Nació en Güira de Macurijes, Matanzas, fue un compositor e intérprete de tres cubano con un importante papel en el desarrollo del llamado son montuno. Su formación de conjunto con varias trompetas, definió un sonido que, visto en perspectiva, sentó las bases para el desarrollo de lo que que hoy se conoce como salsa. Fue un prolífico compositor, escribió cerca de 200 canciones, la mayoría salpicadas de humor y doble sentido. Fue considerado un renovador de su época, supo fusionar varios géneros musicales y alcanzar un sello único del cual aún se habla. De niño, Rodríguez quedó ciego cuando un caballo (o posiblemente una mula) lo pateó en la cabeza, hecho que marcó el resto de su existencia. Más tarde se hizo músico y llegó a ser uno de los directores de conjunto más renombrados en Cuba. Entre sus logros están el hecho de incorporar a la agrupación tradicional de son las congas o tumbadoras, el piano y tres trompetas, creando lo que hoy se conoce como conjunto. Entre sus músicos se encontraban, en el piano, Rubén González y, más tarde, Lily Martínez Griñán; en las trompetas, Félix Chapotín y Chocolate Armenteros, al bongo, Papa Kila, entre otros. También contó con colaboraciones de Chano Pozo y Machito, así como de su primo René Scull como cantante. A la partida de Arsenio a Estados Unidos, Lily Mártinez, quien fungía en cierta medida como su director musical, quedó al frente del conjunto en Cuba. A partir de la década del 40, Arsenio Rodríguez se convirtió en una de las figuras clave de la música popular cubana. Lamentablemente, casi siempre se le menciona como el genial tresero que fue, rara vez como compositor, autor de sones, son-montuno, afro, guaracha, boleros, rumba, que han dejado su impronta musical en otras áreas del Caribe, de América Latina y Estados Unidos, y tuvo un impacto en los diversos públicos para los que actuó en distintos momentos de su carrera artística, y en la década del 60 influyó en la eclosión de la salsa en Nueva York. Esto es una paradoja si tenemos en cuenta que Arsenio Rodríguez confrontó serias dificultades para penetrar el mundo del espectáculo y de la industria internacional del disco, no obstante la importancia y calidad de su música. Rodríguez viajó a los Estados Unidos a principios de los 50, pues tenía esperanzas de someterse a cirugía y recobrar la visión. Luego del diagnóstico médico que le informó que no era posible que volviera a ver, Arsenio, sumido en un intenso dolor, compuso uno de sus principales temas: La vida es un sueño, de letra profunda a diferencia del doble sentido, el humor y los signos de religión africana que acostumbrara a tratar en sus composiciones. En los E.E.U.U. siguió publicando discos, principalmente para Tico y Blue Note. Para esta última compañía grabó Tribilín cantore y Palo congo, aunque este último fue editado bajo el nombre de Sabú Martínez, pese a que Rodríguez compuso casi todos los temas, cantó y tocó el tres y la percusión. Entre sus temas más populares están Bruca maniguá —la primera canción suya que se grabó, originalmente interpretada por la Orquesta Casino de la Playa—, Mami, me gustó, El devorcio, Papa upa, El reloj de Pastora, Fuego en el 23, La yuca de Catalina y el ya mencionado La vida es sueño. A finales de los años sesenta el mambo "estalló", y Rodríguez continuó tocando con su típico estilo. Llegó a grabar algunos boogaloos no muy exitosos y la popularidad del grupo fue declinando. Intentó un nuevo comienzo en Los Ángeles pero murió en 1970 y su cuerpo fue enviado a Nueva York para sus funerales. Se ha especulado mucho sobre su situación económica durante sus últimos años pero Mario Bauza niega que muriera en la pobreza, argumentando que Rodríguez tenía, aunque modestos, unos ingresos por concepto de derechos de autor. Aunque Arsenio murió en un relativo anonimato en Los Ángeles, su música está considerada hoy en día como una inspiradora obra de arte. Exploró los ritmos afrocubanos y enfatizó el papel protagonista del tres, llegando a ser uno de los treseros más grandes de todos los tiempos. Sus canciones y su ritmo todavía viven en las recreaciones de sus temas en las famosas salsas y su música y concepción de conjunto es inspiración para salseros. Después del 1950, las bandas grandes que estaban de moda durante la época del mambo, dejaron de estarlo . Sin embargo, los grupos o conjuntos gracias al importante papel desempeñado por Arsenio en la música cubana constituyeron una referencia determinante en lo que hoy en día se denomina "música latina", en especial la salsa. Fue intuitivo y universal en todo el proceso de fusión que fue su