Una de las personalidades más interesantes dentro
de la nueva promoción de bailarines cubanos. Realizó sus estudios de ballet en la Escuela Nacional de Arte, en La Habana. Entre sus profesores figuran Alicia Alonso, Josefina Méndez, Joaquín Banegas y Ramona de Sáa.
Ya graduado, pasó a formar parte del elenco del Ballet Nacional
de Cuba, se ha presentado en diversos escenarios de Europa, Asia y América. En calidad de artista invitado, ha bailado con la Compañía Nacional de Danza, de México; el Ballet del Teatro de la Opera de Budapest, de Hungría; el Ballet de la Fundación Teresa Carreño, de Caracas, Venezuela; INCOLBALLET y el Ballet de Cali, en Colombia.
Luego de destacarse en la interpretación de los papeles principales de la gran tradición romántico-clásica, así como creaciones contemporáneas de coreógrafos cubanos y extranjeros, en los últimos años se ha especializado con gran éxito en los roles de carácter.
Fue intérprete especialmente destacado en obras clásico-románticas como La bella durmiente, Coppélia y Las sílfides, logró un amplio repertorio de trabajos contemporáneos, tanto de coreógrafos nacionales como extranjeros, que incluye. entre otros, El dúo de siempre, Paso a tres y El río y el bosque, de Alberto
Méndez, Elogio de la danza, La casa de Bernarda Alba y Leda Y el cisne de Iván Tenorio, Cecilia Valdés, de Gustavo Herrera, Canto vital, de Azari Plisetski, Sonata, de Roland Petit y Bodas de sangre, de Antonio Gades.
El año 1976 marcó una nueva etapa en el desarrollo técnico y artístico' de este bailarín. Formando parte todavía del cuerpo de baile, fue seleccionado para integrar la delegación cubana al
1 Concurso Mundial de Ballet del Japón, evento donde obtuvo, junto a la solista Rosario Suárez, medalla y diploma por pareja. Su serio y constante trabajo, tanto en las clases diarias como en cada una de sus presentaciones escénicas, le valió ser ascendido, a fines de ese propio año. al rango de bailarín principal.
Ostenta la Distinción por la Cultura Nacional, que otorga el Ministerio de Cultura de Cuba, y La Giraldilla de La Habana, otorgada por la Asamblea Provincial del Poder Popular en Ciudad de La Habana. Paralelamente a su desempeño como bailarín ha desarrollado una importante labor pedagógica.
José Zamorano se hizo acreedor también de elogiosos comentarios
de la crítica internacional en cada una de las giras realizadas por el extranjero, con el Ballet Nacional, conjuntos danzarias de otros países, tales como el Ballet del Teatro de Bellas Artes de México y el Ballet del Teatro de la Opera de Budapest. Hungría.
«En Leda y el cisne, la vigorosa presencia masculina de Zamorano fue perfecta para lograr la idea de un cisne, en principio tratado, con sutileza, como un animal doméstico. Un cisne que bien pudiera seducir a la mitológica Leda.» Anna Kisselgoff. The New York Times. Nueva York. Estados Unidos, 1979.
Desde 1980 fue designado primer bailarín del Ballet Nacional de Cuba.
«[...] el veterano José Zamorano estuvo fenomenal en el papel de la malvada Madrastra [en La Cenicienta]» Octavio Roca. San Francisco Chronicle, Estados Unidos. 1998.
«En el ballet Giselle, José Zamorano como Hilarión, con una presencia impresionante, demostró ser un digno adversario de Albrecht.» Victoria Looseleaf. La Opinión, Estados Unidos. 1999.
Premios otorgados: 1999. Medalla "Alejo Carpentier"
Maestro de la compañía nacional de ballet de México.
