Reconocida actriz cubana que posee una seria y admirable carrera en el teatro cubano.
Ismercy es egresada de la Facultad de Artes Escénicas del Instituto Superior de Arte y tiene en su curriculo artístico un fructífero y arraigado bregar por el teatro cubano pues es lo que la realiza verdaderamente como actriz y la hace más feliz.
Sus primeros pasos como profesional los tiene en Argos Teatro, que dirige el maestro Carlos Celdrán, quien le asignó la interpretación de personajes complejos, como Luz Marina en Aire Frío y Elena, en Tío Vania.
Como parte del elenco del Grupo de Teatro El Público que dirige Carlos Díaz asumió el papel protagónico en la obra La puta respetuosa, de Jean Paul Sartre (1905-1980), un rol difícil que la obligó a despojarse de todo prejuicio para desempeñar ese difícil papel, por el que resultó laureada con el Premio Adolfo Llauradó en la categoría de mejor actuación femenina.
Ha participado en otras obras de la propia agrupación escénica como Calígula, donde aparece como Cezonia, y también en la semana de teatro alemán donde fué estrenada en la Sala Adolfo Llauradó, Gotas de agua sobre piedras calientes, el primer texto de Rainer W. Fassbinder.
Trabajó en el año 2009 en el teleplay Los heraldos negros, del realizador Charlie Medina, en el teleteatro El más fuerte, del cineasta Tomás Piard, así como en el teleplay Teorema, de la realizadora Mariela López.
Participó en los filmes Larga distancia, donde hizo el personaje de la dependienta y en Penumbras, donde interpreta al personaje protagónico Tati. Penumbras, es una reciente película cubana con cierta intención de mirada documental, casi antropológica, al país en el Período Especial, pero que no deja de tener profundos anclajes en la Cuba profunda del 2012.
La actriz Ismercy Salomón se siente verdaderamente recompensada en el teatro.
Vocación por la actuación- Para contestar esa pregunta debo retrotraerme, en el tiempo y en el espacio, a mi época de estudiante en el Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas, donde integré el grupo de teatro de aficionados. Y en ese ambiente artístico por excelencia, se encendió la llama que —como usted bien dice— desencadenó el fuego que me llevó, del campo de las ciencias exactas, a la capitalina Universidad de las Artes , donde tuve el privilegio de contar con mentores de la talla de Orestes Pérez y Carlos Celdrán, y luego de completar mi formación académica, obtuve el título de licenciada en la Facultad de Artes Escénicas. O sea, la huella que me dejara en el intelecto y en el espíritu esa enriquecedora experiencia todavía sigue marcando mi trayectoria como actriz.
El desnudo- Mi venerado maestro afirma que «el desnudo es otra forma de vestir el cuerpo», y estoy de acuerdo con ese polémico criterio sustentado por Carlos Díaz…. siempre y cuando se justifique desde la vertiente estético-artística; y por supuesto, el desarrollo de la trama lo exija o reclame….. Con pocas palabras, para mí el desnudo no es impedimento alguno para aceptar una buena proposición formulada por un director teatral, televisivo o cinematográfico. Ahora bien, el desnudo por el mero placer del desnudo no forma ni formará parte de mis principios éticos.
Teatro- En el teatro es donde verdaderamente me realizo como actriz, porque es en él donde recibo la recompensa que más me satisface desde todo punto de vista. En ese medio, el actor o actriz vive, muere y resucita en la misma tarde o noche... y recibe el premio de inmediato: el aplauso sincero del «respetable»; esa es una acaricia que vivifica tu yo artístico.
Consejo a los más jóvenes- Trabajar, estudiar y entregarse en cuerpo, mente y alma a nuestra profesión, para ser cada día mejor actor o actriz, y al mismo tiempo, mejor ser humano, porque las dos cosas marchan indisolublemente unidas.
Reconocimientos
Premio Adolfo Llauradó en la categoría de mejor actuación femenina, por su trabajo en la obra La puta respetuosa, de Jean Paul Sastre, dirigida por Carlos Díaz, Director del Grupo de Teatro El Público.