de Cuba revolucionaria.
Fue director general de la Ópera Nacional de Cuba, con la que viajó a México y presentó la zarzuela de Gonzalo Roig Cecilia Valdés.
Ha dirigido, entre otras, las orquestas sinfónicas de Leipzig, Polonia, República Popular Democrática de Corea, Unión Soviética, Chihuahua, México, y Cuba.
Es el Director Titular de la Orquesta del Gran Teatro de la Habana
Obras
A Santiago, ballet, texto: Juan Almeida
Canción coral, texto: José Martí
Jatín, poema sinfónico-vocal, para mezzo-soprano, narrador, orquesta, coro mixto y coro infantil
La noche, para coro femenino, texto: Rolando López del Amo
Son-My, cantata
Tema y variaciones, obra didáctica donde cada forma tradicional se une con un género cubano: guajira, bembé, danzón y el tema está tomado de Chivo que rompe tambó, de Eliseo Grenet
Van Troi, ópera en tres actos, texto: Phen Thi Quyen
Yamba-O, ópera.
