Director de orquesta y compositor. Autor de La Esclava, primera ópera de ambiente cubano.
Nació en Valencia, España. A los tres meses de nacido, sus padres, que eran cubanos, se trasladaron a Cuba.
José Mauri se inició en la música, al igual que su hermano Manuel, con su padre, que fue un aficionado notable.
Cuando la familia se estableció en Lima, Perú, José Mauri tomó clases de violín con Reinaldo Rabagliatti, quien lo presentó ante el público del Teatro Principal de esa capital en 1864 para interpretar una “Fantasía”, basada en Lucia de Lammermoor, de Donizetti.
De regreso a La Habana, recibió lecciones de violín de Anselmo López, y completó su formación musical con Manuel Úbeda, en piano, órgano, armonía, contrapunto y composición.
Trabajó como violinista en la orquesta del teatro Tacón; más tarde en el teatro Albisu, y se desempeñó como organista en varias iglesias habaneras, hasta que en 1874 inició su carrera de director y compositor de zarzuelas en el teatro Cervantes.
En 1881 realizó una gira por Colombia como director de orquesta, y más tarde ocupó un atril en la orquesta del Teatro Real de Madrid, en el cual realizó la orquestación de la ópera Mefistófeles, de Arrigo Boito.
En Madrid, después de estrenar su Ave María, escribió varias de sus canciones más memorables, como Esperanza y Rosas y violetas, ambas con versos de Heinrich Heine, traducidos por Gustavo Adolfo Bécquer.
Dio a conocer en 1886, en la Sociedad de Conciertos de La Habana -que tenía por sede el teatro Irijoa- su Sinfonía en La. También estrenó en la capital cubana su Adagio para gran orquesta.
Viajó a Guatemala y regresó a Colombia, donde fue nombrado director de una compañía de zarzuelas. Pasó a Venezuela, de donde regresó a La Habana Para dirigir la compañía Palau, en el Teatro Tacón.
Entre 1889 y 1890 estrenó en La Habana varias de sus zarzuelas, como Seguridad personal y El colono de Louisiana. Viajó por varios países del Caribe y Centroamérica.
Hacia 1894 concluyó Padre nuestro, obra a capella a cuatro voces, e inició la composición de un Miserere inspirado en una leyenda de Bécquer. Entregó buena parte de los considerables ingresos que obtuvo en sus giras artísticas a la causa por la independencia de Cuba del dominio colonial español.
Tras una estancia en México, Mauri regresó a La Habana, donde fue contratado para dirigir la orquesta del teatro Albisu. Fue designado para dirigir la banda del reformatorio de varones de la localidad de Guanajay, en las cercanías de la capital, cargo que ocupó a partir de 1902, y en el cual permaneció durante varios años, con estancias esporádicas en La Habana para dirigir la orquesta del Albisu.
En 1910 fue elegido miembro de la Sociedad Filarmónica de La Habana y de la sección de Música de la Academia Nacional de Artes y Letras.
En 1911 fueron llevadas a disco algunas de sus obras: El triunfo de Macantalla, Bolero a Pilar Jiménez, Recuerdas, hermosa niña; Cuba, Cuba y Asómate a la ventana.
En 1914 fundó el Conservatorio Mauri, donde impartió lecciones de violín y piano. Compuso nuevas canciones con textos de Heine y Bécquer que, según críticos de la época, pueden considerarse verdaderas muestras de arte y exquisita sensibilidad que -por su lenguaje, modo de hacer y vínculo inseparable entre música e idea poética- lo acercaban al compositor vienés Hugo Wolff.
Poseedor de un completo dominio de la música escénica, Mauri decidió, a instancias de Tomás Juliá, autor del libreto, componer una ópera: La esclava. Esta obra, que suscitó grandes polémicas, fue la primera en que se trataba un tema netamente cubano, con participación de casi todos los géneros de la música popular de la isla. Su argumento se desarrolla en 1860, en un ingenio o fábrica de azúcar de la zona del Camagüey.
Mauri escribió entre 1917 y 1918 la música de esta primera ópera nacional, estrenada el 6 de junio de 1921 en el teatro Nacional por la compañía de Adolfo Bracale, con un reparto que incluía a la soprano Ofelia Nieto, la contralto Rhea Toniolo, el tenor Julián Oliver, el barítono Néstor de la Torre y el bajo Antonio Nocolich. La orquesta fue conducida por Arturo Padovani.
José Mauri falleció en La Habana el 11 de julio de 1937. Entre sus discípulos estuvo el director de orquesta, orquestador y compositor Félix Guerrero. En 1978, 1979 y 1980 La esclava subió de nuevo a escena en el Teatro García Lorca (hoy Gran Teatro de La Habana).
Mauri dejó varias obras sinfónicas notables, como Locura y grandeza de Don Quijote; Fuga en Do Menor, Sonata en sol mayor y Gavota.
En su producción de música religiosa se destacan Salve, Ave María, Miserere, Himno al Sagrado Corazón y A la Purísima Concepción.
Creó canciones populares como Ven, chinita, así como el Himno a los Emigrados.
A lo largo de su carrera artística escribió la música de más de treinta zarzuelas, entre ellas El sombrero de Felipe II, El barberillo de Jesús María, Los amores de Eloísa, Globos Dirigibles, casi todas estrenadas en el Teatro Alhambra, donde laboró como director musical su hermano Manuel (28 de diciembre de 1857-7 de junio de 1939), de 1900 a 1912, compartiendo su labor artística con José Marín Varona y Rafael Palau.
Manuel Mauri fue uno de los primeros compositores que escribió música destinada al teatro bufo. Dirigió las orquestas de los teatros Lara y Alhambra, para los cuales compuso varias obras. También realizó las partituras de diversas zarzuelas, como Para dos primas, dos primos, Regino ciclista, Tin tan te comiste un pan (o El velorio de Pachencho), Los baños de San Rafael, Gran encerrona y La cruz de San Fernando. Igualmente, creó piezas de música popular: guajiras, canciones y danzones.
Fuente: EnCaribe.org