Destacado guitarrista y pedagogo cubano.
Isaac Nicola nació en La Habana. Comenzó estudios de guitarra en 1931, de la mano de su madre, la profesora Clara Romero de Nicola. Con ella se graduó como profesor en 1934, en el Conservatorio Laura Rayneri, patrocinado por Pro-Arte Musical. El título de Nicola y el de Augusto Comdom Sastre fueron los primeros oficialmente expedidos por el Ministerio de Educación en Cuba.
En el período transcurrido entre 1934 y 1937, Nicola fue discípulo de armonía e historia analítica de la música en el Conservatorio Bach, de María Muñoz de Quevedo. En 1939 viajó a París con objeto de estudiar con el guitarrista, investigador y pedagogo Emilio Pujol, quien a su vez había sido discípulo del célebre Francisco Tárrega. En esa etapa también recibió clases de armonía con Jion Gallon.
A la par de su actividad como alumno, ofreció conciertos en el Circle Tárrega y en la Asociación Daniel Fantra. Por entonces, en París residían otros importantes guitarristas, como Miguel Llobet, Regino Sáinz de la Maza y Andrés Segovia.
Isaac Nicola se había recibido en sus inicios el influjo de la técnica de su madre, que le había enseñado a ejecutar la guitarra con la mano derecha, tirando de las cuerdas con las uñas. Por el contrario, Emilio Pujol se basaba en la producción de sonido a través del apoyo de las yemas de los dedos al tocar, y sin utilizar las uñas.
Si bien Nicola no modificó en principio su técnica de ejecución, al tiempo de estar recibiendo las clases de Pujol, y motivado por el sonido aterciopelado que éste sacaba a la guitarra, optó por acogerse al estilo de su profesor.
Con Emilio Pujol estudió a los vihuelistas del siglo XVI: Luis de Milán, Luis de Narváez y otros, cuyo conocimiento completó en la biblioteca de El Escorial, en la que profundizó en la historia de la guitarra. También frecuentó el Cercle Tárrega, que presidía su profesor, en el cual se reunían los amigos de la guitarra.
En compañía de Pujol, Nicola visitó Londres y Niza. En 1939 se trasladó a Biarritz, y más tarde se estableció en San Juan de Luz, donde permaneció hasta 1940, cuando se trasladó a España para instalarse en Zamora. De allí viajó a Madrid, donde trabó amistad con Regino Sáinz de la Maza, eminente intérprete que por esa fecha preparaba en Barcelona, para su estreno -al que Nicola asistió-, el Concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo, a quien el cubano había conocido en París cuando concluía la obra. En Madrid prosiguió sus estudios con Pujol y, además, se relacionó con el guitarrista Daniel Fortea.
En 1940 retornó a La Habana, pero poco después viajó a Nueva York, donde se reencontró con su buen amigo, el guitarrista cubano José Rey de la Torre, residente por entonces en aquella ciudad. Con De la Torre, Nicola ofreció un concierto en La Habana en 1941. Sobre su interpretación se expresó entonces que era de fino y depurado estilo, anunciador de un artista cuidadoso, en camino de una perfecta madurez.
Por aquellos días, seguía desde el punto de vista técnico la escuela de su profesor Emilio Pujol. Empero, sentía que el instrumento perdía sonoridad sin la intervención de las uñas de la mano derecha al tocar, y comenzó a emplearlas nuevamente, pero apoyando, como su maestro Pujol. El resultado de la combinación entre las dos formas de tocar devino, desde el punto de vista técnico, acto fundacional de lo que muchos han definido como la escuela cubana de guitarra.
En 1942, Isaac Nicola comenzó su ejercicio profesoral impartiendo clases, en sustitución de su madre, en Pro-Arte Musical. Seis años más tarde ingresó como profesor auxiliar en el Conservatorio Municipal de La Habana, y en 1951 pasó a ser profesor titular de la institución, de la que llegaría a ser director.
De forma paralela a esta labor docente, continuó ofreciendo conciertos, hasta que en 1957 se presentó por última vez en público, estrenando la pieza Danza característica, compuesta por su alumno Leo Brouwer. Desde entonces y por espacio de más de cincuenta años, se dedicó por entero a la enseñanza.
Entre 1960 y 1966 dirigió el otrora Conservatorio Municipal de La Habana, renombrado como Conservatorio Amadeo Roldán. Desde 1963 hasta 1976 fue profesor de la Escuela Nacional de Música (Cubanacán). En este último año, al fundarse el Instituto Superior de Arte (ISA), pasó a trabajar en él, hasta que se retiró oficialmente en 1979.
En 1977, Isaac Nicola dio a conocer una primera edición de su Método de Guitarra, procedimiento que recogía su experiencia pedagógica, desarrollada a partir de la escuela de Francisco Tárrega. Desde entonces, su método es el vigente en la enseñanza académica de la guitarra en Cuba. En los veinte años siguientes, y con la colaboración de guitarristas como el profesor del ISA Martín Pedreira, Nicola llevó a cabo numerosas modificaciones, sustituciones de materiales y aportes técnicos, a fin de enriquecer el método de enseñanza por él creado.
Hasta los últimos días de su vida y con una avanzada edad, fue miembro del comité organizador de los festivales de guitarra realizados en Cuba. Así, por ejemplo, en 1982 fue uno de los fundadores del Concurso y Festival Internacional de Guitarra de La Habana, formando parte del jurado, desde entonces y hasta su muerte.
Fundador de la Escuela Nacional de Arte (ENA), del Instituto Superior de Arte y de lo que no pocos catalogan como la Escuela Cubana de Guitarra, Isaac Nicola recibió, entre otros reconocimientos por su quehacer, la condición de Profesor de Mérito de Música del Instituto Superior de Arte (1982), el Premio Nacional de Enseñanza Artística (1996) y el Premio Nacional de Música (1997).
El maestro Isaac Nicola construyó un puente entre la enseñanza de la guitarra en España y en Cuba, lo cual hace de él una figura insustituible en el panorama musical cubano. Su legado no se restringe a la contribución que realizara al estudio de la guitarra, sino que se realiza además en la fidelidad que mantuvo a la tradición pedagógica.
También fue pionero en el empleo de réplicas de instrumentos históricos para la interpretación de música antigua en Cuba. Testimonio de esa práctica suya es la vihuela construida en la década de los años treinta para el guitarrista Emilio Pujol, que Isaac Nicola empleó en conciertos dedicados al repertorio español antiguo.
Fuente: EnCaribe.org