Periodista y escritora cubana que defendió los derechos de las mujeres desde las letras y la acción política. Fue la primera mujer ministra -sin cartera- del país.
Nació en Santiago de Cuba, en una familia que había participado en la lucha por la independencia nacional. Comenzó su labor periodística en 1918 en su ciudad natal, al enviar trabajos para El Cubano Libre y el Diario de Cuba -a este último entre 1919 y 1923. Colaboró de 1918 a 1923 en la revista cultural Orto, fundada en Manzanillo, ciudad cercana a la de su residencia. El 8 de marzo de 1919 ganó dos medallas de oro en los Juegos Florales de Santiago de Cuba.
En ese año, después morir sus padres, se trasladó a La Habana, donde concluyó la enseñanza secundaria. Colaboró en la organización del Primer Congreso Nacional de Mujeres, celebrado en la capital, e intervino en sus sesiones. Participó en la creación de la Universidad Popular José Martí, fundada por Julio Antonio Mella. Fue miembro del Movimiento de Veteranos y Patriotas, liderado por Rubén Martínez Villena, e integró la Liga Antimperialista y la Liga Anticlerical.
Ejerció el periodismo cultural y político desde El Sol (1924-1925), El Heraldo (1925-1926) -en el cual introdujo la sección «Contestando al lector»- y la revista Carteles (1928-1933).
Su escritura se caracterizó por un estilo directo, certero y ameno, aderezado con tonos poéticos tanto en su producción periodística como en la literaria. Desde muy joven puso su pluma al servicio de las luchas por la reivindicación de los derechos de la mujer; sobre todo por el derecho al sufragio. Su nombre estuvo entre los primeros en publicar reflexiones feministas en la prensa cubana.
Mariblanca Sabas fue muy popular entre los años 20 y 40 del siglo XX. Integró el Club Femenino de Cuba, una de las organizaciones más prestigiosas de su clase. Sus libros y artículos alcanzaron gran éxito en ese período, sobre todo entre las mujeres sustentadoras de posiciones de vanguardia. Llegó a ser conocida como “La campeona del feminismo”. Descolló como polemista y alcanzó celebridad por sus debates. En 1925 fue nuevamente delegada al Congreso Nacional de Mujeres.
Figuró en 1927 entre los fundadores del Grupo Minorista, organización cultural y progresista. Mariblanca Sabas y María Villar Buceta fueron las únicas mujeres que firmaron el Manifiesto del mencionado grupo, emitido en 1927.
Fue una precursora del feminismo moderno, en especial por su libro Feminismo, publicado en 1930, en el cual sostenía la tesis de que el principal enemigo de la mujer era ella misma, puesto que reproducía la dominación masculina y transmitía la exclusión de su sexo de la vida pública. Abogaba por gestar la emancipación femenina desde las escuelas, los institutos y los centros de trabajo.
Participó en diversos congresos en el extranjero. Entrevistó y tuvo lazos de amistad con Gabriela Mistral, Indira Gandhi y Eleonor Rossevelt, entre otras personalidades mundiales.
Cultivó el ensayo y la poesía. Algunos de sus poemas vanguardistas fueron recogidos en la antología La poesía en Cubaen 1936, que apareció en 1937, con prólogo y apéndice de Juan Ramón Jiménez. Recibió cursos de arte y literatura en México; de apreciación artística -con Federico de Onís- en la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, y de literatura española, con Pedro Salinas, en la Universidad de Río Piedras, en Puerto Rico.
En 1938 fundó en su hogar, en la calle habanera de Neptuno, la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UEAC), antecedente de la actual Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Fungió como tesorera de la recién creada organización.
En 1940 participó como delegada a la Asamblea Constituyente. En 1944 recibió el certificado de aptitud periodística de la Escuela Profesional de Periodismo Manuel Márquez Sterling e ingresó en el Colegio Nacional de Periodistas. En 1950 obtuvo la Gran Cruz de la Orden Carlos Manuel de Céspedes.
Desde 1948, Mariblanca Sabas fue ministra —sin cartera— en los gabinetes de gobierno de Ramón Grau San Martín y de Carlos Prío Socarrás. Por vez primera en la historia nacional, una mujer ostentó una responsabilidad tan alta, que ocupó hasta el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952. Durante el gobierno de facto de Fulgencio Batista expresó su simpatía hacia el movimiento revolucionario, por lo cual fue detenida en varias ocasiones y algunos medios de comunicación le cerraron sus puertas. En 1958 se acogió a la jubilación.
Abrazó el triunfo de la Revolución Cubana de 1959 y participó activamente en la transformación social y política de su pueblo: estuvo entre los fundadores de las Milicias Nacionales Revolucionarias, los Comités de Defensa de la Revolución y la Federación de Mujeres Cubanas; fue vicecoordinadora, en 1961, del Frente Revolucionario de Periodismo de La Habana, y asistió como delegada en 1962 a la creación de la UNEAC.
En 1966 recibió el premio periodístico otorgado por la Central de Trabajadores de Cuba al mejor trabajo sobre la zafra azucarera.
Trabajó como redactora en las principales publicaciones de su tiempo: Bohemia (1927-1930 y 1938-1942), El País, Excelsior (1938-1940), Revista de Avance (1940-1946) y El Mundo (1961-1968). Además, colaboró en medios nacionales como Prensa Libre, Pueblo, Atuei, Antenas, Grafos, Castalia, Fragua, El Heraldo, Social, Información, Diario de la Marina, Ellas, El Camagüeyano, Selecta, Mujeres y Romances. Fue comentarista radial en la emisora CMQ y dirigió programas de televisión sobre temas sociales. También escribió para El Universal, de México; Prensa Continental, de España; V.O.K.S., de la Unión Soviética, y O Journal do Brazil. Viajó a Perú, Brasil, Argentina, Chile y Uruguay.
Fuente: EnCaribe.org