música. Arsenio Rodríguez es, junto a Ignacio Piñeiro, Ñico Saquito, Miguel Matamoros, María Teresa Vera y Beny Moré, uno de los padres de la cultura popular cubana. Discografía Álbumes de Arsenio Rodríguez Dame un cachito pa huele/Cangrejo fue a... (RCA, 1946) Semilla de caña brava (RCA, 1946) Lo dicen todos: La vida es un sueño (RCA, 1947) Serenede (SMC, 1947) El cerro tiene la llave/No vuelvo a Morón (RCA, 1948) Esa china tiene coimbre/A Belén le toca ahora (RCA, 1948) Rumba palo cucuye/Tintorera ya llegó (SMC, 1948) Yo no engaño a las nenas/Tecoloro (SMC, 1948) Palo tiene curey/Él (RCA, 1949) Anabacoa (RCA, 1950) Caminante y labori/Mira que soy chambelón (RCA, 1951) Pa que gocen/Jagüey (Tico, 1952) Mambo en la cueva (RCA, 1956) Buenavista en guaguancó/Carraguao alante (Puchito, 1957) Tribilín cantore (Blue Note, 1958) Primitivo (Tico, 1960) Son pachanga (SMC, 1962) La pachanga (Tico, 1963) Arsenio dice (Tico, 1968) Sabroso y caliente (Antilla) Los barrios de La Habana (Orfeon, 2003) Arsenio Rodríguez y su conjunto. Vol. 1 (Ansonia) Arsenio Rodríguez y su conjunto. Vol. 2 (Ansonia) Quindembo/AfroMagic (Epic) Sesiones legendarias (SMC) Viva Arsenio (Bang) [editar]Con Sabú Martínez Palo Congo (Blue Note, 1957) Recopilaciones en CD Entre la infinidad de recopilaciones de música de este artista, cabe destacar, por su calidad y disponibilidad: Cómo se goza en el Barrio (Tumbao Cuban Classics, 2004) Dundunbanza 1946-1951 (Tumbao Cuban Classics, 2004) Montuneando 1946-1950 (Tumbao Cuban Classics, 2004) Álbumes de homenaje Orquesta Harlow: Tribute to Arsenio Rodríguez (Fania, 1971) Sierra Maestra: Dundunbanza! (World Circuit, 1994) Marc Ribot y los Cubanos Postizos: The Prosthetic Cubans (Atlantic, 1998) Marc Ribot y los Cubanos Postizos: ¡Muy divertido! (Very Entertaining!) (Atlantic, 2000) Tico All-Stars: Recordando a Arsenio (Tico) Desde sus primeros éxitos como Bruca maniguá, creado bajo la rúbrica de lo afro o afrocubano, fue objeto de una crítica velada por los que creían que la cultura de antecedente africano era inferior y primitiva; vale decir: era un salto atrás. A contracorriente con los sectores más retrógrados de la sociedad, Arsenio incorporó formas expresivas afrocubanas en sus sones, particularmente el léxico utilizado en las prácticas religiosas de los descendientes de africanos, que generalmente eran incomprensibles para las audiencias blancas «consumidoras» de su música. Un ejemplo de ello es que la orquesta Casino de la Playa tenía en su repertorio, por ejemplo, Bruca maniguá, interpretada por su cantante de planta: Miguelito Valdés, cuyo texto los bailadores no entendían. Otro de los rasgos de la personalidad de Arsenio fue su identificación y compromiso con la población afro-descendiente, compromiso que se tradujo en el mantenimiento de una postura abiertamente crítica en relación con la esclavitud, el colonialismo y la persistencia del racismo en Cuba y en otros asentamientos de la diáspora africana en esta región; pero este singular artista fue ante todo y sobre todo, un músico cubano, que hizo música, más allá de los ropajes con que la vistiera. Arsenio tuvo un interés mucho más amplio que su lucha contra el racismo a través de su música, ya que siempre mostró un vívido interés por conocer la historia de su país, y era frecuente que pidiera a sus hermanos y amigos que le contaran o le leyeran pasajes y anécdotas de la historia de Cuba. Así, cuando conoció que Cárdenas había sido la ciudad donde se izara por vez primera la bandera cubana, compuso el bolero Cárdenas. Arsenio explica así los cambios que él introduce en el son: «Comencé a trabajar en mi música nueva en 1934, y ya en 1936 lograba mis frutos. Pero la consolidación de mis ideas novedosas dentro del género del son vino en 1938.» Y añade: «Organicé un nuevo sistema de conjunto. Pensé que el antiguo formato de septeto, con la trompeta, la guitarra y el tres no tenía la armonía necesaria y le agregué un piano y tres trompetas. También le incorporé la tumbadora […].» (4) De ahí que el conjunto fuera un factor importante en las innovaciones estilísticas que se propuso y que adaptó a este formato. En este sentido, cuatro aspectos debemos destacar en este proceso: 1) crea un estilo de ejecutar el tres, distinto al de los sextetos y septetos; 2) el piano hace un empaste con el tres a la vez que sus figuraciones armónicas y rítmicas, además de arpegios y tumbaos, aún hoy son de una vitalidad y originalidad sorprendentes, 3) se destaca el estilo de Félix Chappottín en la trompeta, quien logra, a partir de utilizar escalas de la época del swing, una manera de hacer