Jorge Camacho es un artista cubano establecido que trabaja en un estilo surrealista. Pertenece a la llamada Tercera Generacion de pintores cubanos, al igual que otros artistas de su epoca, fue sensible al impacto de las multiples corrientes abstractas que por entonces recorrian el mundo. Su arte esta influido por pintores como Tamayo, Miro, Bacon, Tanguy y, por supuesto, de Wifredo Lam, que fue determinante en su juventud.
En un viaje a Paris en 1959 y Andre Breton le invito a participar en las actividades del grupo surrealista. En 1967 regresa a Cuba para participar en el Salon de Mayo. Durante su estancia en la Isla conoce a Reinaldo Arenas y realiza una exposicion personal. De regreso a Europa, su espiritu, siempre avido de conocimientos, le induce al estudio de la alquimia, experiencia que posteriormente refleja en su obra asi como el estudio de las aves, la musica y la literatura.
Jorge Camacho a traves del perfecto tratamiento de la linea y el color, desarrolla una pintura que se nutre de elementos profundamente enraizados en su inconsciente, provenientes de una suma de tradiciones y culturas americanas cuyos rituales y rasgos distintivos se evidencian en el misterioso metamorfismo de sus seres y en la utilizacion de insolitas configuraciones oseas y estructuras con marcado caracter totemico.
Jorge Camacho, pintor cubano afincado en Doñana desde principios de los 70, falleció a los 77 años después de una larga enfermedad que lo tenía apartado del mundo cultural desde 2009.
El pintor tenía una fuerte vinculación con Andalucía que nació gracias a una de sus aficiones: la ornitología. En un viaje a Venezuela a principios de los años 70 para hacer fotografías de pájaros conoció al entonces director del Parque Nacional de Doñana, Javier Castroviejo, quien le convenció para que visitara el Coto, a lo que el cubano accedió.
Lo que iba a ser una estancia de pocos meses acabó convertida en una residencia casi permanente en Doñana, donde Camacho compró en 1973 la finca Los Pajares, a cinco kilómetros de Almonte, en la que ha estado viviendo hasta hace tres años por temporadas de nueve meses que alternaba con El Rocío, Sevilla y París, lugares en los que también tenía vivienda.
Desde que fijó su residencia en Los Pajares, Camacho se alimentaba de los paisajes mágicos de Doñana para pintar y preparar sus exposiciones, la mayoría de las cuales presentaba en París, una ciudad a la que llegó en 1959 becado por la revolución y en la que entabló íntima amistad con el fundador del Surrealismo, André Breton, quien llegó a escribir los textos de una de sus muestras parisinas.
«Esa primera aproximación a una Doñana que comenzaba a tomar una posición de privilegio como referente de naturaleza en todo el mundo, provocó en el autor la decisión de fijar una residencia en el término municipal de Almonte», explicó Juan Bautista Cáceres, director de la Pinacoteca de esta localidad, que tiene dedicada una de sus salas a Jorge Camacho.
Tras su llegada a París en 1959, Camacho no regresaría a Cuba hasta 1967, año en el que entabló contacto con una serie de intelectuales entre los que se destacaban José Lezama Lima y Reinaldo Arenas. «Fue entonces cuando le vio a la revolución su cara más fea y comenzó a distanciarse de ella», según recuerda su amigo el novelista almonteño Juan Villa.
Villa recuerda que Arenas fue una «figura fundamental» en la vida de Jorge Camacho, así como André Breton, a quien conoció en el 60. «Jorge siempre hablaba de Reinaldo con pasión y destacaba lo mucho que le había marcado», explica Villa, para quien el pintor cubano fue «la mejor persona que he conocido en mi vida, tanto en lo personal como en lo artístico».
Camacho falleció en un centro hospitalario de París tras una larga y penosa enfermedad. Su última exposición tuvo lugar en el Museo del Agua en Lisboa en junio de 2011. Las obras de Camacho están en importantes museos de todo el mundo, ya que su obra logró una gran repercusión internacional.