Ignacio Juan Claro Sarachaga Molina

Ignacio Juan Claro Sarachaga Molina
Nacimiento:  
12
/
8
/
1852
Fallecimiento:  
21
/
11
/
1900

Dramaturgo y periodista. Uno de los más destacados autores de los "Antecedentes del teatro bufo cubano". Fue uno de los teatristas más importante del género bufo cubano y autor de una serie de piezas que, en opinión de muchos, no solo refleja la gracia popular del cubano sino que además lograba la interpretación social de una época, sin embargo, hoy es quizás uno de los autores del teatro menos recordado en nuestro país, en momentos en que la comedia teatral cubana está demasiado cargada de coyunturas..

Ignacio Sarachaga comenzó en el periodismo en 1881, en El Almendares. Posteriormente, en 1883, fundó, en sociedad, el semanario La Habana Elegante, del que llegó a ser Director.

Su labor teatral correspondió a la segunda etapa del "Antecedentes del teatro bufo cubano" (1878-1900) y estuvo unida, en gran parte, a Miguel Salas y su compañía bufa, la más destacada del período. Con ella Sarachaga debutó como dramaturgo el 25 de agosto de 1880 con Un baile por fuera, que obtuvo de inmediato el favor del público.

Apenas un mes más tarde estrenó En un cachimbo y, para octubre, Un baile por dentro, mientras la primera de sus obras llegaba a la imprenta.

En 1881 estrenó cinco piezas: Lo que pasa en la cocina, Esta noche sí, Percances de vegetina, La Pericona (parodia de La Perichole, de Offenbach) y Tres patas para un banco. En este año llegó a tener un programa completo con tres de sus obras en el Teatro Albisu, lo que resulta clara señal de su popularidad.

A partir de aquí y hasta 1894 el ritmo de su producción se tornó irregular. De estos años serán El teatro moral (zarzuela, 1886), Habana y Almendares o Los efectos del base –ball (1887), El doctor Machete (parodia de El médico a palos, de Moliere; 1888) y Nobleza de fin de siglo (1892).

En 1895 estrenó una tras otra Una escuela en Ceiba Mocha y Una plancha… fotográfica. En enero de 1896 colocó en escena Mefistófeles, una irreverente parodia de la zarzuela homónima de Arrigo-Boito, que se mantuvo en escena hasta mediados de 1897.

Desde 1896 hasta finales de 1898 el autor permaneció en los Estados Unidos. A su regreso su teatro formó parte de esa “cultura de resistencia” contra la ingerencia yanqui en la Isla que se manifestó en la prensa y la escena.

En abril de 1900 estrenó La Padovani en Guanabacoa, una obra contra la asimilación acrítica de los ritmos importados, y terminó ¡Arriba con el himno!, escrita en colaboración con Manuel Saladrigas.

Se le atribuyen un total de 23 títulos, entre originales y versiones, once de los cuales se consideran extraviados.

Su dramaturgia muestra un autor talentoso que, tras asumir con soltura en su inicio las pautas originales del bufo, va evolucionando en diálogo con el contexto y logra responder con eficacia a las exigencias técnicas y el grado de complejidad que se plantean al teatro popular hacia fines de siglo para poder emular con la escena extranjera.

Su obra es una legítima expresión de lo popular-nacional en su rechazo paródico a lo impostado y colonial; criticó los falsos valores y la hipocresía social y logró asimilar lo mejor de la tradición cómica universal en la creación de una expresión propia.

Además del periodismo, las artes escénicas y los negocios, Sarachaga desarrolló otra vertiente menos conocida aún.Cuéntase que a finales del siglo viajó a EE.UU. y en Tampa se vinculó con los patriotas cubanos que desde allí apoyaban la Revolución iniciada por Martí.

Dicen que un día volvió repentinamente y aseguran que lo hizo como mensajero o agente secreto de los patriotas.

Cuando murió, mal de salud y de finanzas, desaparecía uno de los grandes del teatro cubano.