netamente cubana; 4) la acentuación a contratiempo y la estructura concebida para las distintas partes instrumentales del conjunto, son rasgos que se destacan como definitorios del estilo musical de Arsenio, que se concreta en el son-montuno. Desde entonces, el son experimenta un proceso evolutivo que aún no termina. Mención aparte merece otra de las innovaciones musicales de Arsenio, el diablo, nombre que se dio a la sección que cierra el arreglo típico del son-montuno y que se caracteriza por una cierta anarquía rítmica. La importancia de esta innovación es significativa, por cuanto el clímax sonoro que representa el diablo en el son-montuno, se convirtió en un aspecto esencial en el surgimiento del mambo, que cristalizara en Dámaso Pérez Prado, y en el movimiento salsero de Nueva York. Pero no fue sólo la ampliación del formato instrumental lo que aporta, sino también ―y esto quizás sea lo más importante― un nuevo repertorio y una mayor variedad de ritmos y conceptos armónicos que enriquecieron no sólo al son, sino también al bolero, la guaracha y otras combinaciones genéricas como el bolero-mambo. Es importante destacar el impacto de Arsenio y su música en Nueva York durante la eclosión y popularización del mambo en la década del 50, y su influencia en la música popular que se escuchaba y bailaba en esa ciudad. Sin embargo, llama la atención la relativa presencia que tuvo Arsenio en dicha escena, quizás por su reticencia a entrar en el mercado de la música «ligera», y su poco carisma escénico, que explica, en cierto modo, su exclusión del sistema de estrellas imperante durante el reinado del mambo. En realidad, la audiencia de Arsenio eran las comunidades de cubanos y puertorriqueños de Harlem y el Bronx, para quienes su música representaba una alternativa. Los últimos años de su carrera artística transcurrieron entre las ciudades de Chicago, Nueva York y Los Ángeles. En esta etapa de su vida buscó acercarse a la muy compleja industria de la música latina anterior al boom de la salsa y a los distintos espacios musicales de los latinos que conformaban la escena de la música en Estados Unidos y el Caribe a finales de los años 50 y comienzos de los 60, que coincide, además, con un momento de transformación en la industria de la música latina, marcada por el cierre de uno de sus lugares emblemáticos, el Palladium. En este escenario convulso, Arsenio y sus músicos lucharon, sin éxito alguno, por atraer la atención de los bailadores jóvenes, seducidos cada vez más por la pachanga y el boogaloo. Otro aspecto importante a destacar es la escasa recepción que la música de Arsenio Rodríguez tuvo entre la comunidad cubana que se exilió en Estados Unidos tras el triunfo de la Revolución cubana en 1959. Tal vez uno de los motivos fuera que las actitudes dominantes que modelaron las relaciones raciales en Cuba fueron trasplantadas al exilio, donde se magnificaron. El denominado «exilio histórico» fue mayoritariamente blanco y de clase alta y media-alta, y una voz disonante como la de Arsenio y su conjunto, que cuestionaba abiertamente las visiones idílicas que los exiliados proyectaban sobre una Cuba pre-revolucionaria sin aparentes conflictos de clase o raciales, les resultaba incómoda. Asimismo, la determinación de Arsenio de no posicionarse políticamente, ni a favor ni en contra de la Revolución, contribuyó a su exclusión de los circuitos musicales cubanos del exilio miamense. En aquellos años, la audiencia de Arsenio continuó siendo la representada por los cubanos emigrados a Estados Unidos antes de 1959 y por las primeras generaciones de inmigrantes puertorriqueños. Fue una época de grandes convulsiones y cambios políticos, económicos y sociales en Estados Unidos, a los que no escapó la música, y los jóvenes comenzaron a interesarse por el rock, la bossa nova, la nueva canción y la salsa, fenómeno del que Arsenio fue excluido, a pesar de ser uno de los músicos más influyentes en el nacimiento de la salsa. La temprana escena salsera de Nueva York ha de entenderse como una cultura orientada fundamentalmente a los jóvenes, es decir, a la segunda y tercera generación de inmigrantes latinoamericanos que viven en esa ciudad. Lo generacional y la importancia de la imagen, unido a la falta de apoyos con que contaba Arsenio dentro de la industria musical latina, permiten entender mejor por qué fue marginado de la emergente industria salsera en Estados Unidos. La paradoja radica en que su música tuvo una importancia capital en el surgimiento de la salsa, fenómeno en el que casi todos los músicos están de acuerdo. Fuente: Wikipedia, Cubarte