Director de orquesta, violinista y trompetista. Premio Nacional de Música.
Nació en La Habana. De 1944 a 1953 realizó sus estudios en el Conservatorio Municipal de La Habana con Aida Teseiro, solfeo; Georgina Ramos, teoría; Raúl Anckermann, violín; Pedro Mercado, trompeta; Ángela Quintana, piano; Harold Gramatges, armonía y contrapunto; Edgardo Martín, historia y estética de la música; y José Ardévol, fuga, orquestación y análisis musical integral.
De 1954 a 1958 estudió dirección de orquesta con Enrique González Mántici, lo que perfeccionó en México, París y La Habana.
A partir de 1948 comenzó su carrera profesional como violinista de la Orquesta de la radioemisora CMZ del Ministerio de Educación; a la vez trabajaba como violinista, trompetista y director de orquesta, en grupos de cámara, funciones de la Sociedad Pro Arte Musical, Orquesta Filarmónica de La Habana, temporadas de zarzuelas del Teatro Martí, bajo la dirección de Gonzalo Roig y Rodrigo Prats.
Se desempeñó además en la orquesta y la banda del Conservatorio Municipal de Música, la Orquesta CMQ (radio y televisión), dirigida por Enrique González Mántici, Roberto Valdés Arnau, Adolfo Guzmán, Paul Csonka y Carlos Ansa; en la orquesta del teatro Radiocentro, al frente de la cual se encontraba Adolfo Guzmán; en la orquesta acompañante de los espectáculos del Follies Bergère y Lido de París, con la cual viajó a República Dominicana; así como en diferentes orquestas que se presentaban en importantes cabarés y en la jazz band Hermanos Palau.
Fundó, junto con Juan Blanco, la Sociedad Sinfónico-Coral, y poco después fue uno de los fundadores y vicepresidente, en 1952, de la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo, presidida por el compositor Harold Gramatges.
En 1954 viajó, como director de orquesta del Ballet Alicia Alonso, a Argentina, donde actuó en el teatro Colón de Buenos Aires en Giselle; luego se presentaron en Chile, Uruguay y Brasil. Esta experiencia, así como la dirección de orquestas de la ópera, de cámara y la música para el cine, enriquecieron su formación como director sinfónico. Ese mismo año fue designado director permanente de la Orquesta Sinfónica de la Sociedad Sinfónico-Coral de La Habana, cuyo presidente fue el compositor Juan Blanco, y Duchesne Cuzán uno de sus vicepresidentes.
En 1956 integró el jurado del VI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, celebrado en Moscú. En 1959 trabajó como director invitado de la Orquesta Filarmónica de La Habana y la del Conjunto Nacional de Danza Moderna. Acompañó al Ballet Nacional de Cuba en su gira por Venezuela, Brasil, Argentina, Chile, Perú y Ecuador. En esta ocasión, dirigió las orquestas Sinfónica de Venezuela, Sinfónica del Teatro Municipal de Río de Janeiro, Filarmónica de Buenos Aires, Sinfónica de Perú y Ecuador, y Sinfónica de Bellas Artes, México.
Fue, en 1960, uno de los directores fundadores, junto a Enrique González Mántici, de la Orquesta Sinfónica Nacional. Ese mismo año realizó una gira con el Ballet Nacional de Cuba por la Unión Soviética, en la que dirigió las orquestas de los teatros Bolshoi de Moscú y Kirov de Leningrado; Filarmónica de Dresde, las sinfónicas de Berlín y Weimar, en la antigua República Democrática Alemana; Sinfónica de Katowice, en Polonia; Orquesta Central de Pekín y las sinfónicas de Shangai y Cantón, en la República Popular China; Filarmónica de la República Democrática Popular de Corea; la de Teplice, en Checoslovaquia; la del Estado en Rumania, la de Hungría y la de Sofía, Bulgaria.
A partir de 1961 trabajó como director musical del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), y en 1962, del Conjunto Experimental de Danza; en 1963 fue nombrado director titular de la Orquesta Sinfónica Nacional y profesor de dirección de orquesta del Conservatorio Alejandro García Caturla.
En la década del 60 el mundo musical marchaba por nuevos rumbos en cuanto a la búsqueda de medios expresivos; en Cuba aparecieron jóvenes compositores preocupados por valerse de los nuevos medios y las nuevas técnicas puestas a su alcance por la música contemporánea. Pero no bastaba a estos artistas con componer obras audaces y novedosas si no se tenía el instrumento colectivo necesario para su ejecución. Y ese instrumento colectivo les fue dado por la Orquesta Sinfónica Nacional, bajo la dirección del joven director Manuel Duchesne Cuzán.
Duchesne Cuzán realizó al frente de la Orquesta Sinfónica Nacional, en sus conciertos de música contemporánea, una meritoria labor en lo referente a la actualización del repertorio contemporáneo y su asimilación.
La labor de Duchesne Cuzán al frente de la Orquesta Sinfónica Nacional estuvo muy relacionada con los compositores iniciadores de la vanguardia en Cuba, como Leo Brouwer, Juan Blanco, Carlos Fariñas y Héctor Angulo; con una nueva generación que se destacaba en esta línea de creación, entre otros Roberto Valera, Calixto Álvarez y José Loyola; con compositores europeos como Pierre Boulez, Lux Ferrari, Luis de Pablo, Ramón Barce, X. Berenguerel, Luigi Nono, Hans Werner Henze, J. Mayusumi, Franco Donatoni, John Cage, Krysztof Penderecki, Woiciech Kilar, Kazimierz Serocki, Edison Denison, A. Schnitke, I. Spasson, V. Kazanyjiev, G. Minchev, Itsvan Lang, Václav Kucera, M. Kopelent; y con los latinoamericanos Héctor Tosar, César Bolaños, Corium Aharonian, Manuel Henríquez, Marlos Nobre, Fernando García y Celso Garrido Lecca.
Pero Duchesne Cuzán no sólo dirigió obras de los compositores que integraban la vanguardia, sino también la de los cubanos de otras generaciones que tuvieron una gran importancia en el desarrollo histórico de la música cubana, como José Ardévol y Natalio Galán, Harold Gramatges y Argeliers León. No desestimó creadores europeos que a inicios del siglo XX hicieron avanzar el arte de los sonidos, como Arnold Schönberg, Igor Stravinsky, Gustav Mahler, Charles Ives, Edgar Varèse y Anton Webern.
Como director de orquesta, Duchesne Cuzán se caracterizó por una extraordinaria precisión y pulcritud en el trabajo, así como por una fuerte objetividad en su actitud artística. Su personalidad acusaba un dinamismo y un sentido del orden y responsabilidad que se reflejaba en el resultado artístico que lograba de la orquesta.
Por su destacada trayectoria artística mereció el Premio Nacional de Música en 2003. También recibió la medalla Alejo Carpentier en 1990 y la Orden Félix Varela, que otorga el Consejo de Estado, en 2004. Falleció en el año 2005.
Fuente: EnCaribe.org