Excepcional pediatra, profesor e investigador, formador de una pléyade de grandes profesionales de la salud.
Nació en Marianao. Sus padres fueron Manuel, Pediatra, y Conchita, maestra y doctora en Pedagogía. Realizó sus estudios de primaria y bachillerato en el antiguo Instituto Edison de la Víbora.
Comenzó a estudiar Medicina en la Universidad de La Habana en 1949, en un curso donde matricularon aproximadamente 500 estudiantes y al graduarse en el año 1956 fue el tercer expediente de esa promoción. El título lo obtuvo un año
más tarde por las nefastas condiciones impuestas al país por la tiranía de Batista.
En 1955 se casó con Elena García Colina, quien ha sido su compañera de toda la vida y colaboradora más cercana en su amplia trayectoria profesional dentro de la Pediatría. De esa unión nacieron sus dos hijos Elena María, quien es licenciada en Economía y Manuel Antonio, teniente coronel del Ministerio del Interior. Actualmente tiene cuatro nietos.
El doctor Rojo Concepción fue alumno agregado en el Hospital Mercedes (Instituto del Radium) durante los años 1950-51 y posteriormente alumno agregado en el Hospital Universitario Calixto García, en la Sala Weiss de 1951-55. Fue alumno interno por concurso de ese mismo hospital en la Sala Albertini de Pediatría de 1955-59. Fue además pediatra
durante esos años de varias instituciones como la Clínica “Sagrado Corazón” de la capital y del Instituto del Niño hasta los primeros meses después del triunfo revolucionario de 1959.
Hizo la residencia de Pediatría por concurso oposición en la sala Albertini de 1959 a 1961. Alcanzó también por concurso oposición la plaza de especialista en Pediatría de dicha sala donde ejerció durante 4 años, hasta que fue nombrado jefe del servicio de enfermedades del aparato respiratorio del Hospital Infantil Docente “Pedro Borrás Astorga” del Vedado, en La Habana. Ese cargo lo ocupó hasta el año 1989 en que se trasladó al Hospital Pediátrico Docente “Juan Manuel Márquez” donde fue también jefe del servicio de afecciones respiratorias hasta 1997 en que recibió el título de profesor consultante y allí ha seguido trabajando hasta el presente. Ha sido pediatra consultante del Centro de Investigaciones
Médicas y Quirúrgicas (CIMEQ) y de la clínica del Ministerio del Interior (MININT) de la República de Cuba.
Es Doctor en Ciencias Médicas y Doctor en Ciencias. Es desde hace años miembro permanente del tribunal para el otorgamiento de dichas categorías científicas. Es especialista de segundo grado en Pediatría y miembro del grupo nacional de la especialidad del Ministerio de Salud Pública (MINSAP) y también de su Grupo Nacional de Asma.
Realizó 34 cursos en estudios de posgrado. Fue nombrado Profesor de Mérito de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana en el año 2009, en justo reconocimiento a su amplia trayectoria académica que comenzó como instructor en plaza obtenida por concurso en el año 1961. En 1962 fue nombrado profesor auxiliar hasta 1975 en que se le otorgó la
categoría de profesor titular en el Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana denominado después Universidad de Ciencias Médicas. Es profesor experto de la Universidad Virtual de Infomed.
Fue fundador y primer presidente de la Comisión Nacional de Fibrosis Quística del MINSAP, donde permanece trabajando en calidad de presidente de honor. Ha representado a Cuba en la Cystic Fibrosis Worldwide (antigua Internacional Cystic Fibrosis, Mucoviscidosis, Association). Formó parte como consultante de la Organización Panamericana de la Salud.
En la elaboración del consenso sobre afecciones pediátricas de la Dirección Materno Infantil del MINSAP es ahora el jefe del subcapítulo de Asma Bronquial y forma parte del Consejo Científico de la Facultad Finlay- Albarrán de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana.
Ha presidido tribunales estatales para el otorgamiento de títulos de especialistas en Pediatría y categorías docentes en más de 120 oportunidades y fue miembro del tribunal evaluador para el examen nacional de médicos cubanos a trabajar en Sudáfrica durante cuatro años.
Fue tutor o asesor de una treintena de tesis para concluir la residencia de Pediatría. En funciones asistenciales y docentes trabajó en Santiago de Cuba en el año 1964 y en Matanzas en 1980. Además se ha desempeñado como asesor en diversas áreas vinculadas a la atención de la salud infantil dentro del MINSAP en más de 30 ocasiones, dentro de las que no pueden dejar de mencionarse su responsabilidad nacional de la parte pediátrica en la epidemia de Dengue Hemorrágico en el año 1981 y las visitas de control y ayuda a casi todas las provincias del país y al municipio especial Isla de la Juventud.
Ha participado en trece investigaciones, publicó 55 artículos en revistas o folletos nacionales y 15 en revistas internacionales. Es coautor de 13 libros publicados en Cuba, entre los que se encuentran todas las normas realizadas en la especialidad desde 1970. Asistió hasta el presente a 317 eventos científicos nacionales e internacionales, donde ha brindado 240 conferencias por invitación e intervenido como ponente en 78 simposios, mesas redondas o
plenarias y en 23 talleres. Ha presentado un total de 166 temas libres en la modalidad oral o cartel. Formó parte del comité organizador de 12 de esos eventos y fungió como coordinador de ellos en unas 14 veces.
Pertenece a diez sociedades científicas y fue presidente de la Sociedad Cubana de Pediatría por dos períodos. Ha recibido en total 26 reconocimientos, entre órdenes, medallas y distinciones, entre los cuales pueden citarse la medalla Por la Educación Cubana (1983), Medalla José Tey (1989), Orden Carlos J. Finlay (1993), Orden Frank País de II Grado (1997), Distinción por el XX Aniversario del Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana (1998), Sello AIEPI de la OPS (2002), Premio “Los Zapaticos de Rosa” de la Unión Nacional de Pioneros José Martí (2005) y un reconocimiento por contribuir a la formación del médico militar UCM-FAR (2009).
El profesor Manuel de Jesús Rojo Concepción es, sin dudas, uno de nuestros pediatras más célebres y además un paradigma para las actuales y futuras generaciones de pediatras cubanos porque además de ser siempre fiel a su vocación para la atención de los niños y niñas, nunca ha escatimado esfuerzos para entregar lo mejor de sí en todas las diversas tareas asistenciales y académicas que ha realizado, pero sin olvidarse de otros importantes roles, como el de hijo, esposo, padre y abuelo, en todos los cuales también se ha desempeñado de un modo digno de encomio y de imitar.